Pero la historia puede también hablar de Cholo Aguirre, que hoy me recibe en el pintoresco rancho de los Maldonado cuera (Aníbal, Pelusa, Benjamín y los músicos), en Paso de la Patria, bajo un cielo estrellado que apunta su luna hacia el esqueleto de los médanos.
Su niño interior se abre al recuerdo en las palabras de “Cholo”, autor de grandes composiciones que cantamos todos, más cuando la flor del lapacho anuncia que el dorado serpentea su libertad en las aguas del río Paraná y en Paso de la Patria comienza la fiesta.
“Trasnochados espineles”, “Río rebelde”, “Río manso”, “Río de ausencia”, “Río de angustia”, “Río de amor”, son algunos de esos temas que en letra le pertenecen.
“Roberto Uballes, autor de la música de Río rebelde, me dice ‘por qué no hacemos una polkita para la película’ y así nació “tiré tu pañuelo al río/ para mirarlo cómo se hundía...”. El esposo de Ramona Galarza, directivo del sello Odeón, le hace escuchar y con su visto bueno, se graba.
“¿Mbae ‘pa chinú?”, pronuncia arrastrando las palabras, quebrado por la emoción. Del otro lado de la línea telefónica, la que responde es Ramonita, desde Buenos Aires.
Félix Alberto “Cholo” Aguirre tiene 84 años y vive hace 42 en Madrid, España. Su esposa, sentada a su lado, se llama Elsa y fue quien armó las valijas para ir con la pequeña hija de dos años que tenían en común (al momento, son dos los hijos y dos los nietos), en un obligado destierro a la “madre patria”. “Me fui porque pedían al gobierno que corte mi carrera”. En su vida ha corrido “mucha agua bajo el puente” y a los saltos, pasando por alto un montón de anécdotas, se puede resumir así: de cuidar animales pasó a cantar en un bar del pueblo Timbúes, y ganaba lo que le dejaban en el plato que extendía reclamando unas monedas. “Me banqué como se bancan los chicos pobres, en mi casa las fichas estaban puestas en mi hermano mayor, Roberto, que desafinaba como una campana de goma, pero mamá le cuidaba la garganta con tecitos y miel”.
Fue el chico de los mandados en el circo de los Hermanos Ganni, la paga era de 3 pesos por día y de puro guapo, con los dedos chiflando fuera de las alpargatas, se ofreció de cantor y enfrentó al público, más entusiasmado por las zapatillas Pampero que le había comprado el dueño.
“¡Una de gritos! Me asusté, pedían otra, otra”, dice y llora.
A lo largo de este revivir su historia, Cholo Aguirre resopla su llanto, insuflando la tristeza que se le vuelve al corazón.
A los 15 años, en un pic-nic de la familia Bruno, en su pueblo de San Lorenzo, ganó un concurso de tango con el nombre “Angel del mar”. En tren de carga se vino hasta el Chaco y otro concurso de cantores en LT5 Radio Chaco le alumbró el destino: nació para cantar.
“El éxito no me dejaba dormir, era tanto el trabajo, tanto lo que tenía por escribir”, cuenta dando el salto más largo y alto para compactar esta rica historia.
“Integraba la orquesta de Juan Sánchez Gorios, cuando por un entredicho dejé todo y me fui. Saqué pasaje para Corrientes y en el colectivo un chico muy simpático me invita a su casa, me presenta a su madre que cocina para mí y surge la propuesta de visitar un lugar encantador, según sus palabras. No había nada, 3 ó 4 casas y un restaurante donde entro a cantar. De ese pueblo que es este, Paso de la Patria, hice algunas anotaciones. Tengo muchos papelitos que después se vuelven canción, como ‘Trasnochados espineles’, que fue ‘parido’ al otro día.
“Si usted nunca fue a Corrientes/ no conoce mi país”.
“¿Podés creer que en Ceuta, al lado de Marruecos, pasa un camión con esta inscripción?”, cuenta risueño.
Alberto Cortez, Nati Mistral y Julio Iglesias cantaron sus canciones. “El lanzamiento mundial de ‘Río rebelde’ lo hizo Julio, fuimos vecinos, excelente persona”.
Esta “ribera azul del Paraná” saluda su llegada, querido Cholo.
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