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/Ellitoral.com.ar/ Deportes

“Maravilla” Martínez: “Me siento extraordinariamente fuerte”

El excampeón del mundo regresará mañana al cuadrilátero en un combate que tendrá lugar en España. El oriundo de Quilmes peleará desde las 17 ante el local José Fandiño. 

Se producirá el regreso al cuadrilátero del boxeador argentino Sergio “Maravilla” Martínez, con 45 años de edad. “El desafío es maravilloso”, afirmó el quilmeño y aseguró que se siente incluso mejor que cuando era campeón del mundo. 

    El extitular mundial de peso superwélter y mediano se medirá con el español José Miguel Fandiño en una pelea que tendrá lugar en El Malecón de Torrelavega, Cantabria (España).

   En el rincón de “Maravilla” estarán Tinín Rodríguez, Jaime Lera y Raquel Bordons. (Raúl Paniagua no pudo viajar desde la Argentina por las consabidas restricciones de la pandemia de coronavirus).

   El combate está previsto para mañana a las 17, hora de la Argentina, y será televisado por TNT Sports. El pleito estará encuadrado en 73,500 kilogramos, peso supermediano, en una velada organizada por MaravillaBoxPromotions.

   En una entrevista que le concedió a Télam, a 48 horas de su regreso, el boxeador respondió: 

—Pocos boxeadores argentinos volvieron a los cuadriláteros a tu edad y los resultados fueron anodinos. ¿Soñás con hacer historia?

 —   En estos momentos tengo otra filosofía para mi vida. Sueño con hacer grande cada pasito. No sueño con hacer algo extraordinario. Si aparece, aparece. Quiero hacer extraordinarias las pequeñas cosas que hago cada día. Se ha elevado el promedio de vida y también se eleva la vida deportiva, la vida atlética, la de un competidor. Veo la vida diferente… por eso los objetivos son diferentes. Me gusta este momento que estoy viviendo, más allá de lo que pase en el combate. Aunque sé que voy a ganar. ¿Hacer historia? No sé. Disfruto y boxeo para mí. Estoy aprendiendo a mirar mi interior. 

—¿Entonces volvés porque simplemente el boxeo te entretiene y es una de las tantas cosas que te gustan?

—Hay cosas nuevas por investigar. El ser humano necesita objetivos y el objetivo que he encontrado es volver a boxear. Pelearé en una ciudad hermosa, pero pequeña. Un sitio modesto. No es Las Vegas, ni Nueva York, ni Los Angeles, ni California, ni el Luna Park, ni Vélez. ¡Y me encanta! Me encanta, ¿sabés? 

—Tu cuerpo tiene 45 años. ¿Tu calidad de respuesta en la preparación de cuántos años habla?

—Tengo 45 años, es verdad, bien puestos. En realidad 45 y medio. Mi edad metabólica, según un estudio que me hicieron hace poco, es de 26 años. En los entrenamientos he tenido una mejoría brutal. La respuesta física y mental está a la altura del más alto de los niveles, por encima de mis últimos tres combates, incluido el de Chávez Junior, por supuesto. Se juntan algunos detalles. La edad de mi mentalidad, lo que da la experiencia, es fantástica. Cuando hace tres años comenzaron las lesiones, mi equipo se había quebrado, comenzaron los momentos feos. Una cosa llegó de la mano de la otra. Hoy, en cambio, no tengo lesiones. Me lesionaba cuando estaba a disgusto de cómo vivía. Ahora estoy a gusto.

—El poeta Paul Valéry aconsejaba: “Oculta tu Dios y serás más fuerte”. ¿Ocultás algún Dios que te inspira y protege?

—¿Sabés cuál es mi motivación? Sentirme extraordinariamente fuerte, como cuando iba a pelear con Kelly Pavlik. Mi máxima motivación soy yo mismo. Te vas del boxeo cuando el boxeo te echa. Me habían echado las lesiones. Cuando pasaron las lesiones y superé unas cosas brutales, cambió todo. El médico llegó a decirme que podían amputarme la pierna, o morir. Llegué a tomar morfina para vivir. Toqué fondo. Y el fondo me hizo fuerte. 

Ahí está el poder. Sin dolor, no hay superación. Ni desafío. Todo radica en la capacidad que tengas para superar el dolor. La derrota te hace mejor y te enseña. 

     El triunfo es el Diablo. Recuperarme del dolor y desafiarme, ese es mi Dios, aunque con el debido respeto, estoy escribiendo un monólogo de humor y digo que en algún momento me gustaría tener entre las cuerdas a Dios. Para conversar un cachito.

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