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El dólar y su calma premonitoria

Por El Litoral

Domingo, 23 de octubre de 2022 a las 01:00

La economía no da respiro. La inflación no deja de mortificar a los argentinos. Y el dólar, ese viejo fetiche de las cuentas nacionales, domésticas y de las grandes, siempre es un factor de peso.
La sorpresa de los últimos días la da su valor, pese al caos cambiario: para cada cosa hay un tipo de cambio.
No obstante la enorme dispersión que va desde el dólar Coldplay, al extinto dólar soja, los números en los que cotiza cada billete a valor pesos argentinos hablan de una calma.
Pero relativa. Así lo dejó en claro el economista Salvador Di Stéfano en un artículo de opinión aparecido recientemente en el diario Ámbito Financiero, en el que arranca desde el título diciendo: “Dólar: se vive una calma que precede a altas volatilidades”.
Y asegura: “(...) Nuestra deuda pública tiene dos componentes, la deuda de la Tesorería y la deuda del Banco Central, a saber:
La deuda de la Tesorería suma U$S 379.831 millones que representa el 83,0 % del PBI. De dicho total U$S 252.946 millones es deuda nominada en dólares. Mientras que USD 126.885 millones es deuda nominada en pesos. De este total USD 55.421 millones es deuda en pesos a tasa variable y USD 71.464 millones es deuda en pesos ajustada por inflación y con un alto vencimiento en los próximos 24 meses.
La deuda de la Tesorería aumentó en U$S 59.305 millones desde que asumió el gobierno Alberto Fernández, durante todo el mandato de Mauricio Macri esta deuda había crecido en U$S 79.861 millones, no está lejos Alberto Fernández de superar a Mauricio Macri como endeudado serial.
La deuda del Banco Central es alarmante, asciende a USD 56.586 millones, representa el 12,4% del PBI, y durante el gobierno de Alberto Fernández creció en USD 36.909 millones, durante el gobierno de Mauricio Macri había descendido en USD 7749 millones.
Si sumamos las deudas de la Tesorería y el Banco Central, nuestra deuda total suma USD 436.417 millones, representa el 95,4 % del PBI, y Alberto Fernández sumó USD 96.214 millones desde que asumió al 30 de septiembre pasado. Mauricio Macri, en sus 4 años de gobierno, no dejó una deuda total de USD 340.204 millones, y sumó deuda por un total de USD 72.112 millones.
En los dos últimos gobiernos sumamos deuda por USD 168.326 millones, esto habla a las claras que nadie apostó por el superávit fiscal, todos gastaron más de lo que ingresó, se financiaron con deuda y aquí estamos, con más pobreza, inflación e inseguridad.
El ministro Sergio Massa debe enfrentar una coyuntura muy difícil, necesita fortalecer las reservas, llamó por teléfono a China para pedir ampliación del swap, al FMI para lograr algún desembolso adicional, a Wall Street para colocar un préstamo repo y a Qatar para que le preste dinero algún fondo soberano, lamentablemente los teléfonos dieron siempre ocupado. Las reservas hoy siguen por debajo de los USD 40.000 millones.
El mejor escenario para Sergio Massa es un año 2023 con un déficit primario del 2,9 % del PBI y pago de intereses por 1,6 % del PBI, a esto hay que sumarle que la deuda del Banco Central es imparable y podría generarle un déficit cuasifiscal de 5,0 % del PBI. Las soluciones no están para una coyuntura internacional difícil de surfear”.
Con lo cual concluye: “Dado el contexto internacional y local, no hay forma de que en el año 2023 nos libremos de un escenario de inflación de tres dígitos, una suba del tipo de cambio mayorista de igual magnitud, y una brecha cambiaría por encima del 100 %. La calma de estos días en el tipo de cambio, es la calma que precede a las altas volatilidades”.
Ha llegado el tiempo en el que cada análisis de la situación actual es eje de las decisiones que habrá que tomar en las economías domésticas.
Y los tiempos apremian cada vez más.

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