El avance de la privatización de la Hidrovía Paraná - Paraguay no admite vacilaciones. Los ríos funcionaron con la actividad privada argentina en buques de pasajeros y de carga. La estatización con su ineficacia y corrupción y la intervención sindical de idénticas características anularon la intervención argentina. Hoy más del 90 % de los buques que navegan por la hidrovìa tienen bandera del Paraguay. Sus barcos tienen menos impuestos y la dotación de navegantes y condiciones de trabajo son las similares al resto del mundo, mucho más eficientes.
La intervención de las provincias linderas
En 1986 el Senador GABRIEL FERIS y yo presentamos en el Senado Nacional un proyecto de creación de la COMISIÒN FEDERAL ASESORA PARALA REACTIVACIÒN DEL TRANSPORTE FLUVIAL. Se integraba con un titular y un suplente de cada una de las Provincias lindera. Su función era ad honorem. Participaba en todos los estudios y asesoramiento para la reactivación de ambos ríos. Con el apoyo de todos los sectores se convirtió en ley 23.414. Posteriormente por ley 23.700 se incorporaron a la Comisiòn representantes de las empresas que trabajaban en el rio y un representante sindical.
Hoy que el Gobierno Nacional trabaja para perfeccionar el régimen privatizado de la hidrovía, aparecen opiniones contrarias que reivindican el monopolio del estado, pese a su imponente fracaso histórico. La postergación que ha tenido la licitación obliga a la mayor claridad en los procedimientos y en las decisiones. Es loque el país espera y necesita.
Privatización de puertos
El 24/08/1986 con Gabriel Feris presentamos en el Senado Nacional un proyecto de privatización de los puertos, que eran todos estatales. En los fundamentos del proyecto decíamos “la excesiva intervención del Estado Nacional en esta materia, quien asumió la administración y operación de los puertos públicos de la nación e intervino en los privados construidos sobre las vías navegables, ha resultado altamente negativa para la economía del país y contribuido al deterioro, traba y encarecimiento de la actividad portuaria, con los consecuentes efectos negativos para el comercio exterior, el intercambio de productos por vías marítima y fluvial, haciendo antieconómico el transporte por estas, que son altamente rentables en el resto del mundo”.
Decíamos más adelante “en lo que hace a la mayor participación de la actividad privada, lo permite tanto en el ámbito de los comerciales tradicionales como aquellos que operan con nuevos tipos de instalaciones, como son los destinados al transporte de contenedores y los que corresponden a puertos industriales que constituyen unidades físicas o funcionalmente anexas a las plantas de dichas industrias, cuyo destino es recibir materias primas para la producción o la exportación de los productos en ella elaborados. Estas actividades están hoy reguladas por normas ya anticuadas, que prevén solo la concesión de servicios públicos portuarios en terrenos fiscales y no contemplan eficiente la actividad privada dentro de estos ámbitos”.
Este proyecto no pudo convertirse en ley, pero cuatro años después, durante la presidencia del Dr. Carlos Menem, se sancionó la nueva ley de puertos 24.093 con elementos y criterios similares a los que contenían nuestro proyecto del año 1986 que mejoró sensiblemente la actividad portuaria.
Hoy día la penosa intervención del estado en la administración de la hidrovia Paraná-Paraguay impone la necesidad de resolver la impostergable decisión de poner en las mejores manos privadas este trascendente servicio para el país. Deben tener el lógico control del estado nacional y la comisión asesora con los representantes de las provincias del litoral, para asegurar el cumplimiento de los mejores objetivos de la concesión.
Es la hora de volver a dar vida a la hidrovía como herramienta fundamental de cambio en favor de nuestro pueblo. No se admiten dilaciones ni intentos raros que puedan existir.
Es la hora del cambio positivo que exigen las mejores esperanzas de progreso en nuestra región.