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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

¿Está Walt Disney realmente criogenizado?

Desde que murió el legendario productor, director, guionista y animador corrieron rumores y versiones de que había sido criogenizado, es decir congelado en nitrógeno líquido, a la espera de que la ciencia descubra un método eficiente para curar el mal causante de su muerte, dentro de unos 100 años más o menos. Aquí le contamos la verdad de esta extraña historia.

Por Francisco Villagrán

Especial para El Litoral

Desde 1967 se extendió por todo Estados Unidos y el mundo un rumor que luego se convertiría en leyenda: ¿Había sido realmente criogenizado Walt Disney? Cuando este murió en diciembre de 1966, hacía solamente dos años de que un catedrático de Física de Michigan, muy aficionado a la ciencia ficción, llamado Robert Ettinger había publicado el libro La perspectiva de la inmortalidad, en el que especulaba con la posibilidad de conservar en frío las células, los órganos y hasta la totalidad del cuerpo humano mediante la criogenización, en una teoría que a muchos les pareció descabellada, pero a otros no tanto.

Ese año tuvo su primer cliente: el psicólogo James Bedford, el primer ser humano criogenizado, quien había fallecido apenas un mes más tarde que Walt Disney. Fue a Bedford a quien se le inyectó heparina, para que la sangre no se coagulara, y una solución crioprotectora, fue su cadáver el que se congeló con anhídrido carbónico y el que al parecer aún se conserva hasta hoy en nitrógeno líquido. Pero la opinión pública creyó que el criogenizado había sido Walt Disney y se tejió una leyenda que todavía perdura hasta nuestros días y que le dio a la criogenización una inmensa popularidad en esos días. Al fin y al cabo se trataba de una teoría que podría tener posibilidades de ser cierta.

Todo comenzó cuando Ettinger leyó algunos ensayos del famoso biólogo y escritor francés Jean Rostand, quien después de mantener congelado esperma de rana durante varios días, había conseguido que recuperara su actividad biológica. Fue el germen de una idea que básicamente consistía  en haber hallado el modo de conservar los cuerpos, preservando sus estructuras moleculares, en la confianza de que, cuando en el futuro llegue el momento en que la ciencia haya encontrado remedio a las enfermedades incurables, podremos regresar a la vida para ser curados.

Hoy se sabe que los embriones humanos pueden ser conservados durante largo tiempo en nitrógeno líquido y que algunos órganos destinados a ser trasplantados resisten determinadas barreras temporales. Además, la nanotecnología nos permite acceder a sistemas y lugares del cuerpo humano hasta hace poco impensables. Quienes defienden la criogenización aseguran que cada día se está más cerca de conseguir el objetivo, es decir, conservar el cuerpo hasta que se pueda recuperarlo y volverlo a la vida, lo que sería un moderno Frankenstein, cosa muy difícil de lograr. Pero como dijo el propio Rostand, “la ciencia nos ha hecho dioses antes de que mereciéramos ser hombres”.

Origen de una leyenda

Walter Elías Disney, o Walt Disney como se lo conoció posteriormente, nació el 5 de diciembre de 1901 en Chicago, Illinois, destacándose desde chico por su inclinación a las artes y especialmente el dibujo, en el que sobresalió por su facilidad para ilustrar cualquier cosa rápidamente. Sin duda, había nacido con ese don, que lo mantuvo durante toda su vida, hasta formar un verdadero imperio cinematográfico que perdura hasta hoy.

En la mañana del 15 de diciembre de 1966, fallecía en el Hospital Saint Joseph, de Burbank, Walt Disney, el célebre y querido creador de Mickey Mouse, el Pato Donald y tantos otros personajes inolvidables del celuloide. La causa de su muerte fue un cáncer pulmonar y dos días después, su cuerpo fue incinerado en una ceremonia privada. ¿De dónde salió, entonces, la leyenda de su criogenización? El origen es incierto, aunque algunas fuentes apuntan a Roy Disney, su hermano y presidente de la compañía, y a Marc Davis, un afamado y apreciado dibujante del estudio, como los propagadores del rumor de la congelación de Walt Disney y su presunta resurrección al cabo de 100 años.

La falsa noticia se constituyó en una leyenda en los años 60 y 70. En realidad, el rumor se fraguó a partir de la idea que tenía Walt Disney para realizar uno de sus más ambiciosos proyectos: la Comunidad del Mañana, un parque temático en Orlando, Florida, donde se mostrarían los avances de la ciencia y la tecnología modernas. Algunos pensaron que ese proyecto incluía su presunta criogenización, cosa que no fue cierta. Con el tiempo logró consumar su objetivo: había fundado Disneylandia, en Orlando, Florida, para el asombro y estupor de grandes y chicos de muchas generaciones que han pasado y aún siguen visitando esa ciudad de fantasía maravillosa.

¿Dónde están sus cenizas?

Los restos de Walt Disney fueron incinerados en las dependencias de un crematorio privado del condado de Los Angeles, en California. Las cenizas del productor estadounidense descansan en el Forest Lawn Memorial Park, de Glendale, están en una urna cineraria, bajo la escultura de Campanita, uno de sus personajes de dibujos animados, que se muestra abatida y desconsolada, en homenaje al fundador de Disneylandia, en un pequeño jardín privado. En la pared de enfrente, inscriptos en una placa de bronce, se pueden leer los nombres de los ocupantes de esas urnas: Walter Elías Disney, su esposa Lilian Bounds Disney, una de sus hijas, Sharon Disney Brown y el marido de esta, Robert Brown.

La muerte de Walt Disney causó en su momento un gran impacto en la prensa de todo el mundo, y fue causada por un carcinoma de pulmón que, sin duda, estaba en los cálculos de quienes lo conocían, ya que era un empedernido fumador, vicio que le fue difícil dejar hasta sus últimos días, pero pocos esperaban que sea tan pronto. El hecho de que padecía esta enfermedad se mantuvo en secreto hasta casi sus últimos días. Esto, sumado a las circunstancias extrañas y actitudes que tomó su familia, contribuyó  a forjar la leyenda de su criogenización.

El funeral se realizó en la más estricta intimidad y solamente su familia pudo ver el cadáver de Disney hasta el momento de ser incinerado. De esta forma, se dio cumplimiento a sus deseos de ser cremado en la mayor intimidad. La familia pidió que no se enviaran flores y que el importe de las mismas sea donado al Instituto de las Artes de California. Así, se cerró el capítulo final de un grande de la cinematografía mundial, dejando en claro que no está criogenizado, ya que su cuerpo fue incinerado.

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