Para Natalia Ávalos, la abogada de Ana, “falta perspectiva de género en la Justicia” local y acceso a la salud para las mujeres. “Corrientes es un mundo aparte. Se notan mucho los estereotipos de género, la criminalización, hay mucho maltrato para las chicas, se nota la diferencia cuando un imputado es un hombre o es una mujer, si bien existe la ley del aborto, acá en Esquina no funciona, porque no hay un protocolo para el acceso y hay mucho maltrato para cuando van las chicas. Todo esto es en el marco de la demonización que se hace de las mujeres cuando no cumplen las exigencias de cómo una tiene que actuar por ser mujer. Es una provincia muy religiosa”.
Los medios locales, además de divulgar el nombre completo de Ana, describieron el hecho como “macabro” y ponen el eje en la “mutilación” del cuerpo.
También lo hicieron los querellantes. A pesar de que no está probado el nacimiento con vida, en la causa interviene la Defensoría de Menores local.
En una de las audiencias la defensora subrogante Marina Arce fundamentó que “más allá de la discusión de si nació o no con vida un feto o un recién nacido, la señora llevó a cabo el hecho aquí relatado y fundamentado por el fiscal, siendo un hecho macabro y aberrante”.
La abogada de Ana afirma que su defendida perdió el conocimiento tras el parto y que quedó en estado de shock. Y que aunque no hubiera sido así, “hay que dejar en claro que lo que pase con un feto muerto no es un homicidio, y que no está probado quién fue el que realizó esos cortes tampoco”.
“Es ilógico pensar que todo eso lo llevó a cabo una mujer que acaba de parir. Su casa tiene un patio grande, donde hay animales y transitan otras personas, pero la sospecha está hacia ella”, acusa.
La mamá de Ana contó que tampoco pudo hablar de esto con su hija: “Desde el primer día, está muy perdida. Es como hablar con una criatura chiquita. En las audiencias también está como perdida. Le preguntan lo que pasó y ella no se acuerda. Yo, como madre, sufro un montón, porque ella está mal. Está muy quebrada. Tiene depresión.
Para Rosana Fanjul, integrante de la Comisión Libres Las Queremos, de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, este caso es como el de Belén, una joven absuelta por la Corte Suprema tucumana, tras pasar 29 meses presa acusada de haber abortado en el baño de un hospital.
En la causa contra Ana también “hay una carátula prejuiciosa, dándole una entidad de persona a un feto sin haberse demostrado que nació con vida. Y a pesar de que están todas las evidencias a su favor, sigue estando detenida”, agregó. La organización Libres Las Queremos contabiliza que hay al menos 1.532 mujeres procesadas y/o denunciadas por haber sufrido eventos obstétricos o abortos espontáneos en la Argentina, un tercio de ellas están detenidas.
(NG)