El fiscal rural y ambiental de Santo Tomé, Martín Alejandro Leiva, explicó en diálogo con Hoja de Ruta cómo se desarrolla el trabajo de prevención y control de delitos rurales en la zona fronteriza con Brasil. Señaló que, aunque los recursos son limitados, la coordinación entre las fuerzas y la Justicia permitió reducir los hechos más graves de abigeato en la región.
“La situación de Santo Tomé es muy similar a la de Paso de los Libres o Monte Caseros: ciudades ribereñas, con monte y zonas de difícil acceso. Los recursos son finitos, y eso complica los controles, sobre todo en épocas de lluvia”, explicó.
El fiscal recordó que los últimos hechos de gravedad involucraron enfrentamientos entre personal de Prefectura y embarcaciones provenientes de Brasil, lo que derivó en un refuerzo de los patrullajes y la incorporación de una aeronave que sobrevuela la costa del Uruguay desde Ituzaingó hasta Monte Caseros.
“Después de ese episodio, Prefectura intensificó los controles con apoyo de otras localidades. Eso hizo que los hechos disminuyeran en los últimos meses”, sostuvo.
Leiva destacó también el trabajo articulado con el PRIAR (Policía Rural y Ecológica), al que definió como “los brazos ejecutores” de la fiscalía: “Tenemos una relación excelente. Son policías con conocimiento de campo, de la documentación ganadera y de la dinámica rural. Están en contacto directo con la fiscalía, incluso de madrugada, porque sabemos que están en primera línea y necesitan respuestas rápidas”.
Consultado sobre la participación de los productores en las denuncias, el fiscal insistió en la importancia de formalizar los hechos para poder actuar: “Sin denuncias, no tenemos estadísticas. Y sin estadísticas, no podemos pedir más personal ni recursos. Le explicamos a los productores que no hace falta que vengan personalmente: basta con avisar por teléfono y nosotros iniciamos el trámite de oficio”, señaló.
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