Sin embargo, hace tiempo que se viene cambiando la postura, dado que el huevo es un “súper alimento” con más beneficios que riesgos.
Según consideraciones del Congreso Americano (American College of Cardiology) un trabajo en el cual se dividieron 140 pacientes en dos grupos: uno de los grupos debía comer 12 huevos a la semana fortificados, mientras que el otro no más de 2 (cocinados como quisieran). Después de 4 meses se comprobó que los niveles de colesterol no eran diferentes entre los dos grupos, incluso quienes comían más huevos tuvieron algunos beneficios tales como mayor colesterol HDL y menos LDL, menor resistencia a la insulina, menor troponina (un marcador de daño cardíaco).
Estudios anteriores mostraron resultados en el mismo sentido en general, si bien hubo algunos discordantes. La principal diferencia fue que los estudios previos eran observacionales (se dejaba que las personas comieran los huevos que quisieran y después se los clasificaba en función de las respuestas sobre cuánto comían), mientras que este estudio fue aleatorio (se asignó aleatoriamente a los pacientes a un grupo u otro y debían cumplir con un régimen de ingesta de huevos).
En realidad, es la forma de preparación y los acompañantes lo que más impacta en la alimentación. Dicho de otro modo, ingerir un huevo duro con ensalada tiene muchísimo menos impacto que huevos fritos con tocino (panceta). Actualmente se considera que ingerir un huevo diario con una técnica de cocción saludable en el contexto de una alimentación variada y sana, es una buena práctica alimentaria. No obstante, si se quisiera evitar el colesterol del huevo, se puede ingerir solo la clara (la parte blanca) que es una excelente fuente de proteínas.
Fuente :
Colegio Americano de Cardiología. "Después de todo, es posible que los huevos no sean malos para el corazón". Ciencia diaria. ScienceDaily, 28 de marzo de 2024.
Fundación Cardiológica Argentina (FCA)