“El seguramente se imaginó que tenía que quedarse acá y hacer esta obra que fue creciendo con el paso de los años y que luego entregó como herencia a su hija o sea mi señora”, indicó Romero, quien agregó que “la verdad es que nos va bien, no podemos quejarnos. Si bien es cierto existen temporadas en las cuales no vienen tantos turistas, el matrimonio ya buscó otras alternativas que les permite subsistir cuando no hay muchos ingresos en el hotel.
“Pero en las festividades como hoy por ejemplo la gente que tiene una habitación es porque la reservó el año pasado”, señaló Romero. Asimismo, añadió que “son clientes viejos que nos conocen y que saben como trabajamos”.
Con perseverancia y tratando de brindar el mejor servicio, Nélida y Carlos no sólo han logrado conservar el hotel que les dejó de herencia Cirilo, sino también hacerlo crecer a medida que pasa el tiempo.