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Avanza la investigación por los desaparecidos arrojados al río Paraná

Declaró el Antropólogo Juan Nobile, aportando información sobre la sistemática del arrojamiento de cuerpos al río Paraná.

Por El Litoral

Lunes, 03 de noviembre de 2025 a las 09:39

El Antropólogo Juan Nobile, coordinador del Nordeste del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), brindó su testimonio en la causa del Juzgado Federal N° 1 de Resistencia, en la que se lleva adelante la búsqueda de los cuerpos de los desaparecidos del Terrorismo de Estado en el Chaco. Además, la declaración se incorporó al proceso judicial por el Derecho a la Verdad del caso de Carlos Enrique Tereszecuk.

El antropólogo realizó una reseña de las exhumaciones de cuerpos que fueron identificados y restituidos a sus familiares como Rómulo Artieda en 2008, Julio Andrés Pereyra en 2014 y Carlos Enrique Tereszecuk en 2018, los que estaban sepultados en Tumbas NN en el Cementerio de Empedrado – Corrientes y que habían sido rescatados del río Paraná en los años 1976 y 1977.

Juan Nobile precisó que: “Los tres cuerpos habían sido ingresados como NN en el cementerio de Empedrado y habían sido hallados en el río, lo que se reconstruyó en base a testimonios de pescadores y a registros de Prefectura Naval Argentina sobre el hallazgo de cuerpos en el río y los informes de los institutos médicos legales cercanos y finalmente la inhumación como NN en el cementerio de Empedrado…”

El antropólogo también relató: “Los análisis forenses determinaron evidencias, como fracturas y lesiones visibles en los restos óseos que estaban vinculadas a heridas perimorten, compatibles con las producidas por armas de fuego, fundamentalmente que podían llegar a corresponder armas de tipo 9 mm y también de fusil automático liviano. También había hallazgos de restos de elementos para ataduras de estos cuerpos. Por eso se puede realizar una trazabilidad de personas desaparecidas que fueron ejecutadas, arrojadas al río y que fueron halladas precisamente en cercanías de la localidad de Empedrado, Corrientes.”

En cuanto al corte de las extremidades de los dedos de las manos en los cuerpos, Nobile describió: “Para esos restos está evidenciado y descripto por las autopsias que hicimos en el EAAF que habría existido una amputación de falanges de las manos, y eso también estaba especificado y descripto en el informe de autopsia que se había hecho.”

En otro tramo de su declaración sobre la sistemática de arrojamiento de cuerpos al río Paraná, relató:“Es una hipótesis muy fuerte, el hecho de haber utilizado el río como un lugar que favorecería la desaparición de cuerpos, como parte de una estrategia o sistemática. Esto de arrojar cuerpos al río lo tenemos registrado no solo en el caso de Chaco, sino también en las provincias de Misiones y Santa Fe, con altas cantidades de hallazgos de cuerpos flotando en el río, con evidencias similares a las de estos casos de Empedrado, como ataduras de extremidades y muerte violenta por armas de fuego. Cuerpos hallados en el río por pescadores que informaban a Prefectura, y que luego ingresaban como NN en los cementerios.”

Las identificaciones de los cuerpos de Empedrado

En una investigación que llevó adelante la Fiscalía Federal de Corrientes, el EAAF identificó en tumbas NN a tres desaparecidos de Chaco y Corrientes, cuyos cuerpos fueron rescatados de las aguas del río Paraná a fines de 1976 y mediados de 1977. Los restos presentaban las mismas características: desnudos, atados de pies y manos, corte importante en el abdomen, amputación de falanges de los dedos y heridas de disparos en el cráneo o el pecho.

Así se identificaron y restituyeron a sus familiares los cuerpos de Julio Andrés “Bocha” Pereira, fusilado el 13 de diciembre de 1976 en la Masacre de Margarita Belén, de Carlos Enrique Tereszecuk, visto con vida en la Jefatura de Policía de Resistencia a principios de noviembre de 1976, y de Rómulo Artieda, visto por última vez en mayo de 1977 en el Centro Clandestino del Regimiento 9 de Corrientes.

Sentencia por el Derecho a la Verdad

La Fiscalía requirió el dictado de un pronunciamiento por el Derecho a la Verdad, que establezca que Carlos Tereszecuk fue secuestrado por razones políticas a principios de noviembre de 1976, torturado en la Jefatura de Policía de Resistencia y luego asesinado y arrojado al río Paraná, siendo posteriormente sepultado como NN en el Cementerio de Empedrado, Corrientes.

El requerimiento se da ante el fallecimiento de los responsables de la Jefatura de Policía del Chaco en 1976, los Comisarios Carlos Thomas, Wenceslao Ceniquel y Lucio Humberto Caballero, y ante la imposibilidad de identificar a otros responsables.

Los familiares de Tereszecuk solicitaron el dictado de una sentencia garantizando el Derecho a la Verdad, con un sentido de reparación y que contribuya a la reconstrucción de la memoria histórica de la sociedad.

Asimismo, se solicitó que la sentencia reconstruya la sistemática del Terrorismo de Estado de hacer desaparecer a sus víctimas arrojando sus cuerpos al río Paraná, evidenciando un patrón común en las ejecuciones y condiciones de hallazgo de los cuerpos.

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