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El Queen Mary lleno de fantasmas…

Una historia increíble del trasatlántico más grande del mundo en su momento, que anclado en Long Beach, California, ahora funciona como un hotel de lujo y museo, con 390 cabinas, cinco restaurantes, piscina y varios salones de baile. Sus pasillos y piezas presentan además de sus lujosos detalles, una gran cantidad de fantasmas que asustan a los visitantes.
Impresionante. El Queen Mary como era en su época de esplendor.

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

El otrora famoso y lujoso barco de gran porte. El Queen Mary  vuelve a ser noticia porque los japoneses quieren alquilarlo para que haga viajes turísticos entre Japón y Estados Unidos. El principal interés que muestran los nipones es porque, según dicen, está lleno de fantasmas que ocasionalmente asustan a los visitantes. Para los amantes de las aventuras y el terror, es una ocasión muy atractiva para un viaje turístico muy especial y prometedor en experiencias. El Queen Mary fue botado oficialmente en 1934. Esta enorme ciudad flotante fue en su momento el más rápido de los transatlánticos del mundo. Al hacer tres días y 20 horas entre Europa y Estados Unidos, rompió el récord de velocidad para ese tipo de naves. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, fue utilizado para el transporte de miles de soldados americanos a Inglaterra, donde fueron concentrados para la próxima invasión a Europa. Como manada de lobos hambrientos, los submarinos nazis se lanzaron a cazarlo, pero jamás pudieron acercársele, porque el barco estaba pintado de color gris plomo y por eso le llamaban “El fantasma gris” pues siempre se les perdía de vista en las brumosas aguas del Mar del Norte.

Al terminar la guerra reanudó el transporte de pasajeros pero con el alto costo del combustible, del que sus máquinas consumían enormes cantidades, los viajes marítimos se hicieron imposibles de sostener y la compañía propietaria se lo vendió a los americanos que lo convirtieron en un hotel flotante. La actriz Elizabeth Taylor filmó en su interior el anuncio más caro en la historia de la televisión. Le pagaron cuatro millones de dólares por solo dos horas de trabajo¡¡¡ para una compañía que anunciaba la presentación de un nuevo perfume. Mientras filmaban le llamó la atención la presencia de un hombre que los observaba desde un rincón. Preguntaron quién  era y como entró al lugar si tenía una sola puerta. Nadie supo contestar y cuando fueron a preguntarle quién era y qué hacía allí, desapareció en el aire ante la vista de todos.

Extraños incidentes.

En otra ocasión, una guía turística que mostraba el barco a un grupo de visitantes, se dio cuenta que tras ellos había un extraño hombre de uniforme antiguo que los seguí a corta distancia. En 1966  un joven de 18 años, miembro inexperto de la publicación, al tratar de cerrar una válvula de vapor, en lugar de cerrarla la aflojó, brotando un chorro de vapor caliente que lo mató. Desde entonces su fantasma deambula por todo el barco, mueve cosas y a veces se deja ver. Los visitantes  sienten como si una ráfaga de frío pasara al lado de ellos. Hechos similares hubo muchos, relatados por los sorprendidos testigos.  Una niña de corta edad que visitaba el barco con su madre, de pronto le dijo: “Mamá, ¿quién es esa señora bonita que está bailando sola en el salón?” “Dónde hija, yo no veo nadie” replicó la madre. “Allí, mamá, yo sí la veo, es muy bonita y de pelo oscuro, tiene un vestido largo blanco con un adorno de flores y se desplaza por todo el salón, está dando vueltas sola.” Esta misteriosa dama fue vista por muchas personas en distintas ocasiones en varios lugares del barco, pero especialmente en ese salón.

Como el barco fue usado para trasladar soldados en la Segunda Guerra Mundial, es factible que haya habido muchas muertes a bordo y por supuesto, las almas de quienes allí murieron en forma trágica, aún andan penando en la nave y se dejan ver en ocasiones, manifestándose también con ruidos, gritos y otros fenómenos inexplicables. Por lo visto, están muy a gusto en esta nave, que le ofrece lo que ellas quieren.

Famosa clarividente

Para resolver este misterio se decidió convocar a la médium Debra Sanate, famosa en Los Angeles. Se celebró una sesión espiritista en un salón a la que asistieron unas 21 personas. La médium, poseída, comenzó a hablar en italiano y con voz masculina. Se le preguntó quién era, a lo que respondió: “Soy Carlo Giovetti, nací en 1914 en Nápoles, estuve en la Fuerza Aérea Italiana en la guerra, mi anticuado avión fue atacado por aviones Spitfire de los ingleses, fui ametrallado y me estrellé con el avión. Cuando volví en mí estaba en un hospital inglés, tenía mis piernas gravemente heridas. Junto a otros prisioneros heridos me mandaron a Australia. Dios mío, como me duelen las piernas. ¡Ay, ay! La secretaria de la médium, que estaba presente,  le dijo “Cálmate, Carlo, no tienes porque sufrir más, estás muerto. Descansa”. 

“Cómo puedo estar muerto, si siento terribles dolores, además los veo a ustedes”, se quejó el italiano. “En cambio nosotros no te vemos –dijo - porque estás  muerto, ya no estás en este plano físico, no tienes porqué penar más, descansa.” Ante esto Carlo se retiró, aparentemente asumiendo que estaba muerto y no estaba más en este mundo. Luego la médium comentó que vio a otros seres muertos que vagaban por el barco: un ingeniero de uniforme blanco, un cocinero que murió por las quemaduras sufridas al derramársele encima la comida caliente, un hombre al que le cayó encima una plancha de metal  y lo mató, una joven que se ahogó en la piscina, hoy se entretenía echándole agua a los visitantes y espantándolos. Estos son algunos de los tantos espectros que asustan en el Queen Mary. Se rehusan a abandonarlo. No hay manera de hacerlos irse. Los exorcismos realizados por muchos espiritistas para alejarlos del barco, han fracasado. De cualquier manera todo esto le sirve como publicidad al Queen Mary.

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