Valentina, la beba que hace casi 5 años fue golpeada por sus padres y que hoy padece un trastorno neurológico motriz a causa de los golpes que recibió, no puede acudir a sus sesiones de kinesiología por el mal estado de las calles del barrio Quintana donde habita. Su abuela expuso la situación ante El Litoral porque ya perdieron varios turnos a causa de los pozos y el barrio que perdura en la intersección de Quijano y Ramos Mejía.
En relación a esta problemática que comienza a afectar la salud de Valentina, su abuela, Susana Alegre, manifestó que “siento una impotencia, ya me quejé con el delegado del barrio y con los ingenieros que están haciendo los trabajos, pero se fueron y dejaron todo así. Hoy (por ayer) es el segundo turno de kinesiología que perdemos y Valentina necesita seguir con su tratamiento”.
La abuela también comentó que “vivimos en la intersección de las calles Quijano y Ramos Mejía, es un lodazal esa zona y ahora está llena de pozos por los desagües que están haciendo y a la nena la llevo en su chango, que pesa mucho y es imposible manejarlo, no podemos salir de la casa”.
En cuanto a la salud de Valentina dijo que “ella está evolucionando muy bien, por eso debe seguir concurriendo al médico, las sesiones de kinesiología para ella son fundamentales. Los médicos no pueden creer cómo está evolucionando y no queremos cortar la atención que recibe por el mal estado de la calle, nosotros recurrimos a la prensa porque ya no encontramos otro camino para que solucionen este problema”.
“Ella es muy traviesa, tiene mucha fuerza y si seguimos con los tratamientos, va a estar mucho mejor. Está saliendo adelante y vamos a seguir reclamando hasta que solucionen este problema que está perjudicando la salud de una nena”, concluyó Susana Alegre.
Por último, la mujer no dejo de expresar su frustración ante la falta de respuesta en materia judicial, ya que el 16 de julio se cumplen cinco años del hecho de violencia que cambio la vida de Valentina.