La 19º edición de la Fiesta Nacional de la Naranja y la Diversidad Productiva reunió el sábado a cinco mil personas en Bella Vista y dejó sin alojamiento a la localidad. Luego de un año sin actividades por la pandemia, la tradicional fiesta correntina invitó a los vecinos y vecinas a abrirle la puerta a turistas que visitaron la ciudad.
“Mucha emoción de retomar las actividades como estábamos acostumbrados”, aseguró el intendente Walter Chávez al periodista local Raúl Sotelo. “No hay alojamiento, como viene pasando hace varios fines de semana. Eso habla del potencial enorme que tiene nuestra localidad”, sumó el funcionario. Según indicaron fuentes periodísticas, los vecinos se animaron a invitar a los turistas a alojarse en sus hogares.
El evento concentró a expositores, artesanos, empresas, comercios e instituciones que, además de disfrutar del espectáculo artístico, ofrecieron stands con productos artesanales, gastronómicos y artísticos.
Además, se eligió a las reinas y reinitas de la fiesta. Entre ellas, las seleccionadas fueron Dahiana Itatí González, de 19 años, como la nueva soberana de la festividad y Marisol Silva, de 17 años, como la Virreina. En el grupo de las infancias se destacaron Ariana Lavignoli como la reinita del Azahar; Zoe Rozachenzo, como la primera princesa y Paloma Benítez, como la segunda.
La festividad también reconoció el esfuerzo de los agentes sanitaristas y dedicó un momento en el que trabajadoras enfermeras del Centro Integrador Comunitario y del hospital cabecera recibieron plaquetas. Tanto el público como las autoridades presentes dieron gracias por el esfuerzo en tiempos de pandemia.
“Estamos muy contentos porque tuvimos una planificación de un mes. Nos estamos animando a lanzar proyectos con la situación sanitaria”, indicó el director de Turismo de la localidad, Freddy Feyen.
“Fue una fiesta modesta por razones obvias, pero la gente acompañó”, dijo. “Es increíble cómo la gente se empieza a desplazar y conocer la provincia. Esto reactiva la economía de todos los sectores”, agregó.
“Hemos transcurrido por tres fines de semanas largos en que llegó al límite nuestra capacidad hotelera. El sector privado debe tener en cuenta esa demanda”, concluyó.
(BDC)