En las últimas horas, los fiscales de Vicente López Martín Gómez y Alejandro Musso pidieron que la empleada doméstica de las víctimas, María Ninfa Aquino, continúe detenida. Está acusada de ser la entregadora, es decir, de aportar la información necesaria para concretar el plan criminal.
Ahora, el juez de Garantías Ricardo Costa deberá resolver si hace o no lugar al pedido del Ministerio Público. Aquino, de 64 años y de nacionalidad paraguaya, fue indagada ayer. Se negó a responder preguntas. Como descargo, presentó un escrito donde negó cualquier vinculación con el doble crimen.
Aquino llegó a la casa de las víctimas a las 6.40. Ingresó con las llaves de las rejas y de la puerta principal. A las 8.54 se comunicó con Blanca Benítez, una acompañante terapéutica que atendía a Del Rio, para avisarle que Alonso no había bajado.
“No le llamó la atención [a Aquino], en el tiempo transcurrido entre su llegada y la comunicación con Benítez, que el living estaba revuelto y que los dueños de casa no habían cenado. Al subir para cambiarse, indefectiblemente, tuvo que haber visto que las puertas de las habitaciones estaban abiertas, con objetos tirados en el piso y que las víctimas, además, no se encontraban allí”, explicaron los fiscales. Entre las 6.40 y las 8.54, Aquino, que trabajaba para las víctimas desde hacía 12 años, continúo con su rutina diaria. Preparó una tarta y lavó dos vasos. No le llamó la atención que no había ni platos ni cubiertos para limpiar como todos los días.
(IB)