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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

A 50 años del primer hombre en la Luna

El 20 de julio de 1969 el mundo se paralizaba y seguía atentamente el desarrollo de los acontecimientos: la llegada del primer hombre a la Luna, un suceso histórico que quedaría marcado a fuego en los anales de la humanidad, el hombre pisó por primera vez nuestro satélite. Por la atención que prestó todo el planeta a este espectacular hecho, se declaró posteriormente este día como el Día Internacional de la Amistad.
Nave. El gigantesco Saturno V despega rumbo a la Luna.

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

Se cumplieron ayer 50 años de un histórico hecho: por primera vez el hombre llegó a la Luna. Más de 800 millones de televidentes en todo el mundo siguieron el caso a través de su pantalla de televisión. La misión Apolo XI se había iniciado el 16 de julio en Cabo Cañaveral (Cabo Kennedy) cuando el gigantesco cohete espacial Saturno V puso en órbita primero y camino a la Luna después a los tres héroes de esta historia Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins. Los dos primeros descendieron sobre la superficie lunar, en tanto que Collins se quedó orbitando la luna hasta el regreso de sus dos compañeros. Hubo algunos problemas para determinar quién sería el primer ser humano en pisar la superficie de la Luna. Por el hecho de estar cerca de la escotilla de descenso y ser el comandante de la misión, le cupo ese honor a Neil Armstrong, lo que fue ratificado por la Nasa, pero a muchos, especialmente a Aldrin, no le gustó esta determinación.

Un dato que trascendió luego de terminada la misión Apolo, fue que Aldrin sufría depresiones antes de ser enviado al espacio. La primera noticia se publicó dos años después de realizada la misión, cuando lo internaron en una clínica de Los Angeles. “Neil y yo nos enteramos de que Aldrin tenía estos problemas después del vuelo y no antes”, explicó Collins. Por su parte Aldrin argumentó que sus problemas emocionales se agudizaron cuando se enteró que no sería el primero, sino el segundo en pisar la Luna. Como vemos, en todas partes se cuecen habas.

En la Luna no hay aire, ni humedad, el día lunar tiene una duración de 14 días terrestres y la temperatura es de unos 121 grados centígrados promedio. La noche lunar dura también 14 días terrestres y la temperatura es de unos 156 grados centígrados bajo cero. No hay graduación entre el día y la noche, entre una temperatura extrema y otra. La gravedad equivale a 1/6 la de la Tierra y los micrometeoritos azotan la superficie, ya que no hay atmósfera que los detenga y los queme como en la Tierra. El terreno es montañoso y cubierto de cráteres, las montañas alcanzan cientos de metros de altura y los cráteres miden desde unos cuantos centímetros hasta cientos de kilómetros de diámetro. Los cráteres han sido formados por los impactos de los meteoritos y la superficie está cubierta por un grano fino parecido a la arena, así como pequeñas piedras. En este ambiente desconocido y hostil debieron manejarse los astronautas.

Los tres hombres que realizaron el histórico viaje a bordo de Apolo XI, nacieron todos en 1930, dos eran oficiales de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, no así el comandante de la misión, que era civil. Todos eran aviadores experimentados y veteranos de vuelos espaciales en órbita terrestre, procedían los tres de ambientes muy diferentes. El comandante fue Neil Armstrong, civil, Michael Collins era el piloto del módulo de mando, y Edwin Aldrin, el del módulo lunar. También es importante resaltar que hubo una tripulación de relevo, que no viajó, pero que estuvo lista y expectante para entrar en acción en caso de que alguno de los tripulantes del equipo original, no hubiera podido participar por alguna razón grave. No hizo falta, pero todo estuvo previsto. La Nasa fue la encargada en todo momento de supervisar, organizar y fabricar ese prodigio que se llamó Apolo XI. Por la enorme expectativa y la emoción de ese histórico hecho que fue seguido por 800 millones de televidentes en todo el mundo y los que no podían hacerlo por TV, lo hicieron por radio. Justamente a raíz de ese momento tan importante en la historia de la humanidad, es que se decidió instaurar el 20 de julio como el Día Internacional de la Amistad, o el Día del Amigo, porque en ese momento por pocos minutos, casi todos los habitantes del planeta estuvieron pendientes de la llegada del hombre a la Luna. Armstrong, al bajar por la escalerilla y poner el pie sobre la Luna, dijo sus históricas palabras: “Esto es un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la Humanidad”. Luego vendrían las restantes misiones Apolo, de las cuales las últimas, hasta la Apolo XVII, pasaron prácticamente desapercibidas.

Los astronautas y los Ovnis

Muchos de los astronautas de las distintas misiones espaciales, tanto norteamericanos como rusos, fueron testigos oculares e incluso llegaron a filmar y fotografiar extraños objetos luminosos, que muchas veces acompañaron las cápsulas en vuelo, incluso en la órbita lunar. A pesar de que la Nasa no reconoce oficialmente estas fotos, muchas de ellas se “filtraron” a los sistemas de seguridad y han sido publicadas en los más prestigiosos medios de todo el mundo.

Desde que fue lanzado el primer satélite artificial por parte de los rusos, han sido reportados muchas veces el avistaje de distintos objetos. Las misiones Geminis y especialmente todas las misiones Apolo han sido testigos de estos extraños aparatos que son una muestra más de que no estamos solos en este infinito universo y somos observados por otras civilizaciones. Durante el alunizaje de Apolo XI los astronautas manifestaron que extraños objetos acompañaron al módulo Aguila antes de que alunizara, y aún después. Dos naves no identificadas se encontraban estacionadas en la superficie de la Luna, como observando atentamente toda la maniobra. También existen fotos sacadas desde el módulo de comando por los astronautas, que por supuesto, fueron negadas oficialmente por la Nasa. Hay firmes versiones de que Apolo XI debió cambiar sobre la marcha y en forma urgente el lugar elegido para el alunizaje (el cráter Aristarco) por el alternativo del Mar de la Tranquilidad, donde finalmente descendió Apolo XI. Hubo un diálogo. Hubo un diálogo entre los astronautas y el Control Central Houston, donde se menciona la existencia de extrañas naves que se mueven sobre la superficie de la Luna. Este diálogo “top secret” fue captado por radioaficionados italianos y reproducido textualmente. Por supuesto que todo fue negado por la Nasa.

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