Especial Carlos Lezcano
Sergio Baur es Profesor especial de Historia egresado de la Universidad de Belgrano, diplomático de carrera e historiador, con amplia trayectoria vinculada a las artes y la cultura. Fue embajador en Túnez y Egipto entre los años 2011 y 2016 y en la actualidad se desempeña en el área de Asuntos Culturales de la Cancillería.
El miércoles a las 17 hs. dictará una conferencia en el marco de Arte Co sobre “Los mecanismos de internacionalización de la producción artística nacional”.
Si miramos en perspectiva las ediciones anteriores la feria de arte de Corrientes podemos afirmar que mostró y posiciono a los artistas visuales en la provincia y el nordeste en un territorio regional, que incluye a Paraguay. No es menos cierto que en las últimas ediciones lo hizo en la escena federal evidenciado en la llegada de coleccionistas de distintos lugares del país que abrió las puertas a la difusión y un mercado más amplio.
La visita de Baur se inscribe en esta secuencia valiosa de gestión pública ahora mirando el mercado internacional. En la entrevista realizada en Radio de la Unne conversamos sobre las posibilidades de asomarse a un recorrido internacional.
¿Cómo se integran las provincias a la producción artística nacional?
Las provincias y los artistas se integran, y en realidad al sistema del arte en Argentina cuando las reglas son transparentes, y para eso están las plataformas de promoción del arte argentino en el exterior. Por ejemplo, la Bienal de Venecia, que es una institución icónica desde fines del siglo XIX para la promoción del arte. O sea, por allí han pasado no solo los grandes artistas internacionales y también los argentinos. Y en ese aspecto, desde hace unos años se realiza un concurso nacional para elegir al artista que va a representar a Venecia. Y eso se está haciendo más o menos desde el año 2017-19. Y, por ejemplo, una artista de las elegidas en la primera oportunidad que la Argentina abrió el concurso, fue una artista de la provincia de Santa Fe.
O sea, el país es federal en ese sentido,y obviamente abierto a que estas cosas sucedan, aquí está manifestado el mecanismo.
En realidad, la federalización del país equivale, cuando hablamos de arte y de cultura, al talento de sus creadores y no todos tienen que estar en la Ciudad de Buenos Aires o solo se promueven los la Ciudad de Buenos Aires. Porque, en realidad, el talento tiene ese espíritu tan mágico que ubica al creador en cualquier sitio y rincón del mundo. Por ejemplo, se ha visto en la última Bienal de Venecia, que fue curada por el crítico brasileño Adriano Pedrosa. Una de las principales figuras invitadas de la Argentina a esa Bienal fue una artista sumamente talentosa, también de las provincias del interior de nuestro país, llamada La Chola Poblet. O sea, lo que uno tiene que reforzar no es la localización, sino el talento.
Y además de eso, ¿cuáles otros mecanismos de internacionalización hay?
Los mecanismos de internacionalización del arte también están muy vinculados a la difusión del arte argentino en el exterior, ya sea a través de Bienales, de exposiciones o ferias internacionales. Así como vamos a presenciar esta feria ya clásica de la Ciudad de Corrientes, el mundo también tiene grandes ferias de artistas que son muy importantes para poner en circulación las obras de aquellos a que han producido y que ellos son elegidos generalmente por sus propios galeristas. Si bien la presencia de una galería de cualquier país en el exterior es un tema costoso y trabajoso, por otro lado, es cierto que la feria de arte es lo que impulsa al mercado del arte y de alguna forma a la circulación y el conocimiento de los artistas.
Y la mediación del galerista es fundamental.
Por supuesto. El galerista tiene un rol fundamental que es la de elegir a sus artistas y de elegir aquellos trabajos que él siente que van a entrar en la sensibilidad del comprador y del observador también. Porque las galerías de arte hacen, a veces sin proponerlo, un trabajo pedagógico, que nos pone en contacto con obras que posiblemente de otra manera no las conoceríamos.
Esto es posible porque las galerías han evolucionado hacia un alto nivel de profesionalización en la Argentina, me parece.
Absolutamente. Pero justamente por esto, porque las galerías se han dado cuenta en estas visitas internacionales a ferias tan importantes para la Argentina como es Arco en Madrid, que se lleva a cabo todos los años, o ferias más específicas de fotografía contemporánea en Nueva York por por ejemplo, o Art Basel de Miami, donde acuden muchos galeristas argentinos. Se han dado cuenta que el tema de la profesionalización es fundamental. Cuanto mayor profesionalismo adquiere el galerista, también con estas actitudes pedagógicas, en definitiva, también va a ir en beneficio de su propia actividad comercial.
Claro, porque lo que cuenta no es sólo el qué, sino el cómo. Porque uno puede tener algo muy bueno, pero es probable que no lo sepa mostrar. Y la clave está en las dos cosas, el qué y el cómo.
Absolutamente de acuerdo. Y también hay que pensar que la Argentina, por ejemplo, que desde la primera edición de la Bienal de Venecia en 1898, estuvo presente con sus artistas. O sea, tenemos una historia en la difusión del arte en el exterior durante todo el siglo XX bastante constante. No sé si siempre intensa, pero al menos bastante constante. Esto también habla de una vocación no sólo de los artistas, sino también de los gestores culturales que han acompañado a esa situación. Y tenemos también galeristas pioneros, por ejemplo, como puede ser la galerista Ruth Benzacar, lamentablemente fallecida, que ha volcado su experiencia a los galeristas más jóvenes y su galería ha sido en el sentido de la internacionalización del arte, un ejemplo y un modelo.
O sea que los artistas de esta región del Nordeste, pueden acceder a todo este mercado. Hace falta producir, pero hace falta vender, y no está mal vender.
No, por supuesto, y además que la venta de obras de arte no sólo estimula y ayuda en forma absoluta al artista y al galerista, sino a quien tiene la posibilidad de comprar, porque algunas tienen costos tan altos. Siempre es bueno comenzar con artistas jóvenes que se están iniciando, cuyos precios son mucho más accesibles, y ahí se suma otro elemento de alto valor agregado, que es el mercado.
Valoremos también la función del coleccionista, clave en el circuito en las gestiones estatales.
Si, y estimular obviamente al coleccionismo en todo país, porque el coleccionismo tiene en sí mismo una naturaleza muy positiva. El hecho de que la persona, más allá de las colecciones más profesionales, lo importante es que el que compra, compre lo que le guste. Eso es fundamental, uno tiene que vivir con los objetos y con las imágenes que le gustan. Pero el coleccionista también hace algo muy interesante, porque es como un curador privado en ese punto. Él tiene una mirada propia sobre lo que es el arte y tiene los cortes necesarios, arbitrarios o no (eso tampoco importaría), de cómo concibe o cómo pone su mirada en la contemporaneidad. Por eso es importante el tema del coleccionismo para el estudio de la historia del arte. A través de las épocas hemos visto siempre la existencia de coleccionistas, es una pasión inherente al hombre.
Usted es embajador. ¿Cómo fue llegando a esta especificidad de estos temas?
Porque estoy en la carrera diplomática en la Cancillería argentina tiene un área que es muy tradicional, que es la de Asuntos Culturales, que es la que está vinculada a la relación de nuestro país con las instituciones culturales del exterior. Y de ella depende el envío a las bienales por ejemplo. Siempre me pareció que esta manera de la diplomacia, de expresarse a través de lo cultural, es una manera que llega mucho y que permite el conocimiento y el relacionamiento con las distintas naciones. O sea, durante todo el siglo XX, sobre todo a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, hemos visto surgir instituciones nacionales de los países, como puede ser la Alianza Francesa, el Instituto Goethe, que ellos son modelo de la importancia que tiene la promoción cultural de un país en el exterior.
Es una función estatal.
Es una función estatal que convive con lo privado, porque no está exclusivamente vinculada al arte. Hay otros temas fundamentales, como por ejemplo la industria editorial y la presencia de los países en las distintas ferias internacionales del libro, que también son encuentros culturales fundamentales.
Usted está preparando, junto a Emilio Burucúa, una exposición sobre Egiptología.¿Puede contarnos de qué se trata?
Si, es una exposición sobre egiptofilia, o sea lo que es el amor a Egipto de una determinada sociedad o de una persona. La Argentina, desde su origen en la nacionalidad, fue siguiendo este tema, a pesar de esta gran distancia que tenemos, hay testimonios de su cultura y del imaginario egipcio en Argentina. Pensemos por ejemplo en la pirámide de la Plaza de Mayo, que es un elemento de la arquitectura de Egipto. O sea, siempre hemos estado cerca de todas estas imágenes, de estos conceptos de Egipto, hasta obviamente comienza un proceso de mayor profesionalización, como hubo a través del siglo XX, en donde nuestros grandes museos, como el de la Plata, de la Universidad de la Plata, museos como el Etnográfico, hasta una colección privada como la colección Fortabat, han reunido objetos muy interesantes de Egipto. En esta muestra lo que queremos es poner en evidencia cuál fue el impulso del coleccionismo argentino a través de Egipto, cuáles son los objetos que existen dentro de esta cultura en nuestro país, y resaltar también la permanente actuación de distintas expediciones de las universidades argentinas a Egipto que se han dado de manera casi constante Buenos Aires, La Plata y Tucumán. Le diría que hubo un gran desarrollo de las expediciones argentinas a Egipto y una participación científica constante de las universidades argentinas.
Entonces, queremos poner todo eso en valor y también cómo el imaginario de Egipto también entró en el mundo del arte argentino, por ejemplo, Xur Solar, que era un gran apasionado de esta cultura antigua. Lo mismo que la literatura de Borges, a través de toda su obra, siempre hay referencias muy sutiles a la civilización egipcia.
Tenemos en nuestro imaginario, a través del cine, a los arqueólogos que llegan a finales del siglo XIX y comienzos del XX o en la novela policial de Agatha Christie. ¿Ese clima de época llega a la Argentina, en el siglo XX?
Si a principios del XX, en el Archivo General de la Nación (y será exhibida en la exposición), hay películas de familias muy prominentes de ese momento, sobre todo una, que filman, pero no lo filman de manera amateur, lo filman con alguien que lo filma profesionalmente, de su viaje por el Nilo, que si usted ve esas imágenes del año 27, parece que estuviera viendo, como bien dijo, una película de Agatha Christie como muerte en el Nilo. Siempre hubo una curiosidad de los argentinos por el tema de Egipto, y lo que sí es increíble, que si uno profundiza el tema, ve cómo los intelectuales permanentemente siguieron ese tema. Por ejemplo, Oliverio Girondo tiene un poema muy conocido sobre el Nilo, escrito cuando hace el primer viaje a Egipto. El caso de Borges, su primera crítica referida a Egipto, la hace del libro de su primo llamado Álvaro Melián Lafinur, que recita permanentemente a esa familia .El libro se llama “Las nietas de Cleopatra”, que son relatos de la Belle Époque que pasan en Egipto, y que hacen siempre referencia a algún tema arqueológico.
Pero además del clima de época, nuestra burguesía era curiosa. Se ocupaba de estos temas. Hay una clave aquí.
Es un tema muy importante porque hace mucho también a la formación de la nación. Y obviamente eso se fue desprendiendo y llegó ese atractivo también a distintos sectores de la sociedad. O sea, a los niños que estudian todo lo de Egipto, es una gran fascinación. Pasa en todas partes del mundo y en Argentina con esta gran peculiaridad.
¿Cuándo va a estar esto en el Museo de Bellas Artes?
Fines de octubre es la inauguración.