El cobro de haberes para jubilados y pensionados, como así el del bono para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y por Embarazo (AUE), causó ayer una aglomeración de personas en entidades bancarias, por lo que tuvieron que personal de salud y de seguridad brindaron contención. La concurrencia masiva y el peligro de contagio ante la pandemia que provocó más de 40 víctimas fatales en el país, siendo los abuelos los más vulnerables, hizo que intervinieran diferentes técnicos y efectivos para que los adultos mayores, que esperaron hasta por más de siete horas, no se descompensaran.
Trabajadores sanitarios junto con policías ayudaron a trasladar a los abuelos desde una entidad a otra, acompañaron a otros que tenían problemas en las rodillas hasta la parada de colectivos luego de recibir la noticia de que no iban a cobrar, dieron talleres sobre lavado de manos, sirvieron agua y consiguieron sillas de ruedas, cantaron tangos y, como retribución por sus labores, recibieron aplausos.
En la tarde de ayer, la directora de Educación para la Salud, Sandra Godoy, relató cómo se vivió la jornada en la zona bancaria. Si bien mencionó los errores y las correcciones que se pueden llevar a la práctica, hoy y mañana que también se cobra, destacó que la respuesta de los abuelos siempre fue con respeto y amigable.
“A pesar del contexto, la conclusión, con todos los pormenores, es que la gente no perdió la calma, esta era una de nuestras prioridades. No hemos tenido personas que se desmayaran. Un día antes habíamos acordado trabajar también con la gente del 107. Resaltamos el comportamiento de los adultos mayores que entendieron la situación y se mostraron muy sensibilizados, ellos mismos colaboraron a pesar del caos”, describió Godoy a El Litoral.
En cuanto al principal pedido que habían solicitado días antes (distanciamiento social), dijo que “era imposible pedir que se lograra cumplir por la cantidad de personas, hasta que llegó un refuerzo de seguridad y se resguardó más a la gente”. “Pensaban que todos iban a cobrar y no era así, de esto nosotros también nos fuimos enterando y era muy triste decir a un abuelo que hoy no iba a cobrar cuando estuvo desde las 5. Tenés que armarte con una coraza, estamos preparados, tenemos las herramientas como profesionales para salir a la cancha, ningún adulto mayor nos ha insultado, pero ver esto te parte, y hasta aplausos hemos recibido”, dijo quebrada emocionalmente la encargada de esta área sanitaria.
Así como vienen realizando hace más de una semana, cuando comenzó la fecha de cobro, facilitaron alcohol en gel y aprovecharon este espacio para dar clases de higiene y hablar sobre esta enfermedad. “Ellos, los abuelos, preguntaban y, para contrarrestar el tiempo, respondíamos a todas las consultas, sacamos algo productivo y se generó un clima amigable”, señaló.
“Me quedó una imagen grabada y, por respeto a los abuelos, no saque foto: por calle 9 de Julio había una cuadra de abuelos. Todos ellos en sillas de ruedas, estuvieron allí aguardando cobrar toda la mañana. Me duele, era una caravana de sillas de ruedas. Me imaginaba a mis padres en esa situación y duele el alma”, expresó y habló sobre la necesidad de trabajar en los errores que ella misma advirtió a las autoridades, haciendo hincapié en priorizar la atención a los abuelos. “Querían ir al baño, pedían agua”, agregó.
En este contexto, destacó “la conducta del abuelo”, se trabajó en equipo y con ellos también contábamos chistes, ninguno dio una respuesta negativa.
Otro de los momentos que destacó fue el de una “caravana por la 9 de de Julio” cuando trasladaron junto con personal de seguridad a los abuelos desde una entidad a otra. “Un grupo de 150 personas fue trasladada hasta la entidad por el pasaje Agustín González, ellos vieron una atención especial y empezaron a aplaudir, gritaban: “Vivan el personal de salud y de seguridad que nos cuidan. Después se hizo entrega de alcohol en gel. Fue muy conmovedor. Ellos temían que por cambiarlos de lugar, perdieran su lugar, ante esa situación se hizo un trabajo más individual de respeto”, contó a este medio gráfico.
“Una de mis técnicas acompañó a un abuelo que no pudo cobrar, por la terminación de su DNI, hasta la parada de su línea de colectivo. Desde Junín y San Lorenzo hasta Pellegrini y San Juan. No podía caminar por un problema en las rodillas. Ella me mandaba videos con el abuelo cantando tango mientras iban a la parada. Muchos abuelos se volvieron y otros que se quedaron, luego de insistir, pudieron cobrar. Nos quedamos hasta las 14, hasta que cobró el último abuelo. Estaremos también este fin de semana”, relató Godoy a este diario.
En cuanto al trabajo que realizaron, destacó “hoy dimos contención psicosocial, acompañamos a los abuelos”. “Realizamos talleres de lavado de manos y todos prestaban atención, fue un trabajo dinámico; muchos de ellos sienten falta de atención y afecto. Lo que hicimos fue escucharlos, los abuelos necesitaban ser escuchados”, contó y agregó que muchos de ellos pedían sillas de ruedas.
(CS)