Por Francisco Villagrán
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Especial para El Litoral.
Un crash similar al ocurrido en Roswell en 1947, con la diferencia de que este fue causado por un avión de guerra que atacó al extraño objeto al no responder a sus señales. En su momento causó mucho ruido en el ámbito informativo, pero con el tiempo y las influencias de la potencias, el caso dejó de ser nombrado hasta que se olvidó como suele ser en estos hechos. Lo concreto es que seres de conformación antropomórfica, aparentemente extraterrestres fueron derribados con su nave, de pequeñas dimensiones, tras desplomarse en el desierto sudafricano de Botswana. Fueron recuperados y enviados a la base aérea norteamericana de Wright Patterson, donde se perdió todo contacto con ellos. Quienes intervinieron en el rescate fueron advertidos de que guardaran silencio o de lo contrario serían considerados como traidores a la patria. El informe fue clasificado como altamente secreto (top secret).
Copia de este informe secreto fue enviado a Colin Norris, del grupo Australian Flying Saucer Research, por el investigador norteamericano mayor retirado, Colman Von Keviczky, del grupo Intercontinental Ufo Galactic Research Network y es considerado como altamente confiable. De acuerdo con el informe, que estuvo muy bien documentado y según el mayor Colman, todo empezó a las 13.45 del 7 de mayo de 1989, cuando una fragata naval de la Marina de Sudáfrica se encontraba en el mar, entonces los hombres a bordo recibieron un reporte de sus compañeros en tierra con carácter de urgente, en el que indicaban que habían detectado a través del radar un ovni con dirección al noroeste cuya velocidad había sido calculada en 3.000 km./h. Este mensaje fue confirmado por otros puestos navales, radares aéreos y militares. El objeto entró al espacio aéreo de Sudáfrica a las 13.52 tiempo durante el cual el operador del radar no perdió ningún detalle. Para entonces ya se había enviado una escuadrilla de aviones interceptores que confirmó la presencia del objeto desconocido en el espacio aéreo sudafricano. Desde la torre de control se le dio la orden de abrir fuego, utilizando dos cañones láser experimentales Thor. El jefe del escuadrón informó que vio algunos destellos provenientes del objeto, señal que habría recibido el impacto, ya que empezó a perder altura y velocidad, no obstante que viajaba a gran velocidad, imposible de lograr para cualquier aparato terrestre. Poco después se estrelló no muy lejos del lugar, en el desierto de Botswana. Se despachó un comité de rescate con el propósito de encontrar el lugar exacto de la caída, ya que suponían que no podría haberse estrellado muy lejos. Cuando lo vieron descubrieron con sorpresa que había hecho un enorme cráter en la arena, cuyo alrededor estaba fundido por el intenso calor que despedía la nave, dejando las paredes de aquel hueco cristalizadas como si fuera barro cocido. Un helicóptero que había visto lo sucedido descendió para investigar, pero al llegar a una altura de 150 metros, estalló en el aire muriendo sus cinco tripulantes instantáneamente.
Pruebas irrefutables
El comité de rescate enviado por la Marina encontró los restos del helicóptero caído muy cerca del objeto derribado y detectaron un intenso campo electromagnético que provenía del objeto desconocido y que habría sido el causante de la explosión del helicóptero. Poco tiempo después, ya neutralizado el campo magnético, el grupo de rescate pudo aproximarse. Rodearon la nave desconocida en busca de una ventanilla o compuerta por la cual se pudiera entrar. Tan pronto como una pequeña escotilla se abrió, dos pequeñas criaturas salieron y fueron retenidas por el personal de seguridad que se presentó para recuperar los cuerpos del lugar. Un equipo de médicos estuvo a cargo de la investigación. Uno de estos médicos recibió severos arañazos en cara y brazos por parte de uno de estos seres, lo cual era indicativo de que durante el rescate se hallaban con vida. El objeto, junto con los humanoides fue conducido a la base de la Fuerza Aérea Sudafricana y luego remitido al sexto nivel. El objeto y los hombrecillos se supone que estaban bien. Allí llegó el equipo de la base aérea norteamericana de Wright Patterson, para continuar con las investigaciones del caso, para lo cual fueron llevados a su país. Luego no se tuvo más noticias de nada de lo sucedido y todo se tapó y quedó en el olvido.
Informe médico y científico
Después de muchos estudios e investigaciones del equipo médico y científico que estudió a fondo este espectacular caso, se dio a conocer el reporte oficial:
a) Dos humanoides enfundados en un uniforme gris salieron de una nave encontrada en Sudáfrica e inmediatamente fueron conducidos al Centro Médico de la Fuerza Aérea.
b) Varios objetos que se encontraban en su interior fueron llevados al laboratorio para su análisis.
c) La nave fue llevada a un lugar aislado y esterilizado.
d) Se procedió según órdenes superiores.
Una vez analizados los cuerpos, la clasificación de estas entidades fue: origen de los cuerpos rescatados, desconocido, se presume extraterrestre.
Altura: 1,30 mt, complexión: piel azulada-grisácea, textura suave y extremadamente elástica. pelo: ausencia total, sólo marcas más oscuras alrededor de la cabeza. Pómulos prominentes. Ojos largos, oblicuos, cuyos extremos estaban dirigidos hacia arriba. Nariz: consistía en dos pequeños agujeros. Boca: una pequeña línea. Brazos: largos y delgados y llegan más debajo de las rodillas. Manos: tienen tres dedos largos con garras en vez de uñas. Torso: pecho y abdomen cubiertos por piel escamosa. Pantorrillas pequeñas, piernas cortas y delgadas. Genitales: no se aprecian órganos sexuales externos. Pies: consisten en una planta con tres dedos sin uñas ni garras.
Notas del parte médico: vencida la natural agresividad de estos humanoides, no hubo muestras de sangre que pudieron tomarse. Cuando se les ofreció alimento, rechazaron tomarlo. Método de comunicación: desconocido, se sospecha telepático. Los humanoides permanecieron detenidos en la base de la Fuerza Aérea. Después no se supo nada.
Los restos de la nave siniestrada y los humanoides fueron trasladados a la base Wright Patterson, de la Fuerza Aérea Norteamericana para el estudio a fondo del caso. Jamás se supo algún resultado. El traslado se produjo el 23 de junio de 1989. El primero en proporcionar estos datos fue un miembro de la comisión investigadora, de la Inteligencia Sudafricana, cuyo nombre se reservó. Dijo que “pensé que era un deber comunicar una cosa así y preferí ser considerado traidor a mi patria y no traicionar a toda la humanidad, así que pasé el informe.” Nunca más se habló más de él ni de este increíble caso. Para pensar…