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Lecciones de una elección que reconfigura el tablero político provincial

Por Andrés Rabossi, consultor político y director de Consultora Nordeste.

Por El Litoral

Sabado, 06 de septiembre de 2025 a las 18:03

El siguiente análisis de las elecciones realizadas el domingo pasado, no es en carácter de analista político. De hecho, no lo soy. No soy opinólogo, no soy comentarista de café, no soy político que dice lo que le parece. 
Yo soy analista de opinión pública. No opino lo que yo pienso, sino que estudio, con método y con herramientas científicas, lo que piensa la sociedad. Mi trabajo es leer a la gente, no a los políticos. Y eso es lo que hice durante toda la campaña: interpretar lo que la gente nos venía diciendo sistemáticamente en las encuestas.
El domingo pasado, Corrientes eligió gobernador, legisladores e intendentes. Tal como lo pronosticáramos en varias ocasiones, Juan Pablo Valdés (Vamos Corrientes) se impuso en primera vuelta con 49% de los votos emitidos, superando el 51% de los votos válidos.  Luego se ubicaron Martín “Tincho” Ascúa (Limpiar Corrientes) con 19%, Ricardo Colombi (ECO) con 16% y Lisandro Almirón (LLA) con el 9%. 30 puntos de diferencia con el segundo. Pensar que había consultoras que, junto a medios locales y nacionales, anunciaban un ballotage. 
En la categoría gobernador, el oficialismo ganó en toda la provincia, en todos los municipios, incluida la Capital y ciudades históricamente competitivas. Un resultado categórico.
La campaña: áspera y sobreactuada
Fue una campaña dura. La oposición eligió un tono confrontativo y por momentos personalista. Lo viví en carne propia: se intentó sistemáticamente descalificar nuestro análisis que la elección se definía en primera vuelta. Los datos eran elocuentes, y las urnas validaron esa hipótesis. Esto deja una enseñanza: la agresividad no reemplaza la estrategia; sin anclaje territorial, oferta programática y narrativa de futuro, el ruido no se traduce en votos.
Las encuestas: cuando el método manda
Hace muchos años que en Consultora Nordeste medimos sistemáticamente la opinión pública y monitoreamos la gestión pública en Corrientes. Este año, luego de más de 5 sondeos provinciales, y de haber sido consultados por varios sectores políticos, siempre proyectamos a Juan Pablo Valdés por encima del umbral de primera vuelta (más del 45% y más de 10 de diferencia con el segundo) y con ventaja en todo el mapa provincial, algo que muchos descreyeron. 
Conclusión: cuando el trabajo de campo es serio, con método, muestras robustas, supervisión y corrección de sesgos, las encuestas no adivinan. En nuestro caso, no mostramos sólo una “foto” aislada, sino la película completa de la opinión pública en Corrientes producto de varios estudios que nos permitieron anticipar con precisión el resultado.
Según nuestras investigaciones, ahora el perfil del próximo gobernador importa. 
La sociedad correntina demanda renovación, cambio generacional y un líder cercano, con capacidad de escuchar y responder a las necesidades de la comunidad. 
No es tiempo de superhéroes, sino de cercanía, de vecindad, de autenticidad. Es tiempo de liderazgo más horizontales, y de adoptar nuevas habilidades que deben adquirir los gobernantes, que no responde al estilo autocrático de liderazgo de la vieja política.
Hay que buscar consensuar y no solo confrontar. A la gente hay que darle un propósito para que te sigan. Hay que armar equipos con los mejores, motivarlos, planificar estratégicamente, y escuchar más que hablar.
Los ciclos se cumplen: 
En la política existen fines de ciclo, aunque cueste aceptarlo. Ningún político es eterno. Incluso los más exitosos deben saber retirarse a tiempo o reinventarse. Pero muchos parecen no entenderlo. 
Nadie niega que hay figuras con una trayectoria valiosa. Pero de lo que estamos hablando no es de borrarlos del mapa, sino de entender que los ciclos se cumplen y que los tiempos cambian.
La política es como el fútbol: podes ser un crack, pero en algún momento te toca dejar la titularidad y pasar al banco, aportar desde otro lado, convertirte en técnico, en formador, en referente.
Lo que no se puede es jugar todas las temporadas, todos los partidos y todas las finales, como si el tiempo no pasara y como si no hubiera nuevos jugadores esperando su oportunidad.
Renovación no significa exclusión
Que haya nuevas caras no significa que la experiencia de los dirigentes históricos se desperdicie. Al contrario, deberían asumir un rol fundamental: formar y acompañar a las nuevas generaciones.
Hay que dejar que surjan nuevos liderazgos, pero estos nuevos líderes no son mejores ni peores que ellos, pero sí están mejor preparados para lo que viene. Con herramientas nuevas, con otra visión del mundo y con la capacidad de conectar con una sociedad que ya no responde a los viejos esquemas de poder.
Lo inteligente es dejar huella, no aferrarse a la silla. Porque en política, como en la vida, no hay nada más valioso que saber cuándo es el momento de dar el paso al costado y dejar que otros sigan el camino.
Juan Pablo Valdés encarna el liderazgo que demanda la Corrientes de hoy.
Recambio generacional, gestión probada, cercanía real con la gente, autenticidad y habilidades blandas para unir y liderar. 
El electorado no busca caudillos del pasado, sino un conductor moderno, con empatía y capacidad de construir futuro.
Quienes fueron los ganadores de esta elección:
En primer lugar, Juan Pablo Valdés y Gustavo Valdés. Validaron continuidad con recambio generacional y gestión territorial.
También Vamos Corrientes en municipios donde no gobernaban: Paso de los Libres, Virasoro, San Roque, entre otros. 
Las gestiones locales oficialistas claves como Capital con amplio triunfo de Claudio Polich, y Goya, que reeligió a Mariano Hormaechea con margen cómodo. 
Y también aquellos intendentes que buscaban su reelección (como el de Itatí, Saladas, Bella Vista, Goya, Curuzú Cuatiá, Santo Tome, Ituzaingó, etc)
Es así que, El oficialismo ganó tres lugares de los 5 en juego del Senado provincial y nueve de las quince bancas de la Cámara de Diputados. Limpiar Corrientes obtuvo un senador y tres diputados; Encuentro por Corrientes consiguió un senador y dos diputados; y La Libertad Avanza sólo logró un diputado. De esta forma, la UCR y sus aliados consolidan el control legislativo.
Vamos Corrientes además, se impuso en 70 de los 74 municipios en los que se eligió intendente.
Quienes son los grandes perdedores:
El gran derrotado sin ninguna duda es el gobierno nacional: En vez de estar festejando una victoria con Valdés antes de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, salen cuartos cómodos con solo 9 puntos, cuando en el 2023 sacaron 53%.
Pero lo más grave es que pasaron de tener tres senadores que votaban todo a favor, a tener tres que votan todo en contra. Y empujaron a Valdés fortalecer el bloque de Provincias Unidas. Sin lugar a duda, las malas decisiones, deja consecuencias.
Otro gran derrotado es Ricardo Colombi, cuyo ciclo con esto está terminado sin pena ni gloria.
Y obviamente otro gran perdedor, fue el PJ correntino, que estaba para tercero, pero logro ocupar el lugar de oposición clara, pero quedando a más de 30 puntos del oficialismo y perdiendo hasta en el municipio de Paso de los Libres gobernado por el propio Ascúa.
Por qué ganó Juan Pablo Valdés
La elección de Juan Pablo Valdés se explica por tres factores centrales: Primero, la sociedad correntina eligió continuidad con recambio generacional: quiso mantener un rumbo de gestión, pero con una cara nueva que le diera proyección de futuro. Segundo, porque en un contexto de crisis nacional, la gente buscó certezas y no aventuras políticas; prefirió lo conocido, lo estable, lo que le da previsibilidad. Y tercero, porque las oposiciones no lograron construir una alternativa creíble ni unificada, y eso le dio al oficialismo una ventaja decisiva. El apellido Valdés, vinculado a un gobierno con relativa estabilidad económica, resultó un activo decisivo.
¿Qué pasó con el Peronismo?
Limpiar Corrientes quedó lejos. El peronismo correntino sigue sin poder reconstruirse como opción competitiva en Corrientes. Ascua no logró construir un perfil de esperanza ni una narrativa de renovación. Es percibido como un dirigente más del esquema partidario tradicional. En Corrientes, el peronismo dejó de ser opción de poder hace rato. Y sin una narrativa renovadora, sin figuras provinciales fuertes, y con el desgaste del sello nacional, hoy no logra capturar ni el voto tradicional ni el de cambio.
¿Por qué Colombi tercero?
Ricardo Colombi quedó tercero por una combinación de factores claros. En primer lugar, porque su candidatura representó el pasado: un liderazgo con historia, pero sin la frescura ni la renovación que la sociedad hoy demanda. En segundo lugar, porque su mensaje no logró diferenciarse de la oferta oficialista: en la práctica competía por el mismo electorado que Juan Pablo Valdés, y la gente eligió apostar por el recambio generacional dentro de la continuidad. Y finalmente, porque su construcción política ya no tuvo la capilaridad territorial ni la unidad que lo habían llevado a ser competitivo en otras etapas. Dicho en simple: Colombi no perdió sólo frente a Valdés, perdió frente al tiempo, a la renovación y a la voluntad de la gente de mirar hacia adelante.
¿Y la Libertad avanza?
El resultado de La Libertad Avanza indica que el fenómeno de Javier Milei no se traduce automáticamente en las provincias. La ausencia de estructura territorial y la falta de empatía del Gobierno nacional con las provincias pesaron más que la marca Milei.
¿Cuál es el desafío del nuevo gobernador Juan Pablo Valdés?
El principal desafío de Juan Pablo Valdés como gobernador será demostrar que el recambio generacional no es sólo una cuestión de edad, sino de gestión. 
Tiene que sostener lo que funciona, pero al mismo tiempo innovar, abrir nuevas agendas y marcar un estilo propio que lo diferencie de la etapa anterior. La gente le dio un mandato de continuidad con cambio, y eso implica mostrar firmeza en la conducción, cercanía con la sociedad y capacidad de dar respuestas concretas en un contexto económico y social muy complejo. 
En definitiva, su gran reto es transformar la expectativa en resultados, sin perder la confianza que lo llevó al triunfo.”
En síntesis, los principales desafíos que tendrá que enfrentar Juan Pablo Valdés como gobernador son:
Consolidar la continuidad con cambio
Debe sostener lo positivo de la gestión anterior, pero al mismo tiempo imprimir su propio sello, mostrando que la renovación no es sólo generacional sino también de estilo y prioridades.
Responder a la crisis económica y social
En un contexto de incertidumbre nacional, su reto será dar certezas en empleo, servicios y contención social, manteniendo el orden fiscal sin perder sensibilidad.
Fortalecer la cercanía con la gente
La campaña se ganó con escucha y presencia. El desafío es que esa lógica no se agote en la campaña, sino que se transforme en un modo de gobernar.
Gestionar la relación con la oposición y con aliados internos
Tendrá que administrar tensiones con sectores que quedaron afuera, como el espacio de Ricardo Colombi, evitando fracturas y garantizando gobernabilidad.
Proyectar liderazgo a futuro
No alcanza con administrar bien; deberá construir un relato de futuro que le dé proyección dentro de Corrientes y también a nivel nacional, posicionando a la provincia en un escenario competitivo.
La elección en Corrientes ratifica la importancia de escuchar a la sociedad y de interpretar los cambios de época. Lo que viene exigirá menos confrontación y más capacidad de construir consensos. La política provincial y sus actores tienen ahora la responsabilidad de leer con inteligencia este mandato de las urnas y prepararse para los nuevos desafíos que, sin dudas, ya empiezan a plantearse.

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