Bicicletas: falta de espacios para estacionar y riesgos viales por la escasa infraestructura

La circulación vehicular en diferentes zonas de la ciudad, sobre todo en el centro, presenta habituales complicaciones. Lo cierto es que, aunque esta situación afecta a la mayoría, los ciclistas sufren algunas dificultades específicas con riesgo vial y falta de espacios exclusivos. 

Una de las primeras cuestiones que puede mencionarse es la carencia de lugares para estacionar las bicicletas. No existen en la ciudad puntos específicos para este tipo de rodados, que son de uso popular. 

Las esquinas donde se estacionan las motos son uno de los pocos lugares posibles, aunque hay diariamente serias complicaciones por falta de espacio. Incluso los motociclistas deben circular varias cuadras tratando de encontrar un sitio donde dejar el vehículo, y pocas veces pueden verse bicicletas en esos espacios. 

Ante esta carencia, los ciclistas deben rebuscarse para poder dejar sus bicis en algún lugar seguro. Así, se advierte habitualmente en diferentes zonas capitalinas bicicletas con candado en espacios de los más diversos. Postes de luz, árboles, parantes de señalética vial y cestos de basura son algunos de los elementos utilizados ante la falta de estacionamientos.

Incluso las cocheras privadas no ofrecen el servicio de cuidado de bicis, sino que apuntan sólo a camionetas, autos y motos. Con un breve paseo por la peatonal Junín, entre otros varios sectores, se puede advertir una importante presencia de este tipo de rodados asegurados a parte de la infraestructura urbana. Aunque generan algunas complicaciones a los transeúntes, también es cierto que no cuentan con zonas exclusivas o alguna alternativa viable. Esta situación quedó en evidencia de una manera más clara durante las jornadas de paro de colectivos, cuando la bicicleta representó una de las principales opciones de los usuarios al no haber servicio de transporte público en la ciudad. 

Seguridad vial

Además de la falta de espacios para estacionar, los ciclistas afrontan también serias dificultades para transitar por la ciudad debido a la escasa infraestructura vial adaptada para ellos. En la zona céntrica, seguramente por falta de espacio y en las avenidas, no hay carriles exclusivos o al menos una demarcación que pueda servir para ordenar la circulación vehicular en general y de las bicicletas especialmente. 

La senda para bicis y motos funciona en la Ruta 5. Allí, desde la rotonda de la Virgen de Itatí hacia Laguna Brava, el carril busca brindar mayor seguridad vial, aunque presenta serios problemas desde hace bastante tiempo. 

El trayecto que recorre varios barrios ruteros se encuentra con diferentes averías. Proliferan pozos, rajaduras y desniveles que dificultan el paso de bicicletas y motos; obligando muchas veces a los conductores a subir a la cinta asfáltica rutera para evitar perder el equilibrio.