Corría el año 1810 y se efectuaba la Fundación de Curuzú Cuatiá. Lo hacía formalmente el general Manuel Belgrano, quien en nombre de la Junta Grande resuelve a la vez una controversia que mantenía el Cabildo de Corrientes con el de Yapeyú, por la jurisdicción del territorio que ocupaba el asentamiento. Belgrano al pasar por este lugar en su marcha hacia el Paraguay, a donde se dirigía en busca de la adhesión del país guaraní, a la causa de Mayo.
Curuzú Cuatiá está encerrado entre los ríos Miriñay y Mocoretá, al Este, Corriente al Noroeste; Arroyos Villanueva, Aguaí y Yaguarí, al Noroeste; y Arroyos Tuna, Basualdo, Barrancas y el río Guayquiraró, al Sur. Algunos de los arroyos que recorren el departamento son: Pindó, María Grande, Pelado, Osamenta, Curuzú Cuatiá, Castillo, San Gerónimo, Pago Largo, Tunas, Villanueva, Barrancas, Basualdo, Aguaí y otros menores.
Estas tierras eran conocidas desde tiempo muy lejano por los guaraníes, quienes le dieron el nombre de Curuzú Cuatiá. Habían sentado allí sus reales varias tribus errantes: Mepenes, Mocohetá, Guayquirarog, Arubaí y Caingang, pertenecientes casi todas ellas, a la gran raza Guaraní. Eran tribus errantes, con características similares en su organización social, familiar, religiosa, y en sus hábitos alimenticios.
Los indígenas no se adaptaron a la llegada del español y a mediados del siglo XVII, el Cabildo de Corrientes organizó expediciones armadas. Una vez que estas tierras quedaron libres del peligro, los españoles comenzaron a asentarse en ellas.
Existía en estas tierras una cruz grande con letras, que el tiempo y las quemazones habían borrado, aunque en 1781 aún había vestigios. Acordaron los de Corrientes con los de Yapeyú hacer un cordón con nueve algarrobos, dichos árboles servirían de líneas divisorias a ambas pertenencias.
El conflicto con Yapeyú surgió primero a partir del asentamiento de estancias y se agravó más aún cuando poco después, a fines del siglo XVIII, se produce la autorización del Cabildo de Corrientes a don Tomás del Castillo para levantar una Capilla en el lugar que nucleaba a los pobladores; y en 1793 se encrespan más las relaciones cuando el Virrey Marques de Avilés y Fierro autoriza al Juez Comisionado don José Sambrana la fundación de un poblado alrededor de la Capilla. Se organiza el pueblo y se reparten tierras a 64 pobladores, proponiéndose como nombre para el asentamiento, el de "Nuestra Señora del Pilar de Curuzú Cuatía". Yapeyú inicio sus reclamos y decide el Virrey la suspensión hasta que se dirima el conflicto. Los curuzucuateños no abandonaron la esperanza de fundar el pueblo y reintegrarlo a la jurisdicción de Corrientes.
El problema lo solucionó finalmente el Vocal de la Junta de Mayo, Don Manuel Belgrano, quien creó oficialmente el 16 de Noviembre de 1810, el pueblo de "Nuestra Señora del Pilar de CURUZÚ CUATIÁ".
Belgrano había salido de Buenos Aires con un modesto ejército de 200 hombres el 26 de septiembre de 1810, pasó por San Nicolás donde sumó 357 hombres y el 1º de octubre llega a Santa Fe, donde permaneció varios días. Allí compró telas de color amarillo, rojo y azul para confeccionar la bandera para su ejército. Cruzó el río y llegó a Paraná el 9 de octubre, de donde salió el 2 de noviembre arribando a Curuzú Cuatiá el día 7 en horas de la tarde.
La Bandera de Curuzú Cuatiá: Belgrano hace confeccionar la bandera tricolor, similar a la que plantó Francisco Miranda en Venezuela en 1807, y a la de la Gran Colombia que soñara Bolivar. La confeccionan mujeres del poblado y la bendice en la capilla el mismo 16 de noviembre, cumpliendo lo que entendía era imperioso, que el ejército tuviera su propia bandera. En base a estos antecedentes, el doctor René Borderes auspicia ante concejales locales en 1994, que el municipio la instituya como emblema local, y así el concejal doctor Horacio Julio Rodríguez promueve el proyecto de ordenanza respectivo.
Manuel Belgrano y su ejército, después de fundar Curuzú Cuatiá, cuya acta fue escrita por su secretario Coronel Ignacio Warnes, cuyo original se guarda bajo custodia; permaneció en el pueblo hasta el 18 de noviembre, día en que continuó su marcha cumpliendo con su misión. Estuvo 11 días en esta ciudad, a la que Roberto Romero en la actualidad la bautizó “La Sucursal del Cielo”.
La Iglesia había sido construida por los vecinos en 1799 y sirvió de refugio espiritual hasta 1873, cuando un voraz incendio la transformó en cenizas. Su ubicación era en la actual esquina de Castillo y Juan Pujol. La actual en su nuevo emplazamiento fue inaugurada el 12 de octubre de 1890 y su construcción estuvo dirigida por el señor Francisco Baquer, en un terreno donado por Antonio Llopart. En ella se venera la pequeña y muy añosa imagen de Nuestra Señora del Pilar.
Otro templo importante es el de San Juan Bosco, donado por la familia Perrazo y consagrado el 14 de agosto de 1943. En tanto, la Capilla Santa Teresita de las Hermanas Carmelitas fue inaugurada el 3 de octubre de 1947.
Por el año 1814 las mejores casas eran las de las familias Casco y Mendoza, donde solían alojarse los curas que venían de San Roque a dar misa.
En 1817 a raíz del peligro que representaban las incursiones portuguesas en la costa del Uruguay, el Cabildo de Corrientes decidió que se congregaran las milicias en Curuzú Cuatiá a las órdenes del Comandante Manuel Antonio Ledesma.
En 1825 la población era de 4.000 habitantes y el gobierno de Pedro Ferré, quien se encontraba en Curuzú Cuatiá al frente de su cuartel en defensa del peligro brasileño, funda la primer Escuela el 7 de febrero. El 8 de junio de 1833 la Viceparroquia de Nuestra Señora del Pilar de Curuzú Cuatiá, que dependía de la de San Roque, fue elevada a la categoría de Parroquia. El 2 de diciembre de 1837, pese a los denodados intentos realizados por el médico Amado Bonpland, traído especialmente en carreta desde su finca de Santa Ana (hoy Bonpalnd), muere en Curuzú Cuatiá el gobernador Rafael Atienza. Por unanimidad fue nombrado el 14 de enero de 1838 gobernador de Corrientes el coronel Genaro Berón de Astrada, quien asumió el día 21. De ahí en más, esta ciudad es escenario de históricos acontecimientos: Pago Largo el 31 de marzo de 1839 y el general Juan Lavalle que llega el 18 de octubre de ese año y Pedro Ferré lo designa General en Jefe del 2º Ejército Libertador. Reunión que se realiza en el Rincón del Ombú en la casa, conservada hasta hoy de Llopart.
El 9 de octubre de 1852 es elevada al rango de Villa. Llegó Caseros con el triunfo sobre Rosas y todo hacía suponer que las luchas concluirían, pero no fue tan así. De tanto en tanto los acontecimientos políticos continuaban sacudiendo al pueblo. En 1862 los coroneles Valerio Insaurralde y Basilio Acuña se levantan en armas y se produce el Combate de Curuzú Cuatiá, en 1854 y en 1855, es el curuzucuateño Nicanor Cáceres, con sus intentos de destituir al gobernador Juan Pujol. En 1871 y es el coronel Valerio Insaurralde quien derrota a una columna de López Jordán en 7 Árboles, y remata esto en Ñaembé.
En el año 1873 con Rafael Perazzo comienzan a llegar los inmigrantes a Curuzú Cuatiá, quien se casó con Victorina Rivara, hija de otro matrimonio Genovés, con cuyo suegro instaló un primer gran negocio de Ramos Generales. Otro que llegó por entonces fue Antonio Bobbio, nacido en Chiavari, Italia, a quien lo siguió Luis Bobbio que fue recibido en la casa de la familia italiana de don Luiggi Furnus. Siguieron los arribos con los franceses Pedro y German Borderes. En 1869, muy joven llegó al pueblo don Ernesto Riolfi, nacido en Gubbio, Italia, quien contrajo enlace en esta tierra con María Grossi, hija de don Luis Grossi. La colonia italiana ya era fuerte en Curuzú Cuatiá y nace el 2 de enero de 1876 la “Sociedad Italiana e Benebolenza”, y se suman otros como Barozzi, Pozzi, Nicolini, Macedra, Castello, Prato, entre tantos. En 1888 es declarada Villa y se inaugura el Palacio Municipal. El mismo año se inaugura el imponente edificio del Club Social, obras del ingeniero italiano Juan Col.
El 8 de diciembre de 1901 se funda el Tiro Federal y en 1909 se funda el Club Atlético General Belgrano. Los primeros 10 teléfonos funcionan en 1904. En 1911 llega la luz eléctrica y en 1912 Antonio Bobbio inaugura su Teatro Colón. El 25 de octubre de 1914 se inaugura la Biblioteca Popular Rivadavia. Y también nace la Sociedad Española con Tomás Gil, José Iturriaga, Miguel Arriaga, Manuel Aspiazú, Martín J. Garín, Aldaz, Sorribes, Marticorena, Iriarte, Beláustegui, Güenaga, Elizondo, Errecart, Ordenavía, Ezcurra, entre otros. Inaugura su edificio en agosto de 1914 y nace el periódico Cultura, el 9 de julio de 1917, de la mano de don Benerildo Grebe y por muchos años dirigido por su hijo Raúl.
Otros vecinos contribuyeron a su progreso como ser: los intendentes Nemesio Furnus, Francisco Podestá, Luis Barberán, Onías Gauna, Luis Bobbio, Mateo Bruno, Pedro Ezcurra, José Antonio Garín, Tomás Luis Pozzi, Roberto Loureiro, Fernando Irastorza, Anibal Riolfi, José Francisco Candia, René Borderes, Pedro Sorribes, Abel Grela entre otros y familias como: Saloj, Chiappe, Fuch, Verde, Oyuela, Crispo, Zualet, Lidueña, Foutel, Di Tella, Carlevaro, Boccadoro, Pozzi, Passetto, Villar, Sánchez Avalos, Tripaldi, etc.
El Banco Nación inaugura su edificio el 12 de diciembre de 1916. El Profesor Eduardo Sánchez Avalos dijo esta frase histórica: “Curuzú Cuatiá Nació con la Patria”. Y quedó como Slogan en la voz de todos los Curuzucuatienses.