SOLEDAD MARAMBIO, REFERENTE DE UNA ONG Y MADRE DE 5 HIJOS, UNO DE ELLOS CON SINDROME DE DOWN
El amor de una madre por sus hijos no conoce fronteras ni es cuantificable. Fortaleza y valor son cualidades necesarias para no solamente dar a luz, sino también para llevar por el camino de la virtud al fruto de su vientre. Pueden existir adversidades u obstáculos a sortear, por tal motivo y aunque parezca una redundancia, las madres de niños especiales simplemente los educan y aman con un cariño especial.
Hoy se celebra el Día de la Madre y por tal motivo El Litoral quiso dar a conocer historias de mamás luchadoras y que tienen una importante misión: lograr que sus hijos sean incluidos dentro de la sociedad y que se desempeñen con alegría y dignidad.
A continuación Soledad Marambio, cara visible del grupo “Chupetes y Delantales… sueños del corazón”, relató cómo lleva adelante el oficio de ser mamá de un niño con síndrome de Down.
“En realidad siempre digo que la llegada de Santino fue la frutilla de la torta, la familia ya estaba armada porque tengo otros 4 chicos más, todos los desafíos que creímos habíamos afrontado como papás empezaron de cero”, dijo y agregó que “cuando uno recién se entera de que va a tener un niño especial piensa que es un gran desafío, sin embargo uno se va dando cuenta de que no es un gran sacrificio. Eso sí, se debe tener fuerza de voluntad y poseer persistencia en el día a día”, señaló Soledad mientras sujetaba a su pequeño hijo entre sus brazos.
Además destacó que el acompañamiento es muy importante, “uno aunque esté cansado o quiera quedarse en su casa tiene que llevarlos a las clases de estimulación y a otros lugares”.
Asimismo Soledad manifestó que “ser mamá de Santino me enseñó a desenvolverme de otra manera, incluso con mis otros hijos. Por ejemplo siempre proyectamos mucho en ellos, ya sea para que se destaquen o los sobreexigimos para que estudien una carrera, pero con él aprendimos a vivir el día a día y disfrutar cada logro por más chiquitito que sea, y decidimos proyectar eso en los otros hijos”.
Vale señalar que Soledad es miembro del grupo “Chupetes y delantales”, en el cual los padres de niños en la misma situación que ella pueden reunirse y llevar a cabo distintas actividades, además de abogar por la inclusión de los niños con síndrome de Down al sistema educativo.
“Yo arranqué con el grupo porque cuando quise saber lo que era el síndrome de Down no había nada y así nos juntamos 4 madres y cada una aportaba las dudas y las experiencias, si bien yo soy la cara visible, atrás hay un grupo de madres leonas que tienen una gran fortaleza”.
Sobre los trabajos que llevan adelante para concientizar a la sociedad, la referente del grupo subrayó que “hoy por hoy estamos abocadas a la concientización de la diversidad, porque somos seres diferentes y todos tenemos que tener espacio en el mundo y que no haya lugares especiales para determinado tipo de personas, sobre todo queremos llegar a la inclusión escolar”, remarcó.
Al respecto de su situación, la madre de Santino quiso hacer principal hincapié en las ideas preconcebidas que puedan surgir en los padres que se enteran de que su hijo tendrá síndrome de Down.
“Queremos que la gente sepa que nuestra vida es feliz, es alegre, no es una carga, eso es lo más lindo de esto, disfrutar de cada momento y no buscar problemas”, dijo y acotó que “sin embargo no todo es fácil, los psicólogos siempre te dicen que es un duelo, ya que es el recibimiento del hijo no esperado, uno espera el hijo sano, así el primer pensamiento es ¿qué va a pasar dentro de 20 años cuando yo no esté? Por eso aprendimos a vivir el día a día y a brindarles las herramientas para que ellos puedan desenvolverse solos”, sintetizó.
Pese al miedo y las angustias, Soledad remarcó que “antes decían que con los chicos especiales había un techo, ahora no lo hay porque existen chicos que van pasando los límites que se esperaba”, señaló.
Finalmente reflexionó acerca del oficio de ser una madre. “Ser mamá es el título que una recibe tras realizar una carrera en la que constantemente te vas actualizando en el acompañamiento de los hijos, para mí es el mejor título que puede haber, estoy feliz y orgullosa de ser mamá, es lo que completa toda mi vida”, finalizó Soledad mientras acunaba a su hijo, quien se durmió en calma con la paz que sólo una madre puede dar.