Una de ellas es la de Rufino Canteros, un exdocente de 103 años que, a pesar de movilizarse en silla de ruedas, llegó a la Escuela Normal Juan Pujol en la capital para emitir su voto. Rufino, padre de Gustavo Canteros –candidato a intendente por ECO–, fue acompañado por sus familiares y recibió el aplauso de los presentes. Su esfuerzo refleja que la edad no es una barrera para participar en la vida democrática.
La postal se repitió en Caá Catí
En la localidad de Caá Catí, otra escena conmovedora fue protagonizada por Anselma, una mujer de 90 años. Después de pasar por el cuarto oscuro, las autoridades de mesa y los fiscales solidariamente acercaron la urna hasta ella para que pudiera completar su voto sin inconvenientes.
Ambos gestos, el de Rufino y el de Anselma, ilustran que la participación ciudadana es un valor fundamental que trasciende cualquier dificultad, dejando un mensaje inspirador sobre el compromiso con la democracia.