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“Pancho” Figueroa volvió al Vera y lo convirtió en su hogar

Por El Litoral

Viernes, 01 de agosto de 2008 a las 21:00
Francisco “Pancho” Figueroa con los músicos, antes de salir a escena, en ámbitos del Teatro Vera.
Francisco “Pancho” Figueroa es chaqueño de nacimiento, confeso admirador de la música nuestra y uno de los más destacados intérpretes, ahora como solista folklórico y antes como integrante de “Los Chalchaleros”. Una distinción que aun hoy, a seis años de la despedida triunfal del grupo, continúa marcando el camino del éxito, con la huella perpetua de los recuerdos, las anécdotas y la riqueza espiritual que brinda el contacto con el público del mundo. Porque su voz se ha escuchado y se escucha en los cinco continentes, que visitó y de los que trajo imborrables paisajes interiores.
Acompañado por músicos de gira y locales, presentó su último disco “Te dejo mi verdad”, ante los correntinos. “Allí, desde esa platea donde ahora están ustedes, tenía seis, ocho años quizás cuando miré con asombro al mago Fu Man Chú y en otra oportunidad escuché a mi hoy distinguido amigo Mario Clavel. Este teatro de ustedes es un patrimonio cultural de gran valía y me siento honrado de compartir la noche y la música de mi tierra”, dijo en un primer contacto con el auditorio, condición que mantuvo durante todo el espectáculo.
Previa a la presencia del músico, se lucieron los “teloneros” locales. El trío “Grito Sagrado” interpretó cuatro temas y cumplió un destacado lugar en el escenario.
“Pancho” cantó y tocó la guitarra, acompañado por Wali García en teclados, César Fretes en acordeón, la bombista Nancy Ábalos (hija del recordado Adolfo de “Los Hermanos Ábalos”) y el guitarrista Irigoyen.
La niña santiagueña, no sólo tocó el bombo con profesionalismo, sino que también cantó una bella zambita que su padre había dedicado a su madre, en tiempos del cortejo que culminó en feliz matrimonio.
Entre cuecas, chamamés, zambas y boleros en ritmo de zamba, Figueroa fue entretejiendo historias, propiciando más recuerdos, tal si fuera aquel tiempo “cuando venía a casa de mis tíos correntinos, en el vaporcito o la balsa”.
El músico contó que estando en Ushuaia, un amigo le acercó la letra de “Palabras a Itatí” y desde entonces integró la canción a su repertorio. El saludo fue para su creador “Pocho” Roch, presente en la sala. “Sabés Pocho, cada vez me emociona más cantarla y cada vez me parece más bonita”, dijo antes de entonar ese himno que evoca a la Virgen Morena.
“No puedo dejar de mencionar a los diez chalchaleros que desde el año 1948 cumplieron el rito de difundir el alma en cada canción”, señaló en homenaje a sus compañeros, los que están y los que partieron.
La sumatoria de temas incluyó la zamba “Te dejo mi verdad” que da nombre al disco y está dedicado a su esposa, “Donosa del carnaval”, la guarania “Recuerdos de Ypacaraí” que grabó en recuerdo de su madre y la chacarera “La trasnochada”, entre otros.
Antes de despedirse, invitó al público a cantar una trilogía que se repite y más gusta, cuanto más añeja se pone, como el vino y la amistad.
Con la complicidad de la penumbra del teatro, el público buscó las palmas y las mejores voces, aquellas que nacen del corazón, para entonar “Lunita Tucumana”, “Zamba de mi esperanza” y Paisaje de Catamarca”.
Hubo como siempre, un tercer tiempo en bambalinas, para las fotos, los autógrafos y el saludo fraterno de sus amigos y parientes correntinos y chaqueños. El “Pancho” estuvo en su casa y era motivo más que suficiente para festejar.
Moni Munilla

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