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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

El 17 de octubre y la formación del peronismo en Corrientes

María del Mar Solís Carnicer  (*) yCamilo Kawerín

Neceps - Iighi (Unne- Conicet)

Especial para El Litoral

El 17 de octubre de 1945 se produjo un acontecimiento clave de la historia argentina contemporánea. Una masiva movilización de trabajadores llegó hasta la plaza de Mayo de la ciudad de Buenos Aires pidiendo la libertad de Juan Domingo Perón que en ese momento se encontraba detenido en el Hospital Militar. La magnitud de la movilización sorprendió a propios y extraños. Ni el gobierno esperaba semejante desafío ni los sectores que participaron de ella imaginaron su potencia. Claramente, fue un parteaguas de la historia argentina porque aquí la clase obrera no se movilizó por un reclamo gremial sino para disputar poder político, convirtiéndose a partir de allí en un actor clave.

Ahora bien, ¿qué pasó en Corrientes? Aquí la Confederación de Obreros y Empleados decretó un paro para el día 20 de octubre, pero este no tuvo las características ni las dimensiones de la movilización de Buenos Aires. Se suscitaron ese día varios momentos de tensión porque se hizo una marcha por las calles céntricas, desde la plaza Cabral a la plaza 25 de Mayo, y hubo incidentes con comerciantes que se resistieron a cerrar sus negocios. Además, un grupo de estudiantes del colegio Nacional se enfrentó a la marcha. Se vivía un clima de agitación y polarización política: por un lado, sectores que apoyaban a Perón, que se manifestaron ese día, y por otro, sectores políticos opositores junto con la Asociación Comercial y la Sociedad de Hacendados, que también organizaron una marcha para el 26 de octubre.

Este clima de agitación había empezado por lo menos un año y medio antes, en marzo de 1944, con la llegada del interventor David Uriburu, figura conocida del nacionalismo, sobrino de José Félix Uriburu, líder del golpe de 1930 en contra de Hipólito Yrigoyen. Uriburu tomó una serie de decisiones políticas que provocaron revuelo, como cambiarle el nombre a la costanera, que se llamaba Juan Ramón Vidal, el caudillo autonomista que había hegemonizado la política correntina en las cuatro décadas anteriores. En octubre de 1944, además, se sancionó el Estatuto del Peón Rural, que establecía una serie de medidas de protección para los trabajadores rurales y una escala de salarios. Esto provocó la reacción de los propietarios de campos, que decían que no se podía aplicar en la provincia. También se plantearon conflictos con los comerciantes, por la fijación de precios máximos a los productos de primera necesidad, y medidas contra la especulación; provocando constantes reclamos de asociaciones comerciales.

A su vez, en diciembre de ese año, asumió como delegado de la Secretaría de Trabajo y Previsión, José Ramón Virasoro, que en los meses siguientes recorrió la provincia recabando información sobre la realidad del trabajo en el campo. Esa gira terminó en marzo de 1945 con un gran acto en la Capital y la fundación de la Confederación de Obreros Correntinos. Esta central obrera provincial fue la que convocó al paro y a la marcha del 20 de octubre y después sería el grupo fundacional del Partido Laborista Correntino. 

¿Cómo se formó el peronismo en Corrientes?

Para poder entender el proceso de formación del peronismo correntino se deben tener en cuenta una serie de elementos que hacen al caso particular de esta provincia. En primer lugar, su estructura económica seguía sosteniéndose en las actividades primarias, especialmente ganaderas, lo que configuraba ciertos rasgos socioeconómicos marcadamente tradicionales. Además, la preponderancia en la política provincial de dos partidos conservadores, autonomista y liberal, y otro elemento no menor es que fue la única provincia en la que el peronismo no consiguió acceder al gobierno en 1946. Esta situación afectó su configuración inicial y marcó rasgos identitarios particulares al peronismo local. 

En ese proceso pueden identificarse tres etapas, la primera que va desde mediados de 1945 a mayo de 1946, caracterizada por la conformación de los dos sectores que apoyaron la candidatura de Perón en las elecciones de febrero, la UCR (Junta Renovadora) y el Laborismo, la segunda que se presenta entre 1946 y 1947 en la que el peronismo es oposición y la última que se inicia con la llegada de la intervención federal en 1947.

Con respecto a la UCR (JR), esta se conformó a partir de la figura de Hortensio Quijano, que desde agosto del 45 ocupaba el cargo de ministro del Interior. Quijano era un destacado ganadero y antiguo dirigente del radicalismo correntino, presidente de la Sociedad Rural de Resistencia (Chaco) que aunque no había tenido una actividad política muy relevante tenía cierto predicamento en el seno del partido. A partir de la figura de Quijano y del interventor Ernesto Bavio (un radical salteño nombrado interventor en Corrientes en septiembre de 1945), se empezó a organizar en la provincia el grupo radical que apoyaría la candidatura de Perón. Quienes lo constituyeron aquí fueron, en general, radicales con algún tipo de participación política previa, especialmente provenientes del antipersonalismo. 

En el momento de definir las candidaturas para las elecciones de 1946 no lograron ponerse de acuerdo con el Laborismo en una fórmula común para gobernador, sólo pudieron coincidir en el candidato a vicegobernador y en la presentación de una lista única para diputados nacionales con 3 candidatos para la UCR y 2 para el laborismo.

Eligieron a Pedro Díaz de Vivar como candidato a Gobernador, un médico que provenía de una tradicional familia radical del interior, que no había tenido una actuación política relevante hasta ese momento y que estaba vinculado con sectores nacionalistas. 

En cuanto al Laborismo, hacia 1940 el movimiento obrero en Corrientes era aún muy débil. Recién con el establecimiento de la Delegación provincial de la Secretaría de Trabajo y Previsión en 1944, empezó a revertirse esa desarticulación. Allí, se destacó por su actuación el Teniente 1° José Ramón Virasoro, un joven militar oriundo de Corrientes. Desde ese espacio, se fue gestando un sector político con base sindical. En marzo de 1945, se organizó la Confederación General de Obreros Correntinos que se constituyó en la base del futuro partido Laborista que se organizó en Corrientes a fines de noviembre de 1945. Se eligió la Junta Ejecutiva, recayendo la presidencia en Juan Mihovilcevich que provenía del gremio de estibadores y tenía vínculos cercanos con el sector nacionalista de la provincia. En un primer momento recibieron el apoyo de los jóvenes nacionalistas de la Alianza Libertadora, quienes colaboraron activamente con el Laborismo en las elecciones de febrero de 1946.

En el momento de elegir las candidaturas las mismas recayeron para la gobernación en José Ramón Virasoro y Santiago Ballejos, este último ocupó ese mismo lugar en la fórmula de la UCR (JR), era un joven carismático que muy recientemente había iniciado su actividad pública. Defensor de ideas nacionalistas y católicas, formaba parte de la Alianza Libertadora Nacionalista y había sido intendente de Goya durante la intervención nacionalista de David Uriburu en 1944. Un rasgo interesante de destacar en el laborismo correntino es justamente este estrecho vínculo con el nacionalismo. Además, también hemos podido identificar a algunos antiguos dirigentes del autonomismo provincial que se pasaron al laborismo.

El resultado de las elecciones de 1946 en Corrientes fue muy particular pues, por un lado, la fórmula presidencial Perón -Quijano perdió de modo contundente, pero, por otro, sus candidatos a diputados nacionales obtuvieron la representación por la mayoría. En las elecciones gubernativas provinciales, aunque el Laborismo fue el partido que más votos consiguió en la elección primaria (20%), en el Colegio Electoral todos los partidos opositores se unieron para votar a los candidatos del radicalismo que resultaron, entonces, los triunfadores, convirtiéndose Corrientes en la única provincia con un gobierno de signo político distinto al gobierno nacional, situación que recién se modificará un año más tarde cuando llegue Juan Filomeno Velazco como interventor federal en septiembre de 1947.

(*) María del Mar Solís Carnicer es doctora en Historia e investigadora y Camilo Kawerín es profesor en Historia.

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