Momentos de desesperación se vivieron en la noche del viernes cuando un voraz incendio iniciado en la parte norte del Jardín Botánico de Corrientes avanzaba sin precedentes por el gran predio que terminó con la pérdida de más de una hectárea. La ingeniera agrónoma Mónica Gauna, una de las responsables del lugar, relató a El Litoral la dramática experiencia.
Alrededor de las 20 el sereno del lugar alertó sobre el fuego que avanzaba a toda velocidad, el calor sofocante y los vientos no ayudaban al cese del mismo. Rápidamente dieron aviso a los bomberos y dos brigadas llegaron para sofocar las llamas que amenazaban importantes instalaciones.
El fuego, que se habría iniciado de manera intencional según las primeras informaciones, avanzó rápidamente desde el norte del espacio, ubicado en el barrio San Jorge, y se extendió hasta la mitad del predio, llegando a zonas cercanas a la oficina y la sala de herramientas y computación. Sin dar tregua, avanzó hasta cercanías de una sala de atención primaria que brinda asistencia a las familias de la zona.
“No dábamos abasto, el calor era infernal. El fuego tomó toda la parte norte del Jardín Botánico sobre el barrio San Jorge y se extendió hasta la mitad cerca de la oficina, la sala de herramientas y computación. Casi llega al zoom donde se atiende la gente del barrio y casi llega a las casas también que están en la zona”, explicó Gauna a El Litoral.
Las altas temperaturas y la intensa sequía complicaron las tareas de los bomberos. Pese a la intervención de dos dotaciones de bomberos en un primer momento, el fuego siguió avanzando sobre la calle Medrano, arrasando con la Plaza Frutal y acercándose peligrosamente a la zona de invernaderos, jardinería y las instalaciones donde se alojan animales y el sereno del predio.
“No se podía con dos dotaciones de bomberos, así que pidieron refuerzos y llegaron otros más, eran ocho en total. Me asuste muchísimo pensando en las instalaciones, la zona de invernaderos, jardinería, los animales y el sereno que estaba ahí”, contó Gauna.
La coordinación con los bomberos voluntarios, la Policía y el equipo de rescatistas de la Virgen de Luján fue clave para evitar que el siniestro se extendiera a la barriada de San Jorge y La Olla.
“Era muy desesperante, ya no sabíamos cómo parar el fuego, lo primero que hicimos fue salvar a los animales, dos perras y una mona que viven en el predio. Encima la tensión eléctrica impedía que prendiéramos las bombas para cargar los camiones de los bomberos”, explicó Gauna a este medio.
Tras dos horas y veinte minutos de arduo trabajo, las llamas fueron finalmente controladas, consumiendo aproximadamente una hectárea y media del predio. Este sábado continuaron las tareas para tratar de apagar por completo alguno de los troncos que habían quedado encendidos.
(VT)