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/Ellitoral.com.ar/ Cultura

Karina y Bofill hicieron colapsar el Anfiteatro en la séptima noche chamamecera  

La princesita de la cumbia debió hacer frente a severas fallas técnicas que la obligaron a cantar con un celular. La artista no respetó la consigna oficial: “En la fiesta del chamamé se canta solo chamamé”. Mario Bofill y sus hijos Chingoli y Chingui presentaron una propuesta fuerte que sorprendió por su imponente banda.

@veroechezarraga 

Karina la princesita estuvo el jueves en la Fiesta Nacional del Chamamé y su presentación podría ser aplaudida de pie o severamente cuestionada, depende del cristal con que se mire. Es que, por un lado, la artista supo atravesar con total profesionalismo y respeto al público, el mal trago generado por las fuertes fallas técnicas que enfrentó sobre el escenario. No se quejó, ni puso mala cara, simplemente salió del paso contando historias y leyendo carteles. Pero, por otro lado, hay que decir que no respetó la consigna de la fiesta: “Cantar solo chamamé”. Durante esta velada el Cocomarola se vio colapsado, tanto que a las 22.30 fueron cerradas las puertas y muchos quedaron afuera con entrada en mano. Fue la noche más multitudinaria y esto se debió a que además de la referente de la música tropical, la grilla anunciaba la presencia de Mario Bofill un artista que agota entradas con solo ser nombrado. Estuvo acompañado por su hijo Chingoli y también por Chingui en una presentación que sorprendió, entre otras cosas, por la imponente banda que musicalizó el show. 

El chamamé tiene artistas que más que artistas son instituciones humanas, personas que supieron construir una carrera sólida, fundada en el talento, el respeto y el amor al arte. Mario Bofill es una de ellas y el público lo agradece llenando cada uno de sus shows. Colocarlo en una grilla con otros que también tienen la capacidad de cortar tickets, nunca es una buena idea pues, el colapso está garantizado. 

Esto último fue justamente lo que pasó el jueves en la Fiesta Nacional del Chamamé, donde el autor de Estudiante del Interior compartió grilla con Karina la princesita y los fanáticos de ambos agotaron las entradas ya durante la tarde. Si bien el combo fue explosivo, no hubo consecuencias serias, solo el enojo de los que se quedaron afuera cuando a las 22.30 los organizadores cerraron los portones de ingreso porque el predio había colmado su capacidad.  

Frente a esta situación, desde el Instituto de Cultura salieron a informar que las entradas de quienes no pudieron ingresar serán válidas para cualquiera de las noches restantes, y dijeron también que los que quieran, pueden reclamar la devolución del dinero una vez finalizada la 32ª Fiesta Nacional del Chamamé.  

Cumbia y problemas técnicos 

“Yo les voy a contar la verdad, se nos rompió el teleprompter chicos”, dijo Karina y explicó así porqué desde hace varios minutos un técnico estaba sobre el escenario mientras ella hacía tiempo contando la historia de su abuela correntina y leyendo carteles. El asunto fue que el teleprompter (la pantalla en la que figura las letras de las canciones), no pudo ser arreglado y en su reemplazo le dieron a la artista un celular con las letras. Con cara de preocupación, pero sin quejarse, la princesita inició su show acompañada por un ensamble de la Orquesta Folclórica de la Provincia junto a la que interpretó temas bien festivaleros como “Merceditas”, “A mi Corrientes porá”, “Km11” y “Puerto Tirol” entre otros. 

A Karina le gusta hablar, preguntar y contar cosas al público y una de las cosas que contó fue que lee bastante las redes sociales, y dijo también que por eso sabe que esa noche muchos estaban esperando temas de su repertorio cumbiero. Este aval fue considerado suficiente por la artista (y claramente permitido por la organización de la fiesta) para interpretar dos de sus temas más famosos: “Mentiroso” y “Con la misma moneda”. Esta decisión fue bien aceptada por el auditorio chamamecero que, cuando se molesta por algo sabe manifestarlo a través de silbidos y gritos, pero eso no pasó el jueves. La gente cantó las cumbias de Karina, no obstante, su conducta es cuestionable ya que resulta injusto para sus pares a quienes se les niega la posibilidad de cantar cualquier cosa que no sea chamamé durante esta celebración popular. 

Para disfrutar 

Mario Bofill tiene autoridad en el chamamé y el escenario Osvaldo Sosa Cordero ama a su figura. Con una silla, un micrófono y dos o tres instrumentos musicales, el loretano estaba acostumbrado a hacer rugir al Cocomarola gracias a temas que calan hondo en el pecho chamamecero. Pero la presentación del jueves fue diferente. Chingoli, que desde hace tiempo se viene abriendo paso en la música tuvo la responsabilidad de inaugurar el show y Mario llegó después de varios temas. 

Este año los Bofill apostaron por potenciar la música y pusieron sobre el escenario una banda cargada de instrumentos. Con percusión, guitarras, bajo, acordeón, teclado, batería y vientos, nada podía salir mal y nada salió mal. 

Fue un show para disfrutar y volver a emocionarse con canciones como “El Carau”, “Yo nací en Loreto”, “Conjunto Pena y Olvido”, “El Medio Litro”, “Requecho”, “La Pepa” y para estudiante del interior invitaron a Damián Ayala el correntino que el año pasado cantó esa canción en el reality show “La voz argentina”.  

La noche 

La del jueves fue una noche realmente fuerte a nivel artístico y fue de menor a mayor en cuanto a intensidad. En la primera parte la dulce y potente voz de Veronica Noguera enamoró al auditorio que empezó a encenderse con la aparición de Joel Romero acompañado por ex combatientes de Malvinas a quienes rindió un emotivo homenaje. El eximio guitarrista Rudy Flores hizo una presentación para el deleite de los amantes de la música e invitó a la cantante Lidia Serro. 

Ya en la segunda mitad de la noche, el grupo de Raúl Alonso con la exquisita voz de Rosalía sostuvo la energía que había dejado Karina. Alejando Balbi fue otro de los favoritos con temas como “Cacique Catán” de Zito Segovia, y dos de Teresa Parodi: “El Cielo del Albañil” y un intenso “Se puede se Debe”. 

Las Hermanas Vera, recientemente ganadoras del Gardel de chamamé y unas de las grandes convocantes de esta celebración popular estuvieron entre las más aplaudidas de la madrugada con dos invitadas: Patricia Gómez y la paraguaya Teresita Belloso.  

Las chicas de Chamamé Kuña también fueron de la partida de la madruga con una propuesta impecable que a través de invitadas de Paraguay y Brasil buscó fomentar la integración cultural. Bien lookeadas para la ocasión hicieron bailar y cantar al Cocomarola que siguió lleno hasta altas horas de la noche.  

Juan Pedro Sorribes se presentó después de Las Kuña y tuvo como invitado a Martin Atlántico Rodríguez uno de los fundadores del conjunto de Pocho Roch, con quien interpretó “Corrientes Soñadora”. 

Para la octava noche chamamecera se espera la presentación del Bocha Sheridan.  

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