Un grupo de padres contaron a El Litoral que desde hace varios meses vienen exigiendo que la escuela ofrezca el entorno adecuado para la educación de sus chicos.
Graciela Sotelo -madre de chicos que cursa segundo y quinto grado-, contó que “desde que empezaron las clases hay salones que están sin luz. Los días que hizo calor fue un verdadero problema”.
A esto se agregó el relato de Laura Bogado, madre de chicos en primero y cuarto grado, quien señaló que “el aula de mi hijo es uno de los más oscuros. Además también hay problema con el agua y los directores nos pidieron que los chicos vengan con sus botellitas”.
Por su parte, la vicedirectora de la escuela Adela Navarro constató que los problemas referidos a la luz y el agua ocurre desde fines del año pasado y ante los insistentes pedidos de arreglos el Ministerio de Educación envió a ingenieros para que revisen las instalaciones, por lo que dijo que “se creería que pronto habrá una solución, aunque no sabemos cuándo”.
El inconveniente de este establecimiento se suma a la situación de malestar que ocurre en la escuela Nº 8 “Juan Bautista Alberdi”, donde desde hace dos semanas los docentes dictan clases en penumbras dado a la falta de suministro eléctrico en cuatro de los salones, tal como lo reflejó este medio en su edición del 4 de abril.
Continuando con la realidad de la escuela Nº 666 -ubicado en Santa María de Oro y Avenida Independencia- de acuerdo a lo que se pudo saber la raíz de las dificultades se debe a la conexión de energía que existe en el inmueble, ya que cada vez que hay exceso energético, salta una de las fases dejando sin luz a parte del edificio.
De esta manera ya sea porque no hay electricidad o por desperfectos de motores al menos tres días en la semana -y a veces todos-, las canillas no dan una sola gota de agua y los maestros y personal de limpieza acarrean bidones para que los niños tomen agua y para limpiar los baños. “A las 10 de la mañana el olor nauseabundo es insoportable”, contó Graciela Sotelo. A esto siguió diciendo que “así es nuestra realidad sin agua y sin luz, con notas que forman expedientes y que se amontonan en el Ministerio de Educación, porque de esto se informó a las autoridades de esta gestión, de la anterior y solo se ocupan de mandar a los ingenieros que vienen a hacer relevamientos para presupuestos y arreglos momentáneos que duran un día”.
Por otro lado, tanto los padres como los directivos describieron que el verdadero problema es cuándo llueve torrencialmente, ya que los arreglos precarios traen generan goteras en los techos de las aulas. Asimismo, resaltaron que contrariedades con la cloaca.
La vicedirectora corroboró que “los días de lluvia es un caos los chicos saben que no deben venir. Por un lado porque hay aulas en que hay goteras y además porque hay sectores en los que nos inundamos se estanca el agua”.
Solicitan un muro
“Todas las complicaciones que hay en esta escuela se agrava con la falta del muro. Nuestros hijos están expuestos diariamente al accionar de personas extrañas, vehículos, caballos que pastan y perros que pueden transitar libremente porque nada impide”, dijo una de las madres, agregando que por la noche la escuela queda expuesta a cualquier saqueo.
“Nos consta que desde hace años los directivos piden la construcción del muro perimetral porque es imposible construirlo con fondos propios. Pero desde el Ministerio de Educación les responden que no hay presupuesto”, aseguró.
La vicedirectora Adela Navarro afirmó que “parte de los inconvenientes como de luz y agua se solucionarían con una pared. Ocurre que hay veces en que se arregla los focos pero personas de la zona hacen perjuicio arrojando piedras desde el exterior y rompen los focos”.
A esto además contó que es por ello que los vidrios de los salones están rotos. “No podemos estar arreglando cada ves que los delincuentes hacen perjuicios. Esto se arregla con un muro”, indicó.