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/Ellitoral.com.ar/ Campo

Una oferta más restringida y con menor presión estacional

Desde el Rosgan analizaron el cierre de año y las expectativas para el 2021, en el cual se prevé una reducción en la oferta de terneros que oscilaría las 400 mil cabezas. 

Pocas semanas restan para conocer la cantidad de terneros nacidos durante el 2020, número que determina la oferta potencial de animales disponibles para engorde en 2021.

Uno de los datos más robustos que disponemos es el stock de bovinos registrado al 31 de diciembre de 2019. De acuerdo a estos registros, la primavera pasada contó con una menor cantidad de vientres en servicio, unas 560 vacas menos y unas 200 vaquillonas menos, parte de las cuales habrían ingresado a reposición de no ser por el elevado número de hembras que se envió a faena durante ese ciclo. Si bien la tasa de preñez siempre puede ser un factor de compensación, recordemos que durante la primavera pasada una buena parte de las zonas ganaderas también han sufrido condiciones sumamente restrictivas, limitando la capacidad de compensación a través de este ratio. Por lo que, aun asumiendo un porcentaje de preñez y posterior destete constante (63,5%) podemos inferir que en esta próxima zafra estaríamos en presencia de unos 400 mil terneros menos, una caída de aproximadamente 2,5% respecto de los casi 15 millones obtenidos este año.

Otro de los aspectos que sin dudas condicionará aún más el nivel de oferta es su ritmo de salida de los campos de cría. En este sentido, la intensificación de las recrías a campo que, en muchas ocasiones es llevada a cabo por el mismo criador, tenderá a quitar presión estacional de oferta en relación a una zafra que normalmente se vuelca al mercado de reposición entre los meses de mayo, junio y julio.

De acuerdo a los datos de movimiento de terneros, publicados por la Subsecretaria de Producción Animal en base a registros del SENASA, hasta el mes de noviembre fueron trasladados de un establecimiento a otro unos 9,383 millones de terneros y terneras, 330.000 animales más que en igual periodo del año pasado. De este total, 1,985 millones tuvieron por destino el feedlot, en este caso, 190.000 menos que en 2019. En concreto, aproximadamente unos 520.000 cabezas más que el año pasado -considerando la mayor cantidad de terneros movilizados y el menor ingreso a feedlots- han permanecido en recrías o engordes pastoriles, sumando kilos a esa invernada.

En términos relativos a la disponibilidad inicial de terneros contados al 31 de diciembre de cada año, a la fecha tenemos que un 49% de la zafra 2020 -cerca de 15 millones de terneros- extendió su recría en otros campos de invernada previo a su ingreso al corral, unos 3 puntos más que el promedio de los últimos tres años.

Claro que la intensificación de las recrías a campo tiene un gran condicionante, el factor climático. Luego de transitar uno de los inviernos más severos de las últimas décadas, las lluvias de primavera llegaron de manera desigual para las distintas zonas. Grandes áreas ganaderas están hoy transitando un mes de diciembre sin haber logrado recomponer su oferta forrajera lo que genera un gran interrogante acerca de cómo podrán los rodeos enfrentar la temporada estival, en especial las vacas que, además de recuperar estado corporal para lograr la preñez -ya bastante demorada- deben asegurar una adecuada crianza del ternero.

Ante este panorama muchos productores posiblemente deban optar por destetes anticipados que permitan aliviar el periodo de gestación. Sin embargo, esto obliga a suplementar el ternero a costos muy elevados o bien rescindir desarrollo, dos situaciones que precisamente se intenta evitar mediante la recría pastoril.

Está claro que los feedlots este año han sido uno de los grandes perdedores de la cadena, si no los más afectados. Doblemente castigados por una elevada relación de reposición del ternero y costos del maíz, históricamente récords, cuya firmeza no pareciera fundarse en factores de carácter transitorio. Por el contrario, la avidez de China por lograr autoabastecer su mercado porcino con producción local, posiciona al maíz en un escenario muy robusto a largo plazo.

Este año, aun con una faena récord en número de animales se siguió incrementando -aunque levemente el peso medio de la res. En lo que va del año el peso medio por animal faenado se incrementó entre 1 y 2 kilos equivalente de res a gancho, pasando de un promedio de 225 kg en 2019 a cerca de 227kg actuales.

Sin embargo, la menor disponibilidad de terneros proyectada para los próximos engordes obliga a seguir mejorando este indicador. Sin mediar cambios en cuanto a peso de faena, la menor oferta de terneros podría derivar en una caída en la producción cercada a las 100 mil toneladas. Menor producción que, por el tipo de hacienda, restaría en forma directa del canal de consumo.

Asumiendo que el nivel faena del resto de las categorías permanece constante, este faltante de animales jóvenes podría ser compensado con un aumento tan solo un 3% en el peso final de faena, pasado de los 227kg actuales a 233kg por res. Un salto productivo que permitiría compensar el potencial faltante que enfrentaríamos en 2021.

Si bien la intención de todo el sector de ganados y carnes es muy clara en este aspecto, los condicionantes climáticos planteados anteriormente pueden representar un gran desafío para avanzar durante el 2021 de cara a este objetivo. Sin embargo, el rumbo pareciera ya estar trazado, cada vez más voces se unifican en la necesidad de ganar kilos de manera menos intensiva, pensando no solo en el mayor costo del alimento sino, además, en oportunidad de sostener e incluso incrementar la producción, aun proyectando años con oferta de hacienda más restringida.

 

 

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