Capital: revelaron fotografías de una plaga de cotorras

Tres investigadores en ornitología reportaron el primer caso de una población de cotorras Kramer, en la plaza La Cruz y en la costanera al río Paraná de la ciudad de Corrientes. Se trata de una especie invasora, que provocó interacciones agresivas con otras aves nativas. 

Este es el primer registro documentado de la presencia de una pequeña población reproductora de cotorras de Kramer en Argentina, que hasta la fecha sería la más austral de América. Si bien los vecinos cercanos a la plaza dijeron haber visto a estas cotorras de anillos rosados por primera vez hace un año, no sabían su origen ni su número exacto. 

Los investigadores señalaron que las interacciones con otras aves fueron negativas y que “en la ciudad de Corrientes se deben adoptar medidas de monitoreo para dar seguimiento al estado y tendencias poblacionales de esta especie como parte de un programa de manejo adaptativo”.

Especie carismática

“La gente generalmente ignora los riesgos que las especies exóticas invasoras representan para la biodiversidad de las especies nativas. El control letal de especies invasoras, especialmente si son carismáticas, suele ser impopular y puede dar lugar a protestas públicas, que dificultan y acaban cancelando estos programas”, dijeron los observadores de aves en su reciente reporte “Primer registro de una población de perico de anillos rosados (Psittacula krameri) en Argentina”, publicado en inglés en la revista Neotropical Biodiversity y firmado por Mario Chatellenaz, Juan Fernandez y María Thomann.

De hecho, durante el transcurso de este trabajo, algunos vecinos del parque expresaron desconfianza e incluso cierta hostilidad hacia la presencia de los investigadores. Creyeron que trabajaban para alguna agencia gubernamental a cargo del manejo de la vida silvestre. “Por lo tanto, estas agencias deberían considerar participar en campañas de educación pública sobre los riesgos que las especies exóticas invasoras representan para la fauna nativa, para disuadir a las personas de proporcionar alimentos a individuos salvajes o liberarlos del cautiverio”, advirtieron. 

Por ejemplo, una población de cotorras de Kramer introducida en la isla La Palma (Islas Canarias, España) fue erradicada con éxito mediante la participación de la comunidad local, sin ningún conflicto. 

Hábitos

Los investigadores tuvieron noticia de la presencia y anidación de esta especie en Corrientes por las publicaciones en los medios de comunicación locales, a mediados de octubre de 2020. “Dos días después, avistamos un periquito de anillos rosas macho en una de las plazas de la ciudad. Se posó bajo y despegó antes de ser fotografiado. El día 24 de ese mes regresamos al lugar temprano en la mañana y pudimos observar un grupo conformado por un macho y dos hembras adultas; los acompañaban dos juveniles que evidentemente habían abandonado el nido apenas unos días antes”, detallaron los investigadores. 

Encontraron el nido en un agujero sin excavar en el duramen en descomposición de una rama aún viva de un viejo espécimen de yvyrá-pytá (Peltophorum dubium). Durante ese día y el siguiente, observaron el comportamiento del grupo entre las 7 y las 9. 

Alimentación

“Los loros permanecieron dentro de la plaza y sus alrededores, sin alejarse más de 100 metros. Fueron observados alimentándose de semillas secas de lapacho (Handroanthus heptaphyllus), de las semillas de las sámaras aún inmaduras de yvyrá-pytá y de las flores de braquiquito (Brachychiton sp)”. 

“Se observó que los juveniles eran alimentados, en varias ocasiones, tanto por el macho como por la hembra, que regurgitaban una sustancia blanquecina y pastosa. Sin embargo, también vimos a los juveniles arrancar y consumir pedazos de líquenes epífitos (Parmeliaceae). También se observaron adultos descendiendo al suelo, junto con palomas bravías (Columba livia), para consumir el alimento para pájaros arrojado por los visitantes de la plaza”, detallaron.

Interacciones

También registraron dos interacciones de loros juveniles con dos especies de aves nativas: “En una ocasión, uno de los juveniles acosó y desplazó a una torcaza (Zenaida auriculata) de la rama donde estaba posada. Minutos después, otro juvenil fue atacado y desplazado por un zorzal de vientre cremoso (Turdus amaurochalinus)”. “El 28 de febrero de 2021, poco después del amanecer, se observó otro grupo de cuatro individuos en un paseo peatonal a lo largo del río Paraná, a unos 1000 metros en línea recta de la plaza donde se observó el primer grupo. A diferencia de los primeros, estos individuos desconfiaban mucho de los humanos y no permitían que nos acercáramos a menos de 50 metros. Se alejaron después de un tiempo, antes de que pudiéramos fotografiarlos o identificar su sexo de manera confiable”, lamentaron.

Ataques

Las cotorras de Kramer son una especie con un alto éxito reproductivo y ecológico. Actualmente están expandiendo su rango geográfico, tanto en sus áreas nativas como en muchas otras áreas donde han sido introducidas voluntariamente o escapadas del cautiverio.

“En los países donde se han introducido, las interacciones entre las cotorras de Kramer y otras especies de aves son generalmente negativas”, señalaron los investigadores. Estas interacciones incluyen competencia por interferencia, acoso e intimidación. 

También se sabe que los periquitos de anillos rosados atacan y matan a otras aves sin motivo aparente, como los gorriones comunes (Passer domesticus) y los herrerillos comunes (Cyanistes caeruleus). Se han observado ataques fatales en ardillas rojas (Sciurus vulgaris) y ratas de Noruega (Rattus rattus), aunque estos encuentros fatales ocurrieron probablemente debido al hecho de que estos mamíferos son depredadores potenciales de huevos y polluelos. “Aunque observamos solo dos interacciones directas con otras aves, una torcaza atacada por un periquito juvenil y un periquito atacado por un zorzal ventridorado, el hecho de que ambas partes fueran agresivas sugiere que las interacciones interespecíficas también son negativas aquí”, subrayaron los autores de este reporte.

Advirtieron también que las cotorras de Kramer “podrían entrar en competencia con especies de aves nativas que también anidan en las cavidades de los troncos de los árboles en los parques de la ciudad”. Este no es un problema menor, ya que se ha confirmado que las cotorras de Kramer pueden desalojar agresivamente e incluso matar a los ocupantes de las cavidades de los árboles. 

(IB)