Aguará guazú: en Cambridge publicaron los lugares donde aparece el zorro grande

Un equipo científico publicó en la editorial de la Universidad de Cambridge una actualización del rango de distribución del aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) en Argentina. Los hallazgos indican un área actual de ocupación un 61% más alta que la calculada anteriormente. 

Crearon una base de datos que incluye 1051 registros nuevos de aguará guazú; y calcularon el área de ocupación de la especie en Argentina en 500.000 km2. Los datos actualizados fueron recopilados por Marcela Orozco, Nicolás Caruso, Belén Natalini, Karina Iaconis, Marcela Tittareli, Cecilia Juárez, Andrés Pautasso, Conrado Rosacher, Paula González Ciccia y Lucía Soler. 

La pérdida de hábitat se considera una de las principales amenazas a las que se enfrenta el aguará guazú, además de los atropellos, la caza ilegal y las enfermedades. Previamente, en 2018 se publicaron datos para modelar el rango de distribución del lobo de crin, y los resultados sugieren que las áreas más favorables para la especie se encuentran en el sureste y centro de Brasil, el sur de Paraguay y el noreste de Argentina. 

La anterior distribución publicada de la especie, en 2008, fue utilizada para generar una base de datos de nuevos registros del aguará guazú en Argentina para 2009–2021. También agregaron registros para 1988–2008 no informados anteriormente. 

Obtuvieron datos a través de una revisión bibliográfica que abarcó artículos revisados por pares y publicaciones locales. La recopilación de datos incluyó avistamientos y rastros confirmados (propios o proporcionados por colaboradores locales), individuos rescatados en áreas urbanas, registros de museos y zoológicos e informes gubernamentales. 

Datos

Para diferenciar los registros, los agruparon en dos categorías: aquellos expuestos a peligros particulares (atropellados, capturados vivos, deambulando por áreas urbanas, cazados, heridos, enfermos, atacados por perros o afectados por la sequía y/o el fuego) por un lado y, por otra parte, los lobos de crin que viven en libertad y no están expuestos a tales peligros. En el mapa de calor puede verse esta distribución de peligros (hazards) altos y bajos. 

Obtuvieron 1.051 nuevos registros de C. brachyurus en Argentina para 2009–2021, 423 de los cuales fueron de lobos expuestos a peligros (292 muertos en rutas, 53 capturados vivos, 31 deambulando por áreas urbanas, 18 cazados, 18 heridos o enfermos, siete atacados por perros y cuatro afectados por sequía y/o fuego). La distribución geográfica de los registros de aguará guazú expuestos a amenazas se concentró en áreas marginales del Chaco Húmedo y cerca del área de transición entre el Chaco Húmedo, Espinal y Chaco Seco, superponiéndose con las áreas marginales suroeste de la cordillera. 

Encontraron 178 registros para 1988–2008 que no se habían informado anteriormente. El área de ocupación calculada a partir de los datos de 1988–2008 fue de 310.000 km2 (extensión de ocurrencia: 513 268 km2), mientras que el área de ocupación calculada a partir de los datos de 1988–2021 fue de 500.000 km2 (extensión de ocurrencia: 838.474 km 2).

Peligros

Los grandes cánidos han sufrido cambios significativos en los rangos de distribución, asociados con factores ambientales climáticos y biogeográficos. El aguará guazú no es una excepción a este fenómeno global. Las proyecciones para 2050 señalan que habrá una reducción del 33 % en los hábitats donde actualmente se encuentra este zorro grande en América del Sur, con algunas áreas estables que permanecerán en la parte central de su área de distribución. 

La especie se ha registrado cada vez más en áreas deforestadas en Brasil. En Argentina, los registros del aguará guazú han aumentado desde 2010 y hay una intensa modificación del hábitat de la especie.

La mayoría de los nuevos registros reportados aquí se encuentran en las ecorregiones Chaco Seco, Espinal y Pampeana, y muchos corresponden a áreas marginales del rango de distribución, donde la idoneidad del hábitat para el aguará guazú es intermedia o baja. En tales áreas, las amenazas locales podrían tener un impacto significativo en la conservación de la especie, dada la alta frecuencia de exposición a factores antropogénicos y peligros identificados. 

Una alta proporción de estas tres ecorregiones se modifica y/o transforma, con pocas áreas protegidas. La producción ganadera y agrícola se ha identificado previamente como las mayores presiones en las ecorregiones argentinas donde se encuentra el aguará guazú. 

Estas presiones han aumentado en el Chaco Seco y Espinal durante los últimos 10 años, donde la especie antes era menos prevalente, excepto en una pequeña área de transición entre ecorregiones. Si bien la ecorregión pampeana fue inicialmente la principal área de desarrollo agrícola en Argentina, la deforestación se ha expandido a las ecorregiones Espinal y Chaco, que representan el 80% de la deforestación en el país. 

Adicionalmente, en los últimos años el aumento de la temperatura global asociado a la actividad antrópica ha provocado sucesivos incendios en gran parte del área de distribución del aguará guazú, provocando la desaparición de gran parte de los humedales típicamente utilizados por la especie en Argentina. Los cambios ambientales asociados con las altas tasas de deforestación en algunas ecorregiones y el aumento de las tierras de cultivo en todo el rango de distribución de la especie, junto con los efectos potenciales de los cambios en las precipitaciones y la temperatura, podrían, en cierta medida, explicar los registros en nuevas áreas.

Los resultados de este estudio muestran que el área actual de ocupación del aguará guazú en Argentina es un 61% superior a la de 1988-2008. Sin embargo, la ubicación y la frecuencia de los peligros informados y la intensa transformación ambiental en áreas donde la especie se ha documentado recientemente sugieren implicaciones contrarias a la intuición para la conservación de la especie debido al aumento de las interacciones entre humanos y vida silvestre. 

Esta actualización identifica las áreas en Argentina donde los esfuerzos de conservación del lobo de crin son urgentes debido a la exposición a peligros identificados. Históricamente, la mayoría de los proyectos de investigación y conservación se han centrado en áreas donde la especie parece ser abundante y se ha registrado con frecuencia.