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Roma no paga traidores, ni Estados Unidos perdedores

 La Argentina, cuando no, está nuevamente pendiente de un salvataje financiero. Esta vez no es del FMI, sino de los Estados Unidos, que está decidido a imponer condiciones políticas, entre ellas la de un triunfo electoral como precondición. Resulta patético el comportamiento del presidente y sus funcionarios, totalmente resignados a cumplir el triste papel de partenaires ante un Trump que cobrará caro su ayuda. Roma no paga traidores, ni Estados Unidos perdedores.

Sabado, 18 de octubre de 2025 a las 19:02

“Si Milei pierde, no vamos a ser tan generosos con Argentina”

Donald Trump

                   Recurro a una frase que refleja el pensamiento de un típico norteamericano blanco, pronunciada por el General George Patton durante la Segunda Guerra Mundial: “Los estadounidenses aman a los ganadores. Estados Unidos no tolerará a los perdedores”.

                   La delegación argentina tuvo un grave error de cálculo para anticipar el comportamiento del presidente de los Estados Unidos. Trump, en todo lugar y momento, es Trump, un norteamericano supremacista blanco, un apostador nato que no soporta perder, menos aun cuándo no tiene necesidad de competir en una carrera ajena.

                   “A contrario sensu”, el republicano necesita la adrenalina de la victoria para desplegar todas sus dotes histriónicas. Y Argentina, mejor dicho Milei, se le presenta como la oportunidad para conseguir una nueva estrella en el campo internacional.

                   Permítaseme la comparación, con el sólo objetivo de tener claro el contexto, y sin intención de equiparar escenarios. En Gaza, el presidente norteamericano se anotó una victoria descollante. Parar una masacre que los organismos internacionales no lograban detener e ingresar en un proceso de paz, no es poca cosa, es decisiva para la humanidad. Trump lo hizo.

“Trump juega a ganador. No le interesa perder en un país sudamericano, cuya economía está lejos de comportarse según los cánones de los países normales. Por ello, tiene una precondición para el salvataje: que Milei gane”

                   Cuando uno está en racha positiva, quiere continuarla, encadenando victorias. No es grato que se cruce un cisne negro que detenga la marcha. Imagínense cuando el protagonista es Trump.  Si existe el riesgo de perder o de cortar el drenaje de adrenalina que le fluye. poco le interesa la Argentina, Milei o el libertarismo internacional.

                   Pero “arreglar” el problema económico de un país inestable como el nuestro, si bien no se equipara con la paz lograda y el Nóbel frustrado, es una nueva oportunidad de ganarlo, ésta vez de Economía. Vale la pena hacer la apuesta, retirarse a tiempo si los planetas no están alineados.

                   Ninguna duda cabe que la desesperación del gobierno argentino es aventar el peligro de una devaluación preelectoral. Sería un salvavidas de plomo que hundiría la administración libertaria. La mayoría de los economistas predicen que la misma llegará inexorablemente después del 26 0.

                   En un fin de semana agitado, consiguieron que el Secretario del Tesoro de Estados Unidos les atendiera el teléfono. Lo que sigue es conocido: tuits de Bessent anunciando ayuda irrestricta, una insólita compra de pesos argentinos (está subvaluado, fue el insólito pretexto) que inyectan dólares al BCRA, y el anuncio de un swap, intercambio de monedas, por veinte mil millones de dólares, que luego se extendió al doble.

                   Pero, todo palabras, promesas, abrazos, fotos. Es que, poco afectos a tirar la plata a un barril sin fondo, la ayuda efectiva vendría con una condición “sine qua non”: que Milei gane las elecciones de medio término.

                   La delegación argentina, con un comportamiento amateur y humillante para nuestro país, escuchó azorada una, conferencia de prensa no prevista, en la cual, un exultante Donald Trump, con la adrenalina a mil luego de un día de victorias en Israel y Egipto, habló sin filtro: la ayuda vendrá si Milei gana.

“Pocas veces, o nunca, nuestro país fue ninguneado en el exterior, mostrando su condición de “pordiosero” ante periodistas de todo el mundo. Lo peor es que el presidente y sus funcionarios saben del humillante papel que cumplen y no les importa”

                   Obvio, era mucho pedirle al  presidente norteamericano que se atara prematuramente al carro de quién tiene muchas posibilidades de perder, Javier Milei.

                   “Si Milei pierde no vamos a ser tan generosos con Argentina”, dicho a boca de jarro en plena conferencia de prensa, sonó como una bomba neutrónica a los oídos de una desprevenida delegación argentina.

                   A los funcionarios argentinos le faltaron manos y tuits para darle una lectura más asequible a los dichos de Trump, pero duró poco el efecto reinterpretativo: En su red social, Truth, confirmó lo que declaró ante los periodistas.

                   Definitivamente, la administración libertaria ha perdido totalmente el rumbo, no sólo juega con un amateurismo apabullante, sino que muestra a nuestro país como un apéndice de los Estados Unidos.

                   Y si no, lean lo que declaró el titular del Palacio de Hacienda Luis Caputo: “Debe ser la noticia más importante desde que tengo uso de razón. Va a favor de los argentinos. La potencia más importante del mundo le está diciendo que si siguen este camino económico, les va a ir bien”. Por favor, que disimule un poco.

                   Cómo si ello fuera poco, Milei puso blanco sobre negro las intenciones de Trump: “Lo que se demostró es que Estados Unidos me apoya a mí”, olvidando que las tratativas lo encuentran como presidente de Argentina, no como un seguidor fanático que se arrodilla con tal de conseguir un autógrafo de su ídolo.

                   De todos modos, en los hechos el gobierno le ha entregado ya el manejo de la economía a Bessent y su equipo. Por segunda vez consecutiva en una semana, se intervino en los mercados y en la cotización del dólar, pero no lo hizo nuestro Banco Central, sino el Tesoro de los EEUU, comprando pesos con dólares contantes y sonantes.

 

“Inmersos en el secular círculo vicioso de la Argentina, de tomar nueva deuda para pagar deuda vieja, se advierte un programa económico agotado y al borde del colapso. Todos, cruzando los dedos”

                   A la par, el presidente Milei, como buen discípulo, se prepara para la intervención norteamericana. A través del DNU 697/2025, nuestro presidente autorizó el ingreso de tropas de Estados Unidos a territorio argentino, para participar en un ejercicio militar conjunto. El convite le costará al Estado 60 millones de pesos.

                   Si finalmente, los Estados Unidos concreta el salvataje financiero a la Argentina, se desconocen las cláusulas impuestas por el prestamista. Seguramente no será gratis.

                   Una ya trascendió: cortar toda relación con China, lo que significaría un grave problema para la Argentina, no sólo porque tenemos dieciocho mil millones de dólares en un swap chino, que deberíamos devolver, sino porque China es una gran compradora de nuestros productos, en cambio Estados Unidos es un competidor en los mismos rubros.

                   La continuidad institucional no permite que la sucesión de los gobiernos sea con beneficio de inventario. Hay que hacerse cargo de todo lo anterior. Y en tren de ser justos, Milei recibió como herencia una deuda monstruosa de Cristina, Macri y Alberto Fernández.

                   En realidad, nuestro país no puede escapar del círculo vicioso de contraer deuda nueva para pagar deuda vieja, y de tal modo, el pasivo se incrementa y cada año se vuelve más duro que el anterior.

                   Evitar el default a toda costa es el propósito. El año que viene hay vencimientos multimillonarios, y el swap norteamericano serviría para hacer frente a ellos. Es decir, deuda para pagar deuda.

                   Pregunta final: las promesas norteamericanas ¿jugarán a favor de Milei en las urnas?

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