Vecinos de la localidad correntina de Mercedes realizaron un homenaje este lunes a Ramoncito González, al cumplirse 19 años del crimen que impactó al país por su violencia. La ceremonia tuvo lugar cerca de las vías del tren, a pocos metros de la calle San Martín, en el mismo lugar donde fue hallado el cuerpo del niño.
El asesinato de Ramoncito, de 11 años, ocurrió en 2006 y se convirtió en el primer caso reconocido por la Justicia argentina como un "crimen ritual". La investigación determinó que fue víctima de un acto de magia negra, que incluyó tortura, abuso sexual, degollamiento y descuartizamiento. La causa y sus derivaciones marcaron un antes y un después en la historia judicial del país.
Ramoncito fue secuestrado mientras vendía estampitas en la calle. Según las pericias, fue sometido a violencia extrema siguiendo rituales detallados en libros de ocultismo, y su sangre fue utilizada en una ceremonia. Su cuerpo fue encontrado dos días después de la denuncia de desaparición, en un pastizal cerca de las vías del tren.
Las primeras hipótesis investigaban delitos comunes o vinculaciones con redes de trata, pero con el tiempo fueron descartadas. La declaración de una adolescente y el trabajo de un antropólogo revelaron que se trataba de un ritual satánico, perpetrado por un grupo de diez personas.
Condenas y proceso judicial
En 2011, el Superior Tribunal de Justicia de Corrientes condenó a los responsables a penas de hasta prisión perpetua. Entre los implicados estaba Patricia López, quien logró mantenerse prófuga hasta 2019, cuando fue detenida en Buenos Aires por fuerzas federales.
En paralelo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación intervino en varios momentos del proceso. En 2022, revocó la condena perpetua a Claudio Nicolás González, quien al momento del hecho era menor de edad. La decisión respondió a un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que establece que los adolescentes no pueden recibir penas perpetuas por ser consideradas incompatibles con los tratados internacionales.
El crimen de Ramoncito continúa siendo un símbolo del pedido de justicia y del compromiso social frente a hechos de violencia extrema.