El tenor Sergio Casco celebrará el miércoles 15 de noviembre a partir de las 21, sus 25 años con la música y lo hará junto con la Orquesta Sinfónica de Corrientes (dirigida por la maestra Andrea Fusco), en el marco del cierre de temporada del cuerpo musical, en las escalinatas del Teatro Juan de Vera.
El espectáculo que lleva como nombre “Mía voce, mío viaggio” (Mi voz, mi viaje) es la oportunidad que tiene el artista de interpretar arias de ópera y canzonettas famosas, de Rossini, Puccini y Verdi, entre otros.
El tenor, que hoy celebra sus bodas de plata con el arte, inició con esta pasión en la secundaria (Colegio Nacional) donde participó varios años del coro de la institución dirigido por Hugo Álvez. “En esos años sucedieron cosas que, recuerdo, pudieron haber marcado el inicio de mi camino”, dijo y comentó que la primera de ellas fue que en el año 90, al cierre del mundial de Italia, cantaron por primera vez los tres tenores “y me pareció majestuoso conocer esa forma de canto. Quedé impresionado y me preguntaba cómo hacían para cantar así”.
Otro evento que recuerda fue que caminaba por las calles de Corrientes y escuchó a alguien entonar unas líneas con esta forma de interpretación. “No vi quién era, pero me causó mucha curiosidad”, agregó. Luego, en otra oportunidad, “Pajarito (así lo llamaban al profe del coro) invitó a un tenor a que venga a cantar con nosotros, se puso al lado mío, y yo miraba extasiado como cantaba”. “Como también me decían que mi voz sobresalía en el coro, terminé el colegio y me puse a estudiar canto lírico. En esos primeros cinco años, canté en muchos espacios tanto de Corrientes como de Resistencia e incluso en Buenos Aires”. En ese entonces cantaba como barítono, que es uno de los tipos de variante de voz masculina.
“Las oportunidades están a la vuelta de la esquina y muchas veces no llegan cuando uno más busca, sino cuando menos te lo esperás y hay que estar listos”, explicó. .
Pese a estos detalles, cuando se hace un tiempo y se mira al espejo, asegura que está conforme con el camino recorrido. “Siento orgullo por todo lo logrado y paz”. “Solo Dios sabe por todo lo que pasé, el tiempo que me llevó, las críticas que tuve en mi proceso de cambio. Me dicen ‘il Bambino’ porque soy un hombre con espíritu de niño”, contó y agregó que lo bueno es que cada vez se siente mejor, tanto en lo personal como en el reconocimiento que tiene de los correntinos. “A pesar de lo difícil que es, me siento un profeta en mi propia tierra. El sueño del pibe”, dice feliz.
VAE