A lo largo de 12 años, la Fundación Cruzada Argentina ha trabajado con comunidades rurales en el norte del país, promoviendo el desarrollo, fortalecimiento y mejorando la calidad de vida de esas comunidades, apoyando proyectos productivos y de capacitación orientados a generar habilidades y actitudes para el trabajo y más oportunidades para que los jóvenes se desarrollen en su zona.
En Corrientes han asistido e implementado proyectos de fortalecimiento en 26 escuelas rurales y de familias agrícolas, entre primarias y secundarias.
Cruzada Argentina inició su trabajo en 2003, principalmente brindando asistencia a las escuelas primarias rurales, con donaciones de alimentos, ropa, calzados, elementos de cocina y primeros auxilios. Tras cinco años de trabajo en este sentido, se volcaron a realizar apoyo técnico, organizacional y financiero dentro de las escuelas, con el objetivo de fortalecer las instituciones, sobre todo secundarias.
En este marco, en la provincia iniciaron hace tres años una nueva modalidad, con un esquema de trabajo a largo plazo con dos Escuelas de Familia Agrícola: la “Renacer”, en Pago Alegre, municipio de Pago de los Deseos, y la “Tupa Rembiapo”, Ingenio Primer Correntino, municipio de Santa Ana.
El día lunes, la directora ejecutiva de FCA, Daniela Limongelli y el coordinador provincial de proyectos, Marcelo Velázquez, visitaron la EFA Tupa Rembiapo para realizar una evaluación de lo trabajado hasta el momento.
“Venimos bastante bien, esperanzados porque ya se logró bastante. Aún queda mucho por hacer, nosotros los acompañamos y todos aquellos interesados en colaborar están invitados a hacerlo”, manifestó Limongelli.
“Cuando comenzamos con estas escuelas no tenían ni siquiera edificio escolar y vimos el proceso desde que tuvieron su propio terreno, y las ayudamos a construir parte del edificio. Hoy en día están en crecimiento y con necesidades que seguimos acompañando”, explicó.
Limongelli y Velázquez explicaron que en los últimos años la fundación ha focalizado su atención en Corrientes por estar acompañando a estas escuelas “que han estado siempre muy comprometidas y han sido muy responsables con los proyectos que han llevado adelante”.
“Nuestro objetivo es poder replicar más adelante este tipo de proyectos a largo plazo con otras escuelas”, indicaron.
“Estamos convencidos de que más educación significa más trabajo”, aseguraron.
El trabajo
El plan de desarrollo a largo plazo se inicia con una evaluación institucional, para entender los objetivos de la escuela, el perfil de sus egresados y las actividades de las familias. Consta de tres instancias para alcanzar las metas: infraestructura escolar, fortalecimiento educativo del plantel docente y de los alumnos, y la articulación entre instituciones, organismos y productores de la zona.
“Todo sale de lo que ellos necesitan. Nosotros no inventamos nada, sino que acompañamos esas necesidades que ellos tienen”, explicaron finalmente.