La muestra se realiza en forma simultánea con los otros dos museos provinciales: el de Ciencias Naturales “Amado Bonpland” (ubicado por San Martín casi Buenos Aires) y el de Artesanías Tradicionales y Folklóricas (Fray José de la Quintana esquina Salta).
Las telas, que plasman distintos mitos guaraníticos, tienen una presencia imponente, no solo por sus dimensiones, sino por la temática que aborda y fundamentalmente por la calidad artística. Además son obras antiquísimas que el paso del tiempo realzaron su valor cultural.
La autora es Ofelia Quiroga de Róbeda, nacida en Buenos Aires el 30 de octubre de 1901, que comenzó a pintar manchas y murales sobre temas guaraníticos en 1943, para lo cual debió viajar al nordeste argentino y a la selva paraguaya conviviendo con los indígenas para aprender sus creencias.
De allí es que representa los mitos, relatos imaginarios referidos a fenómenos naturales explicados desde un “conocimiento primitivo”, generalmente desde una creencia religiosa, y las leyendas, que son relatos imaginarios inspirados en hechos reales de carácter histórico y tradicional que, por lo general, tienen un final feliz y de sentido moralizador.
Sin embargo para los entendidos, Ofelia Quiroga Róbeda no ha realizado obras de gran valor, relativizan la manifestación artística por su técnica o estilo, pero la realidad demuestra que a más de un observador las telas causan un gran impacto. Imponentes, hoy están en la Sala de Exposición ratificando su magnificencia, transmitiendo parte de nuestra cultura, mostrando vegetación y flora, con la magia que la autora supo imprimir en cada una de ellas.
Afortunadamente el prejuicio que sufriera Robeda no ha llegado a la actual gestión cultural que, con excelente tino, ha decidido sacarlas a exposición a fin de compartir con la comunidad este compendio acabado de nuestras raíces guaraníticas, contando además con guías docentes y recopilación biográfica para profundizar en la temática.
La obra completa de Róbeda está compuesta por 22 cuadros, que ilustran básicamente dos temas principales, los mitos por un lado y las leyendas guaraníes por otro. Se encuentra en esta oportunidad en exposición sólo siete (seis mitos y una sola leyenda), ya que las obras son de significativo tamaño.
Las conferencias, charlas y debates se comenzaron a realizar durante el mes de mayo.
Los cuadros que están en exposición son los siguientes:
Mito de la Creación: Ñanderú Guazú, llegó desde las tinieblas iluminado por el resplandor de su corazón. Trajo dos maderos indestructibles en forma de cruz, pisó sobre el centro y se formó la tierra.
Creó cuatro Ñanderú padres: Jakaira, Dios de la primavera; Tupá, Dios del trueno, rayo y la lluvia; Ñamandú, Dios del sol, y Karai, Dios del fuego y a sus cuatro esposas. Los cuatro padres enviaban a los hombres las palabras (Almas), con la ayuda de Ñanderú Mbá é Kuaá (Nuestro Padre Habilidoso) hizo la mujer: Ñandesy (nuestra Madre), quien dio a luz gemelos Ñanderyké y, el mayor y Tyvyrá I, el menor, hijos de ambos padres (Ñanderú Guazú y Ñanderú Mbá é Kuaá). Al advertir Ñanderú Guazú que Ñandesy no tenía fe en sus poderes, se alejó de la tierra y se retiró a descansar al Ivága (Paraíso).
Mito del Ser Supremo Ñanderú Pa Pa Tenondé: El ser supremo Ñanderú Pa Pa Tenondé, creó su propio cuerpo, con gorro de plumas, símbolo de masculinidad (yekuaká) y la vara que simboliza el poder (yviraí). Completó la oscuridad antes de iniciar la Creación.
Mito de la creación de la Tierra: Ñanderú Pa Pa Tenondé, hizo surgir de las tinieblas un árbol milagroso sobre el que apoyó la materia que surgía de sus dedos y así creó la primera tierra (Ivy Tenondé). Simultáneamente creó el armadillo (Tatú I), la serpiente imaginaria (Mboy Ima) y la perdiz grande (Ynambú Pyta).
Creación de la Luna: El menor de los gemelos y hermanos celestiales, Tyvyra I, perseguía a las mujeres por la noche. Entonces el mayor de los gemelos Ñanderyké ordenó a las mujeres que se tiñan las manos para marcar el rostro e identificar al malvado. Así Tyvyra I se transformó en Yasy (la luna) cuyas manchas son las de su rostro.
El diluvio: Un gran incendio convirtió en cenizas toda la tierra y luego interminables lluvias la cubrieron por completo. Se salvó sólo una pareja que subió a una palmera pindó que crecía a medida que subía el nivel de las aguas. Los habitantes que habían alcanzado la perfección en esa Primera Tierra fueron llevados al Paraíso (Ivagá).
La Segunda Tierra fue reconstruida para Jakaira (Dios de la Primavera) por indicación de Ñanderú Guazú.
Mito del Paraíso Guaraní: Ñanderú Guazú les ordenó a los cuatro padres Ñanderú (Jakaira, Tupá, Ñamandú y Karai) regir el destino de los habitantes de la tierra y decidir qué almas debían reencarnar.
Leyenda del Irupé Victoria Regia: Morotí (blanco) era la india más bella de una tribu. Su novio Pitá (rojo) era el hijo del cacique y guerrero más valiente. Un día Morotí puso a prueba el amor de Pitá arrojando al Paraná uno de sus brazaletes, pidiéndole que lo recupere. Pitá se lanzó al río pero no volvió a salir porque Y Kuñá Payé (la hechicera de las aguas) lo había hecho su prisionero. Morotí se lanzó entonces al río para rescatar a su amado, pero tampoco volvió a aparecer.
Al amanecer del día siguiente se vio flotar sobre las aguas una bella y desconocida flor con pétalos blancos (Morotí) y rojos (Pitá) que se besan y vuelven a sumergirse para recordar que el amor verdadero no muere jamás.
El irupé, victoria regia o maíz del agua es una planta acuática de hoja redonda que puede medir hasta 2 metros de diámetro. Las flores son grandes, de pétalos blancos que se vuelven de un color rosado fuerte. En guaraní, “irupé” significa “lo chato que trae el agua” o “plato de agua”:
Para quien quiera ver y conocer la cultura guaraní, sabrá notar las tremendas similitudes que ésta posee con algunos relatos bíblicos del antiguo testamento, como el del diluvio, y el de los hermanos gemelos, uno bueno y otro malo, tal como se encuentran en la Biblia con Caín y Abel.
Rosana Gómez