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El artista argentino Juan Doffo expondrá en “El Mariscal”

Por El Litoral

Martes, 15 de junio de 2004 a las 21:00
Juan Doffo presentará en Corrientes lo que él llama Fotografiadas
Juan Doffo nació en Mechita. Mechita es un pueblo de la pampa argentina. Inevitablemente su nombre se asocia a un artista, Juan Doffo. En sus pinturas, objetos e instalaciones aparecen referencias una y otra vez. Desde hace unos años nuestro artista ha trabajado con el paisaje, la gente, las noches y el fuego de Mechita en una serie de fotografías que se presentan en el espacio cultural de “El Mariscal”, en Corrientes capital. La muestra tendrá lugar el 25 de junio próximo a las 20,30.
Técnicamente Doffo las designa como fotoperformances, es decir, acciones que fueron planeadas solo para ser fotografiadas; el testimonio de aquella acción es lo que constituye la obra. Estas acciones se llevaron a cabo en los últimos cinco años. Doffo modificó el paisaje de su pueblo: incendió una silla en un camino oscuro y otra en medio de la vía; escribió con fuego las palabras “realidad” e “ilusión” en la oscuridad de una calle; y trazó cinco anillos concéntricos también con fuego. En esta serie las llamas son omnipresentes.

EL LENGUAJE DEL SIMBOLO

Doffo es un artista familiarizado con el lenguaje del símbolo, lo ha demostrado reiteradas veces en su pintura y en esta serie renueva su apuesta. La novedad de estos nuevos trabajos es la incorporación del artista al “cuadro”. Como un chamán a punto de purificarse, la silueta de Doffo aparece en una y otra foto, afuera y adentro del círculo ígneo (Galería de Ecos, I y II). En Niebla de lo real, I y II, el artista esgrime una antorcha que hace girar de modo tal que en una foto aparezca el signo matemático de infinito y en otra un círculo que alude al ourboros, la serpiente que se come la cola como indicio de que todo vuelve. La escena es nocturna y el dibujo ígneo aparece sobre una franja de tierra, entre un espejo de agua y el cielo crepuscular; se afirma la presencia de los cuatro elementos conjugados al unísono por el artista. Desde una perspectiva científica y desde otra simbólica, tanto el signo infinito como el círculo aluden a lo mismo: el movimiento circular sin principio ni fin, continuo e invariable. Pero también hay un ingrediente que parece preocuparle al artista: la distinción entre lo “real” (el fuego) y lo “ilusorio” (el reflejo del fuego en el agua); interés que adquiere dimensiones lingüísticas en Realidad frente a realidad e Ilusión frente a Ilusión. ¿Qué es lo real y qué es lo ilusorio?, una pregunta que el hombre se hizo desde el principio de los tiempos, que se renueva en la obra de Doffo y que Chuang Tzu (filósofo taoísta chino del siglo IV y II AC) dramatizó en estas pocas líneas: “Chuan Tzu sonó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu”. ¿Porqué nos empeñamos en afirmar que la vigilia es “lo real”, si también lo puede ser el sueño?
“El fuego es del cielo, pues sube, mientras que el agua es de la tierra pues desciende en forma de lluvia”, se afirma en una antigua tradición esotérica. En muchas de las fotos de Doffo se ve claramente como el fuego surge de la tierra y naturalmente- se eleva. En algunas obras esta búsqueda de ascenso es observada por hombres, mujeres y niños, como si el esfuerzo les fuera ajeno; el pico se alcanza en Superficie del Sentido, en la que el fuego pasa entremedio de un grupo sin que éste se dé cuenta. Cada uno de los elementos elegidos por Doffo tiene una alta carga simbólica, ¿qué decir de la rueda, de la puerta o de la silla?, símbolos respectivamente y entre otras cosas- del decurso de la vida, del paso de un lugar sagrado a uno profano, y del poder. No sería correcto ver los elementos quemándose, destruyéndose; por el contrario, todo está animado en su más alto grado de combustión. (Por Julio Sánchez, crítico de arte, curador, docente universitario)



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