Comienza el jueves la edición 2022 de la Feria de Arte Contemporáneo ArteCo en la Ex Usina Eléctrica de la costanera correntina. Este año la muestra contará con la presencia del creador visual Lorenzo González, (de Yapeyú) quien presentará su propuesta Sapukai Marica, pero además formará parte del proyecto Artistas y Artesanos.
Lorenzo González se define como artista visual: “Ahora estoy experimentando con distintas disciplinas o modalidades de la performance, paisajes sonoros, fotografía, entre otros paradigmas de las artes visuales”, dijo a días del inicio de la feria ArteCo que luego de dos años vuelve a la presencialidad plena.
Cuando se realizó el lanzamiento de la Feria el presidente del Instituto de Cultura, Gabriel Romero, el curador de la Feria, Julio Sánchez, la coordinadora de áreas Maia Eirín y la asesora Natalia Albanese, explicaron que esta edición combinará la experiencia de exposición con la venta -de manera física- de obras, proyectos y galerías que representan a artistas del Noreste argentino y del Paraguay.
Esta es la primera edición en la que Lorenzo participará de manera presencial, ya que estuvo en las dos ediciones que se realizaron de manera virtual durante los años 2020 y 2021. “En esta ocasión voy a llevar mi nuevo proyecto que se llama Sapukai Marica, que habla en primera persona de mi experiencia y mi identidad como marica dentro de la cultura del Nordeste. Soy oriundo de Yapeyú, Corrientes, y me crié entre la chacra y el pueblo, ayudando a mis padres en el campo. A los 18 años me fui a estudiar a Oberá, Misiones, desde donde estoy desarrollando mi camino artístico”, contó.
Explicó también que hace unos años sintió la necesidad de vincularse con las tradiciones, con las raíces, pero reconfigurándolas con su propia identidad. “Las tradiciones no son muy amistosas con lo diverso. El sapukai marica nace con la idea de gritar una identidad diferente que viene a sumar otras perspectivas. Esta es la propuesta que presenté a los organizadores y así fui seleccionado como artista individual”, reveló.
Refugio y provocación
González contó también que el arte para él es un refugio y a la vez una forma de provocar al mundo. “Por un lado, como productor de arte, genero piezas que son un refugio para mí; al mismo tiempo, al exponerme me siento vulnerable, mostrando sin vueltas lo que siento y lo que pienso. Estoy poniendo mi cuerpo en cada obra. Además, el arte tiende a interrogar al mundo, hacer preguntas y a no dar por hecho las cosas. El arte nos hace pensar y no necesariamente debe ser bello o bonito como se creía antes. Con Sapukai Marica me propongo generar imágenes diferentes a lo que se tiene pensado de lo gauchesco, de lo correntino, de la chacra”, explicó.
El proyecto Sapukai Marica nació de un proceso de retrospectivo. Durante el tiempo de la pandemia remontó a su infancia y ahí le pasaron cosas. “En un momento me puse a pensar cómo es mi vida hoy siendo marica y como fue diez años atrás”, cuenta. “Antes era imposible pensar mi obra con estas características. Así llegué a reflexionar sobre qué sucedía con lo que quería hacer. Sapukai Marica viene a mostrar que uno puede ser diferente y que está todo bien, se puede ser feliz y disfrutar de hacer arte”.
Artistas y Artesanos
Lorenzo tiene un espacio como artista individual pero también participa del proyecto Artista y Artesana, selección que llegó por el curador de la Feria de ArteCo, Julio Sánchez. Para ello, invitaron a cinco artistas para trabajar con artesanos de la provincia de Corrientes. El motivo fue reflexionar sobre la naturaleza y el cambio climático. Lorenzo eligió trabajar con la artesana Zulma Montenegro, también de Yapeyú, su pueblo. “Es una señora mayor que toda su vida se dedicó a hacer cestos y canastos de isipó. Realizamos una obra en conjunto; fue muy lindo trabajar con ella porque nos conocemos desde chicos, siempre fue nuestra vecina y yo tengo vivos los recuerdos de cuando jugaba con sus hijos. Ahora, vincularnos y hacer esta obra fue hermoso”, destacó.
A la artesana Zulma una de sus hijas, Andrea, la sigue ayudando a conseguir el isipó del monte, a pelarlo y preparar el material para hacer los canastos. “Encontrarme con sus hijos fue muy lindo, fue positivo que ellos también conozcan lo que yo estoy haciendo, porque no sabían a qué me dedicaba. Hubo una retroalimentación muy linda. Recorrimos su aprendizaje, cómo ella aprendió y cómo viene esto desde el seno familiar. Zulma es descendiente indígena, tiene en su sangre la potencia de la cultura guaraní. La obra es un proceso, pensamos en un hogar, en un refugio, ella toda su vida se dedicó a esta profesión y logró criar a sus hijos con esas cosas, así que pensé en hacer un refugio. Ella hizo el techo de isipó y los parantes los puse con tacuaras. Quedó como si fuera una pérgola, es un refugio que construimos en el patio de su casa. Lo que se va a presentar en ArteCo son las fotos del proceso de trabajo y la obra”.
(VAE)