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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

El caso Meneses, una increíble abducción

Un estremecedor caso de teletransporte sucedió el 15 de diciembre de 1981, cuando un conductor de un vehículo de Vialidad Provincial fue abducido en pleno día por un extraño objeto luminoso. Sucedió cuando se encontraba trabajando en un camino vecinal entre San Luis del Palmar e Itatí y fue llevado a Berón de Astrada, a 110 kilómetros del lugar, en pocos minutos.
GENTILEZA

Por Francisco Villagrán

Especial para El Litoral

Nada le hacía presagiar a Rubén Meneses, que en esa época tenía 42 años, que iba a ser protagonista de un suceso extraordinario, de características increíbles, lindantes con la ficción. Este hombre, oriundo de General Paz, en el interior provincial, se desempeñaba como  chofer de Vialidad Provincial. En esas tareas se hallaba el martes 15 de diciembre de 1981, en un camino de tierra entre San Luis del Palmar e Itatí, cuando a las 15.30 y con el sol brillando, observó un extraño objeto viniendo desde el cielo que se acercó a su camión, un Dodge volcador, color amarillo, patente W013976. Recordando ese momento contó: “Sentí un raro hormigueo en todo el cuerpo, no podía moverme aunque quisiera y vi cómo el camión comenzó a elevarse y a tomar altura, se volvió transparente, como si fuera de vidrio y empezó a vibrar todo. Me asusté, pero no podía moverme ni gritar, estaba como paralizado. Miré hacia abajo y vi la cinta asfáltica cada vez más chica y los autos circulando. En ese momento me desmayé y cuando recuperé el conocimiento, estaba en la localidad de Berón de Astrada, unos 110 kilómetros más al Sur. Me dirigí a la comisaría y les conté mi experiencia, pero no me creyeron, insistí tanto hasta que llamaron a Vialidad y de allí les confirmaron que sí, efectivamente yo trabajaba allí”, contó apesadumbrado.

Desde Vialidad de General Paz enviaron un patrullero con la esposa de Meneses, para buscarlo, porque no estaba en condiciones de manejar y, además, entró en un estado de shock que le duró unos siete días. Como secuelas de este impactante episodio, le quedó un fuerte dolor de cabeza que no le pasó hasta 10 días después del hecho, lo mismo que un persistente dolor en los ojos, que se encontraban notoriamente congestionados, como si tuviera conjuntivitis y le dolían mucho, no soportaba la luz del día (fotofobia) y también tenía calambres momentáneos de a ratos, que lo ponían nervioso.

Detalles y testimonios

Cuando llegó a General Paz, quien lo atendió enseguida fue el doctor Alberto Máximo Vidal, que debió proporcionarle una fuerte dosis de Valium inyectable para calmarlo, “pues estaba muy excitado, se asustaba y lloraba como un chico”, relató el médico, quien reconoció no haber tenido nunca en su profesión un caso semejante, tan impactante. “No sé qué le ocurrió a este hombre -admitió-, pero tiene que haber sido una cosa muy fuerte para marcarlo así y dejarlo en un fuerte estado de shock. El no fingió lo que le sucedió, cuando lo revisé tenía la presión muy alta y el ritmo cardíaco muy acelerado (taquicardia), estas cosas no se pueden fingir. Vaya a saber lo que le pasó, eso se lo dejo a los especialistas del tema”.

Pero, ¿qué le pasó a Meneses en ese lapso que se desvaneció y no recuerda nada hasta hallarse en Berón de Astrada? Es lo que en ovnilogía se llama “tiempo perdido”, en este caso casi una hora.

Los hechos

El Litoral fue el primer medio en dialogar con él, luego de su odisea. No fue fácil la tarea, pues primero no quiso hablar porque nadie le creía y cuando apenas aceptó hablar, en dos ocasiones se tuvo que parar la entrevista, porque comenzó a llorar recordando su experiencia.

Después, vinieron medios de prensa de todo el país, muchos periodistas de Buenos Aires, entre ellos miembros del equipo de Fabio Zerpa, que lo llevaron especialmente invitado a la Capital Federal, para presentarlo en el programa “Más allá de la Cuarta Dimensión” que era muy visto en esa época. Allí Meneses relató, bajo hipnosis regresiva realizada por médicos especialistas, que “fui llevado al interior de una nave aparentemente, con las paredes espejadas o de un material metálico muy lustroso, no sé cómo me sacaron del camión, una vez dentro de este aparato, me pusieron sobre una camilla que no tenía patas, o por lo menos yo no las veía, como suspendida en el aire.

Luego, entraron tres seres bajitos, del tamaño de un chico de 10 años, tenían la piel gris y eran como humanos, aunque de cabeza grande, ojos rasgados y casi no se les veía la boca. La piel era gris y rugosa, como la de un elefante, por comparar con algo conocido.

Sentí que me hacían preguntas acá (señala su cabeza) sin hablar, pero no me acuerdo qué me preguntaban ni qué les contestaba yo. Después me dormí y no recuerdo más nada, sólo que me desperté y estaba otra vez en el camión, ya en Berón de Astrada”.

Cuando Meneses fue dejado allí  eran las 16.30 aproximadamente y luego se comprobó que el combustible del camión sólo estaba un poco más de la mitad del tanque y si realizó todo ese recorrido, ida y vuelta, ¿cómo gastó tan poco combustible? Muchos le creyeron, otros no, como siempre ocurre en estos casos tan sorprendentes, tan difíciles de aceptar para la razón. Pero hay dos hechos que respaldan su relato: a las 3 de la madrugada del día anterior, un objeto se posó en la localidad de Derqui (caso al que ya se refirió en esta sección) muy cerca, en un mandiocal, dejando huellas en el suelo y la tierra calcinada y cristalizada.

Otro hecho a su favor: ese mismo día 15 de diciembre, a las 16.15 aproximadamente, la esposa y el hijo del doctor Vidal, que atendió a Meneses, regresaban de Itatí y vieron un objeto muy luminoso en el cielo, esto se lo comentaron como una curiosidad al médico, sin saber lo que había sucedido con Meneses. Un caso más de los tantos ocurridos en el mundo de contactos con seres presuntamente de otros planetas, con contundentes argumentos y testimonios a pesar de la negación de muchos. Afortunadamente, la gente tiene actualmente mayor apertura mental y los hechos que ocurren últimamente en el mundo son innegables, filmados, fotografiados y videograbados, por lo tanto, son pruebas irrefutables de vida en otros mundos.

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