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Cristina, Mao y Perón

Por El Litoral

Miércoles, 21 de julio de 2010 a las 21:00
Juan Domingo Perón es el único presidente de la Argentina elegido democráticamente en tres comicios.
Por Pepe Eliaschev

Tendrá razón la presidenta Cristina Kirchner? ¿Será cierto que el peronismo argentino tiene similitudes y orígenes comunes con el comunismo maoísta de China?
Lo dijo la semana pasada al promediar su viaje a China y no hay derecho a ignorar o ridiculizar sus palabras. Países situados en las antípodas geográficas del planeta, Argentina y China no podrían ser más diferentes en todos los sentidos.
La nación asiática ocupa un área que casi cuadruplica la superficie continental argentina (9.6 millones de Km2, contra 2.8 millones de kilómetros cuadrados). Demográficamente, la escala es abrumadora, ya que en esas tierras asiáticas viven ¡32 veces más seres humanos que en la Argentina!
Pero, ¿similitudes? Cuando Juan Domingo Perón nació en Lobos, en 1895, Mao Zedong (o Mao Tsé-Tung, como siempre se escribió su nombre en Occidente), ya era una criatura de dos años. Perón murió en 1974, a los 79 años, Mao falleció en 1976, a los 83.
Mao fue jefe absoluto de China desde que el Ejercito Popular de Liberación, brazo armado del Partido Comunista Chino tomó el poder, en octubre de 1949, hasta su muerte, o sea durante 28 años, pero además fue caudillo indiscutido de esa fuerza durante 34 años, porque la encabezó desde 1943.
Más modestamente, Perón gobernó un total de 10 años y cinco meses, aunque su conducción e influencia fueron determinantes desde 1945 hasta 1974, casi tres décadas.
¿Orígenes comunes? Bueno, es una afirmación un poco osada. El PC Chino hizo su primer congreso en 1921 y allí estaba presente un joven Mao de 26 años, rotundo y enérgico marxista-leninista.
Durante largas décadas ese comunismo chino tuvo la impronta y el encuadramiento riguroso de la Rusia de Lenin y Stalin. Recién en 1956 los comunistas chinos iniciaron su irreversible distanciamiento de la Unión Soviética y plantaron la bandera de un marxismo adaptado a las condiciones de una sociedad campesina como la china.
Militar profesional desde su adolescencia (ingresó al Colegio Militar en 1910, cuando tenía 15 años, murió con el máximo grado del Ejército, teniente general). Perón fue un militar toda su vida. Antes de llegar al poder en 1946, participó, teniendo 35 años, del golpe militar de 1930 contra el Gobierno constitucional del presidente Hipólito Yrigoyen y el golpe de 1943, impulsado por oficiales germanófilos y ultra nacionalistas.
Tras el golpe de 1930, Perón fue enviado como agregado militar argentino a la Italia fascista de Benito Mussolini, una experiencia que lo marcó sobremanera.
Aún cuando durante sus tres presidencias (un mandato completo entre 1946 y 1951 y los dos posteriores interrumpidos por el derrocamiento (1955) y muerte (1974), Perón es el único presidente de la Argentina elegido democráticamente en tres comicios (24 de febrero de 1946, 11 de noviembre de 1951 y 23 de septiembre de 1973) de los que participaron fuerzas políticas opositoras.
Mao, en cambio, dirigió en China una “dictadura del proletariado”, o sea un régimen vertical donde manda el Partido Comunista en nombre del pueblo, al que dice representar y del que pretende ser su vanguardia esclarecida.
Perón armó su poder desde el Ejército y desde el ministerio de Trabajo entre 1943 y 1946. Fue votado por la mayoría, pero su llegada al Gobierno fue prácticamente incruenta. Mao toma el poder de China continental tras una larga y sangrienta guerra civil, a la cual hay que añadir la ocupación militar japonesa, que se extendió entre 1931 y fines de la Segunda Guerra Mundial.
El comunismo maoísta se forjó en décadas de guerra, largas marchas y fenomenales movilizaciones. Al asaltar el poder en 1949, los comunistas chinos hicieron que los nacionalistas de República de China, liderada por Chiang Kai-shek y su partido nacionalista, el Kuomintang, se trasladaran a la vecina isla de Taiwán, que hasta ahora sobrevive como pequeña nación independiente del coloso continental.
¿Descubre hasta aquí el lector las similitudes entre peronismo y maoísmo? En verdad, se trata de una tarea ímproba. Podría decirse que Cristina Kirchner tuvo nostalgia en Beijing del Perón de los años ’70, que sentía admiración por el viejo Mao por dos razones. El líder chino se había separado de la Unión Soviética y Perón detestaba el comunismo ruso, seguramente porque, tras vivir 12 años en la España filo-nazi de Franco, él odiaba al régimen de Moscú.
Y también porque Perón adoraba esos “comunismos nacionales”, como el chino, y por esa razón despachó a la casi iletrada Isabel Perón a rendirles pleitesías a los regímenes de Beijing y también de Corea del Norte.
Por eso, por haber desafiado a la URSS, Perón peregrinó a Bucarest ya en 1971, y a dos semanas de asumir el poder en 1973, agasajó en Buenos Aires al matrimonio de Nicolae y Elena Ceausescu, autócratas que saquearon Rumania y que serían finalmente fusilados en 1989 por una revolución democrática.
Hay por consiguiente un interesante debate que acaba de proponer la presidenta Kirchner. Maoísmo y peronismo, parecidos y diferencias, dictadura y democracia, tiranía y pluralidad, ideología y objetivos.
¿En que se parecen y, si fuera cierto que son primos hermanos, de qué le sirve a la Argentina esa similitud? ¿Admira acaso el actual Gobierno argentino el régimen de partido único y absoluta falta de pluralidad y competencia política democrática que prevalece en la ex potencia comunista, que hoy es el principal dinamo capitalista del planeta?

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