Tras la extrema bajante del río Paraná a principios de enero y que se extendió por más de un mes, las autoridades del Instituto Nacional del Agua (INA) informaron que en términos generales es “poco probable” que en enero de 2023 se dé una situación similar a la de este año.
“Estamos mucho mejor que a principio de año, cuando se vivió una situación extrema de bajante. En términos generales todo hace pensar que estaríamos empezando a salir, con lo cual estar de nuevo en valores de escalas negativas o bajas es poco probable. El clima tiene sus limitaciones y es un problema. Pero es altamente probable que en enero de 2023 los números sean mejores que en enero de 2022”, indicó Juan Borús, subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del INA.
“Estamos siguiendo la situación hidrometeorológica de la cuenca del Plata hora por hora, y ese seguimiento nos permite ir ajustando para adelante lo que puede pasar. En el corto plazo se pueden dar lluvias que todavía no están pero que estarán porque, según el informe del Servicio Meteorológico Nacional, muestra una mayor probabilidad de lluvias pero no se esperan grandes eventos, no se ven cambios significativos tampoco en el Paraná”, aseguró a El Litoral.
En ese sentido, aseguró que en el largo plazo, hasta el 31 de octubre, en lo que sería el último bimestre del año, va a haber características similares a las actuales. “En términos generales con lluvias insuficientes para que pueda cambiar el escenario y no haya sequía debe haber lluvias por encima de lo normal, y en principio todavía no está bien definido”, dijo.
Según indicó Borús, esta situación hace pensar que en los últimos meses del año y a principios de 2023 se seguirá hablando de bajante. “En principio va cambiando la tendencia climática y para el siguiente trimestre podrían presentarse lluvias cercanas a las normales. Por el lado del Uruguay está normalizado desde la primera semana de mayo, lo que se está viendo son niveles que están normales y la perspectiva hacia adelante no cambiará mucho, seguirán en esa normalidad”, manifestó.
Por otro lado, el docente investigador de Ingeniería, Hugo Rohrmann, dijo sobre la continuidad de la bajante del río Paraná, que lleva tres años, que no tiene certezas de cuándo volverá a los valores normales.
“El río continúa con una gran bajante, sosprendiéndonos como hace cincuenta años. La noticia hoy es que los organismos oficiales de Argentina y Brasil todavía no se animan a pronosticar su fin”, dijo Rohrmann en radio Unne y agregó que “la situación actual es previsible, ya que estamos atravesando el invierno y en la cuenca del Plata las precipitaciones son muy pocas. Eso se nota en nuestra región y, por lo tanto, el río, al no recibir esas precipitaciones, trae menos agua”.
A principios de 2022 se esperaba que para esta época del año los valores se ubicaran nuevamente por encima de este nivel, sin embargo, y a pesar de unos tímidos repuntes esporádicos, las aguas volvieron a mantenerse bajas.
“Se consideran aguas bajas cuando el nivel se ubica debajo de los 3 metros; eso en el contexto de bajante se nota mucho más. Ahora todas las miradas están puestas en la temporada de lluvias de septiembre en Brasil.
Pero al ser el río Paraná tan grande, debería llover 200 o 250 milímetros para que la cuenca se recupere y el río empiece a estar en valores. El promedio habitual de octubre es de 130 milímetros”, detalló el especialista.