El director del el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Luis Puenzo, se refirió ayer a la decisión del Gobierno de intervenir el organismo que preside y a que Tristán Bauer, el ministro de Cultura, lo removiera de sus funciones. “Aún no me pidieron la renuncia; si me tengo que ir, me iré”, dijo.
En la manifestación se pedía la renuncia de Puenzo y se reclamaba un mayor presupuesto para el cine. En diálogo con AM 750, el funcionario explicó que hay un “mal entendido” e hizo referencia a que muchas quejas se basan en trascendidos que no tienen sustento real.
Además, Puenzo explicó que sabía desde hace días de la realización de la marcha pero que la había relacionado con los reclamos acerca de la “no renovación de un contrato de una secretaria académica y que ese tema iba a ser atendido por el rector de la escuela de cine” ya que él “estaba en reuniones en otro lado”.
En la marcha se hizo presente Bauer, sobre lo que Puenzo opinó: “Me pareció razonable que fuera y que hiciera la reunión que hizo en el Incaa”.
Ante la pregunta de si el Gobierno le pidió la renuncia, dijo: “No de una manera manifiesta, me he enterado por los medios. Hoy por la tarde, a las 16, tendré una reunión con Bauer, si me tengo que ir me iré. Me da lástima dejar a medio hacer lo que se comenzó y creo que la represión de la policía es muy repudiable y fue rara porque se hizo cuando la marcha iba a la escuela”.
El funcionario dijo que si es despedido o no, “no es relevante”, por lo que la discusión debe pasar por la crisis que se vive en el cine nacional. “Mi situación personal no es relevante, la situación en la que estaba y la que queda el Incaa es lo que debe importarle a la industria y a los espectadores del cine argentino”, explicó.
“Nosotros -dijo- cuando impulsamos la Ley del Cine en el 94, en los años sucesivos el fondo de fomento recaudó 60 millones de dólares, que por ese entonces eran convertibles. Pero hoy la industria se multiplicó por 10 y el presupuesto del Incaa apenas supera la mitad.”
(JML)