Ayer por la tarde Kiara, la niña correntina que esperaba un trasplante de corazón desde el año pasado, entró en cirugía y esperan que evolucione favorablemente en las próximas horas. Tiene siete años, es de Yapeyú y estaba en la lista de espera nacional.
Kiara Mía Romero es una niña de 7 años oriunda de Yapeyú que desde febrero del año pasado se encuentra en la lista de emergencia nacional. Ayer se cumplieron dos años de que junto a su mamá Laura y su hermanita viven en Buenos Aires para asegurar el tratamiento de salud que debe recibir.
Sin embargo, al mediodía recibieron la confirmación por parte de las autoridades sanitarias y por la tarde comenzó el transplante del pequeño corazón. “Ayer hace un año que estamos en Buenos Aires y hoy a la salida de la escuela de Kiara y Cristina me llamaron del hospital para avisarme que hay un posible donante. Estamos esperando con el bolsito hecho para que nos confirmen”, comentó a El Litoral, Laura Reyes, madre de Kiara. Una hora después, confirmó que efectivamente la donación era compatible y a las 16 tenía que estar en el hospital. “Nos hisopan y Kiara entra en cirugía”, destacó.
Hasta el cierre de la edición no se tenían novedades de cómo evolucionó la situación. Sin embargo, la emoción en redes sociales se pudo sentir a partir de las decenas de cadenas de oración y mensajes emotivos para Kiara y su madre. La operación se haría en el Hospital de Pediatría Garrahan de Buenos Aires que es donde Kiara se atiende hace un año.
La enfermedad de la niña es miocardiopatía dilatada con ventrículos deteriorados. Desde su detección el año pasado su historia se volvió nacional al ingresar a en la lista de emergencia de Argentina del Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante).
“Lo único que pedimos es que si tienen la oportunidad apuesten a la vida y, por favor, donen órganos. No solo van a ayudar a Kiara, hay muchos niños esperando, por favor”, había dicho al momento de su detección su mamá a los medios de comunicación.
Kiara y su hermana Cristina realizaron durante este tiempo su educación en Buenos Aires. Sin embargo, el año pasado su mamá se vio complicada por un conflicto laboral, ya que es docente y era la directora de la escuela de Tapebicuá, una pequeña localidad a pocos kilómetros de Yapeyú.
“Yo no puedo estar acá. Si llega un corazón, no llegamos ni con un avión sanitario y no puedo sacar otro tipo de licencia porque es ella la que está enferma, no yo”, había comentado Reyes a medios cuando trascendió la noticia. Finalmente, debió renunciar a su puesto y el Ministerio de Educación de Corrientes extendió su licencia para que pueda continuar acompañando a su hija.
En mayo, su familia paterna realizó una movida solidaria para recaudar fondos, ya que la obra social no cumplía la totalidad de los gastos médicos y la vida en la ciudad de Buenos Aires se volvió complicada en términos económicos.
Además, con la colaboración de los vecinos capitalinos, lograron encontrar una leche especial que había comenzado a tomar producto de la necesidad de vitaminas que demandaba el tratamiento.
(BDC)