“De todos los controles sobre la democracia, el federalismo ha sido el más eficaz y el más agradable…
El sistema federal limita y restringe al poder soberano, dividiéndolo y asignando al gobierno únicamente ciertos derechos definidos”
Lord Acton
Cinco mandatarios provinciales formaron el frente electoral Provincias Unidas, que en octubre competirá en las legislativas nacionales. Ellos son Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz).
Se espera que a partir de diciembre el espacio se refuerce con otros representantes provinciales, especialmente del correntino Valdés, que está mostrando sus diferencias con la Casa Rosada en el marco de la disputa provincial por la gobernación. Días pasados fue anfitrión de la “bruta traidora”, la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Son muchos los ciudadanos que quieren escapar a la opción de hierro que hoy presenta el panorama electoral, entre la olla que hierve y el fuego que quema, el libertarismo autocrático en el poder y el perokirchnerismo de triste fama.
La pregunta es si la de los gobernadores rebeldes es una oferta política con el suficiente músculo para transformarse en la tercera alternativa, o meramente una unión para mejorar su poder de negociación con la nación en el Congreso.
El tiempo reciente muestra a los mandatarios provinciales yendo y viniendo en su relación con Milei. Podría decirse, para el elector avispado, que se vuelven poco confiables si de buscar votos a través de una tercera vía se trata.
“Algunos gobernadores pretenden representar “la avenida del medio” en las legislativas de octubre. ¿Serán una alternativa política o, simplemente, un rejunte para negociar mejor?”
El funcionamiento del sistema federal argentino muestra profundos altibajos en su topografía, especialmente en este siglo XXI, que desde un federalismo de amigos de los períodos de gobierno kirchnerista (recursos sólo para los del palo), pasó al federalismo del toma y daca (te doy para que me des).
No hay que hurgar demasiado para entender que el centralismo fue la regla desde hace mucho tiempo. La conformación constitucional no impidió nunca que los legisladores tengan mayor lealtad a sus partidos nacionales que a sus provincias.
Si los gobernadores quieren ser creíbles, deberán demostrar que pretenden formar a futuro una verdadera alternativa política que escape al bialiancismo, que ofrezca una visión distinta en el país de la confrontación y los extremismos, que muestre la intención de construir una política de consensos y no meramente un bloque legislativo para negociar mejor.
Aunque por algo se empieza. Y darle formalidad a lo que, por momentos, se configuró de facto en este año y medio, podría ser un comienzo interesante.
Está visto que el gobierno no tiene ni la cintura ni la capacidad ni el temperamento de volver sobre de sus pasos, de corregir errores, de construir acuerdos sustanciales, de dialogar civilizadamente. Sólo tiene una marcha y ésa es hacia adelante, sin fijarse en las minucias de los jubilados, los discapacitados, las universidades.
La deep motosierra es el elemento que reemplaza al cerebro libertario, y no hesitará en ofrendar en la hoguera del superávit, a cualquier sector o necesidad que se le ponga en el camino. Ello incluye a las provincias y al federalismo.
De tal manera, la jugada de esos gobernadores es interesante, si no quieren pasar nuevamente a ser tomados “de a uno” y cambiar los votos legislativos por una negociación barata y pocas veces cumplida.
“Con la intensificación de la confrontación entre un gobierno que de fábrica viene sin el chip del diálogo, y una oposición que no termina de consolidarse, la sociedad es la única que paga el pato”
Los últimos acontecimientos nos están marcando el aumento de la tensión política. Con un gobierno que carece del chip del diálogo para la solución de los problemas y reclamos, la oposición comienza a jugar más fuerte para imponer su agenda. Milei acaba de perder doce votaciones en Diputados.
Con dos temas extremadamente sensibles, los jubilados y los discapacitados, el presidente no tuvo empacho en vetar ambas leyes, e intentará sostenerlo en las cámaras o, de última, hacer planteos judiciales. De cumplir, nada.
Allí puede observarse a un sector político que nadie vio venir, que se consolida con el ejercicio del poder, y que carece en lo absoluto de empatía por la gente de carne y hueso que debe gobernar.
El caso de los discapacitados es patético. No se trata de ponernos sensibleros, se trata de tener en cuenta a un sector que el estado tiene la obligación moral y material de atender y cuya emergencia puede costar, como máximo, un 0,5% del PBI, la mitad de las exenciones al campo que instrumentó desde la Sociedad Rural.
No es un problema meramente presupuestario para la neurastenia oficial, es algo más profundo con este sector. Cabe recordar que en febrero pasado, desde la propia Agencia Nacional de Discapacidad se reglamentó el trámite por discapacidad intelectual, utilizando un nomenclador que incluía los términos de “idiota”, “imbécil” y “débil mental”. Milei en el gobierno, la crueldad al poder.
En la última sesión de la Cámara de Diputados, se consiguió el quórum y se dio media sanción a un conjunto de normas que atacan al corazón del proyecto mileísta, cómo los decretos de transformación del estado.
Se proyectan otros como la distribución automática de los ATN a las provincias y los impuestos a los combustibles, para que sean las mismas las que se encarguen de arreglar las rutas nacionales de su jurisdicción, ante el abandono de la nación.
El escenario es cada vez más caótico, pero allí el gobierno tiene más ventaja. La oposición debe tejer una y otra vez para lograr acuerdos. En cambio, Milei ordena y su tropa cumple, sin chistar.
“Los empresarios están siempre con el que manda. Ponen plata en la fundación libertaria El Faro, que recauda para el poder. Milei: para la gente Estado mínimo, para los empresarios Estado influyente.”
Dentro de su tropa mencionamos a la mayoría del Pro, casi ya un ex partido que está cayendo de manera indigna, con un pseudo líder que, cuando las papas queman, se va de viaje al exterior.
Lamentablemente, la derecha democrática que representaban los macristas, siempre necesaria en el universo político, ha sido derrumbada por una ultraderecha carnívora, que vuelve con sus métodos sesgados de violencia e imposición de una narrativa extrema.
Para colmo, el radicalismo va dejando de ser una alternativa nacional, corroído por sus propias contradicciones y su falta de propuestas.
Mientras los jubilados, los discapacitados, las universidades, no tienen lugar en el universo libertario, sí ocupan un espacio preferencial los empresarios que se benefician con el gobierno.
La Fundación Faro que recauda fondos para Milei, es sostenida con jugosos aportes de empresarios como Eduardo Elsztain (IRSA), Federico Braun (La Anónima), Paolo Rocca (Techint), Miguel Galuccio (Vista Energy), Marcos Galperín (Mercado Libre), José Luis Manzano, entre otros. La doctrina del estado mínimo no se aplica cuando de hacer valer las influencias gubernamentales para conseguir plata se trata.
Con todo, el gobierno reforzará su presencia legislativa con las elecciones de octubre, aunque todavía no le alcance para prescindir de los “héroes” como Edgardo Kueider.