Un hombre de 29 años fue detenido ayer como acusado de participar con su moto del crimen de Jonatan Sagardoy, el inocente asesinado de un balazo en la localidad bonaerense de Villa Ballester por una de las ocho personas que lo persiguieron al confundirlo con un ladrón, informaron fuentes policiales y judiciales. En tanto, el fiscal de la causa, Fabricio Iovine de San Martín, ordenó ayer a la aprehensión de urgencia de otro sospechoso que intimidó a la víctima e investiga si también estaba armado.
Más tarde, según las fuentes, los investigadores apresaron a un hombre identificado como Leandro Morales (29), alias “Búfalo”, quien reside en Loma Hermosa, partido de Tres de Febrero.
Los voceros explicaron que este sospechoso está acusado de ser el dueño y conductor de una de las motos que participaron del crimen de Sagardoy (32).
De acuerdo a los pesquisas, Morales se recibió de chef, hacía cuatro meses que trabajaba como monitorista o visualizador en el Centro Operativo de Monitoreo (COM) de la Municipalidad de San Martín y no cuenta con antecedentes penales.
En tanto, el otro implicado buscado por los investigadores está acusado de ser una de las dos personas que descendieron de sus vehículos para intimidar a la víctima. Siempre de acuerdo esta hipótesis, el presunto autor del disparo sería Guillermo Nicolás Gómez (26), quien fue el primer detenido por el caso. “Estamos tomando declaraciones y definiendo quiénes son y qué rol tuvo cada uno de los involucrados. En ese marco, queremos saber si la segunda persona (por el sospechoso buscado) que se bajó de uno de los vehículos también estaba armada”, dijo un investigador judicial.
Según la reconstrucción hecha hasta el momento por la fiscalía, no todos los integrantes de ese grupo que persiguió la camioneta de Sagardoy sabían que había gente con armas y dispuesta a utilizarla. “No se le puede atribuir el dolo homicida a todos. Los que más comprometidos están son el detenido, que ya admitió en su indagatoria que bajó armado y que se acercó al auto de la víctima por el lado desde donde provino el disparo, y otro que lo acompañó y no sabemos si también estaba armado”, agregó.
Por ello, el fiscal ya le tomó declaración testimonial, y no como imputados, a varios de los integrantes del grupo que participó de la persecución.
Iovine intenta determinar todavía cuál fue el arma empleada en el crimen, que no fue secuestrada en la causa y tampoco entregada por el único imputado cuando quedó detenido.
En la autopsia no se pudo secuestrar ningún proyectil y se espera la historia clínica del hospital Eva Perón de San Martín para ver si en alguna operación le extrajeron allí la bala homicida.
Cuando ocurrió el hecho, la víctima condujo herido hasta el Hospital Eva Perón donde agonizó dos días y murió el lunes por la tarde.