Este domingo, 14.376.592 bonaerenses - el 37% del padrón nacional - estarán habilitados para votar en una elección histórica por ser la primera vez que se hará en forma desdoblada de la nacional, y por su proyección nacional.
El peronismo pone en juego su futuro de cara al 2027, bajo una unidad endeble que reúne a los sectores que responden a Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa. Por su parte, La Libertad Avanza apuesta a hacer pie en un territorio adverso, también de cara a la segunda mitad del mandato de Javier Milei en la Casa Rosada, y con intenciones de sepultar las aspiraciones electorales del kirchnerismo.
Habrá 41.189 mesas en toda la Provincia para elegir diputados y senadores provinciales, concejales y consejeros locales. Pero, en realidad, serán ocho elecciones simultáneas distintas, ya que se vota por sección electoral, y las boletas de cada fuerza serán distintas en cada una.
El adelantamiento de los comicios bonaerenses fue una decisión del gobernador Kicillof, en una jugada por independizarse de su jefa política, Cristina Kirchner. Se trata de apuesta fuerte para el mandatario con aspiraciones presidenciales, ya que saldrá fortalecido si el peronismo se impone cómodo, o cargará con todo el peso de la derrota si La Libertad Avanza - que lleva como aliado al PRO - termina imponiéndose, o pierde por poco en un territorio históricamente peronista.
El gran interrogante es el nivel de participación, que fue del 76% en la categoría para legisladores provinciales en 2023, y del 70% en las legislativas locales de 2021.
El presidente Javier Milei pretende que el comicio bonaerense se convierta en un plebiscito de su gestión que preanuncie el final del kirchnerismo. El gobernador Axel Kicillof también pretende que la votación sea leída como un freno al Ejecutivo nacional y poner en valor su liderazgo de cara a 2027. La expectativa en la previa y el resultado podría impactar en la economía volátil y en la presión sobre el dólar que el Gobierno buscó contener en las últimas dos semanas.