Ante el anuncio del Gobierno nacional sobre los 30 días de restricciones a las exportaciones de carne, productores correntinos señalan que es una medida inoportuna y alertan sobre pérdidas a nivel financiero, afectación a puestos de trabajo de toda la cadena productiva y riesgo de continuidad en las inversiones internacionales en la provincia.
La medida del gobierno de Alberto Fernández fue justificada como una estrategia para ordenar el mercado y poner límites a supuestas prácticas especulativas. Sin embargo, productores correntinos desmienten que la definición de precios provenga del sector y advirtieron que las medidas de similares características han fracasado en la historia reciente del país.
El Litoral dialogó con Francisco Velar, secretario de la Sociedad Rural de Corrientes, que precisó que el 28% del total del precio al que se comercializan los cortes de carne en el mercado interno son para cubrir los costos de la presión impositiva.
“Estas medidas no colaboran con el control de precios porque no ven el origen de problema: la pérdida de valor del peso, la emisión monetaria descontrolada y la pérdida de poder adquisitivo de las familias. Estas son de responsabilidad exclusiva del gobierno nacional a través del manejo de la economía, donde nosotros no tenemos injerencia”, manifestó Velar.
El secretario de la Sociedad Rural local calificó la medida como electoralista que no impactará en el largo plazo para disminuir los precios en góndola: “se piensa que pierde el productor, cuando en realidad pierde el país. La cadena de la carne genera a nivel nacional 400 mil empleos directos y 3 mil millones de pesos al año”.
Velar precisó que en los 30 días que duren las restricciones son 300 millones de dólares que no ingresarán al país, además de ser una pérdida monetaria en la provincia por la afectación directa a la industria frigorífica que se desarrolla con capitales chinos en Corrientes.
El sector no tiene aún previsiones de qué se hará con el stock productivo destinado a mercados internacionales y desde la Sociedad Rural indicaron que esto beneficia al mercado exportador de Uruguay, Paraguay y Brasil, con quienes Argentina se disputa la competitividad.
Por su parte Alberto Schiffo, productor correntino referente del sector, indicó a este medio que comparte el diagnóstico de preocupación por el valor de góndola de las carnes pero que las restricciones han generado históricamente consecuencias negativas.
Señaló que el control de las exportaciones durante las gestiones kirchneristas entre los años 2006 y 2015 generó el cierre de 140 frigoríficos dentro del país, sacó del mercado a 30 mil productores, generó la pérdida de 15 mil puestos de trabajo, bajó en 10 millones el stock de cabezas de ganado y se perdieron 75 mercados internacionales.
“Es una medida inoportuna, perjudicial e innecesaria que no va a traer ninguna solución. Probablemente baje transitoriamente el precio de la carne pero en un cortísimo plazo. La historia reciente del país lo demuestra pero insisten con las mismas recetas”, sentenció Schiffo.
Desmintió los fundamentos de la Nación sobre las estrategias especulativas del sector señalando que “a industria de la carne no se está quedando con ninguna rentabilidad excesiva. Trabajamos con un 8 o 10% de rentabilidad sobre el kilo de carne que se le paga al productor, menos los gastos”.
El referente cárnico reconoció que comparte “plenamente la preocupación del Gobierno, incluso estoy más preocupado porque minimizaron la disparada de precios de la carne que se sostiene hace más de año. Según su lectura, los sobreprecios en las góndolas están dadas por las cadenas de distribución y de ciertas cadenas de supermercados.
(IRB)