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Corrientes y el Día de la Soberanía nacional

Sabado, 22 de noviembre de 2025 a las 23:49

Por Ricardo Caito Leconte
Director Club de la Libertad 

Cada 20 de noviembre, la Argentina recuerda la Batalla de la Vuelta de Obligado como el “Día de la Soberanía Nacional”. Es, sin duda, un episodio heroico, soldados argentinos, con enorme valentía, enfrentaron a una escuadra anglo-francesa inmensamente superior. A ellos, a su coraje y a su sacrificio, les debemos respeto y memoria.

Pero Corrientes, por su historia, por su identidad política y por su protagonismo en la organización nacional, tiene también el deber de mirar ese acontecimiento desde la perspectiva de su propia lucha histórica. Una lucha que nos marcó como provincia y que definió, en gran medida, el rumbo institucional de la Argentina.

Mientras en Obligado se combatía contra potencias extranjeras, Corrientes estaba inmersa en otra batalla, no menos trascendente: la resistencia al régimen rosista y la defensa de la libre navegación de los ríos, condición indispensable para el desarrollo económico del Litoral y para la integración del país en formación.

Miles de correntinos, civiles, estancieros, intelectuales, soldados improvisados y generales de prestigio, dieron su vida en una serie de guerras que duraron casi dos décadas. 
Para Corrientes, la soberanía no se expresó con cadenas sobre el Paraná, sino en derribar las cadenas internas que impedían la Constitución, el comercio, el progreso, la libertad económica que Rosas negaba al interior; mientras enfrentaba a las potencias europeas, reprimía a provincias enteras que reclamaban derechos básicos. 

Corrientes fue la más decidida y la más castigada, entre 1839 y 1847, nuestro pueblo lucho en Pago Largo, donde murió Berón de Astrada, Sauce Grande con el 2do ejercito libertador al mando de Lavalle, Caá Guazú, victoria decisiva del general Paz, Laguna Brava con los Madariaga y Vences Rincón y tantos otros combates olvidados, donde Corrientes estuvo sola. 

Al decir de Echeverria: “Que pueblo como Corrientes en la historia de la humanidad? Un corazón y una cabeza que se producen con nueva vida, como los miembros de la hidra bajo el hacha exterminadora.”
La política de Rosas era negación de la verdadera soberanía: porque soberanía es poder comerciar, progresar, integrarse al mundo; tener instituciones y no depender del capricho de un caudillo. Por eso en 1852 nuevamente Corrientes, ahora con Urquiza, lucho en Caseros, logrando la Constitución Nacional, el federalismo real y la libertad de comercio.

Reitero, los hombres que pelearon en Obligado merecen honor y respeto. No hay duda de eso. Pero es distinto reivindicar su sacrificio que adoptar la lectura histórica que convirtió esa batalla en un símbolo rosista.

Corrientes encuentra su identidad en su historia, en Berón, en Paz, en Madariaga, en los constituyentes del 53, en Ferre, en nuestra bandera de Patria-Libertad-Constitución, “en sus héroes sin historia y en sus mártires sin gloria”.Nuestra soberanía no se afirma mirando al pasado con lentes ajenos, sino reivindicando nuestra tradición de lucha por un país libre y constitucional.

Al evocarlos, repetimos la frase que sintetiza nuestro temple y nuestra lucha contra Rosas, un clamor que atravesó generaciones y que aún nos define como pueblo.
Un grito, nacido del coraje correntino, del compromiso con la libertad, con la República y con la dignidad de una provincia que siempre eligió el camino de la Constitución, aun cuando ese camino costó sangre, vidas y sacrificios inmensos. 

Por nuestros antepasados, por los presentes y por los correntinos que vendrán, repetimos como una oración, 
¡AYERECO CUAHA CATU!

Ese es el legado que honramos.Ese es el mensaje que reafirmamos.Ese es, para Corrientes, el verdadero sentido de la soberanía.

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