Polémica por otras dos fiestas clandestinas repletas de jóvenes que desafiaron la cuarentena

Por tercer fin de semana consecutivo, la Policía de Corrientes debió intervenir en dos fiestas clandestinas en la madrugada de ayer, una cerca a la costanera Sur y otra cerca de la Ruta Nacional 12, al límite del barrio San Gerónimo. En un lugar y otro los efectivos de seguridad identificaron a menores de edad, que junto con los adultos fueron puestos a disposición de la Justicia Correccional para iniciar causas penales.

En la calle General Paz casi Díaz de Vivar organizaron una fiesta en la que se estima que participaron 150 invitados, pero la Policía sólo pudo demorar a 78 personas. Otra intervención de este tipo fue requerida en las calles Caracas y Granville, con menor cantidad de involucrados, aunque también con la presencia de menores de edad.

Los diferentes eventos que exceden el límite de reuniones sociales con 10 personas son considerados ilegales en este contexto pandémico, por lo que en la capital interviene la Fiscalía Correccional N° 2 a cargo de la doctora Andrea González, la misma que lleva la investigación por la fiesta electrónica del 1 y 2 de este mes, en el barrio Laguna Soto con 300 invitados.

Si bien los involucrados en las fiestas son demorados para determinar sus identidades, no se autoriza la inmediata detención, porque ya argumentaron desde el Poder Judicial que una medida de ese tipo atentaría a la salud pública con el confinamiento de las personas en las dependencias policiales.  

Barrio Arazaty

Esta fiesta tuvo particularidades parecidas al polémico evento cercano a la laguna Soto a principio de mes. La organización se desarrolló por medio de la red digital Instagram, donde se vendían las entradas y se enviaba por mensajes privados la dirección del encuentro. Las entradas para varones costaban $150, y para mujeres tenían un valor de $100. Según la invitación esta entrada garantizaba rondas de “shots” o “chupitos”, para consumir generalmente bebidas blancas.

Si bien se registraron denuncias por ruidos molestos al 911, en un barrio en que los vecinos indicaron a este diario la existencia de “zonas liberadas”, la Policía contaba con el rastreo digital de la posibilidad de que se realice esta fiesta.

La dirección hasta donde llegó la Policía de Corrientes es General Paz 58, a una cuadra de la costanera Sur. Fueron identificadas 78 personas, entre ellas 12 menores de edad. Tuvo intervención la Comisaría 2ª por medio del Grupo de Intervención Rápida (GIR), Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada (Grim) e Infantería.

Sin embargo, varias personas lograron escapar ante la llegada de los agentes, por lo que se calcula que esta fiesta tuvo la presencia de aproximadamente 150 invitados.

Barrio San Gerónimo

Por otra parte, cerca de los descampados del Campus de la Universidad Nacional del Nordeste también hubo una fiesta con motivo de un cumpleaños. Allí, en la dirección Caracas y Granville, los policías identificaron a 64 personas, de las cuales había 34 menores. En este caso se registraron denuncias al sistema de emergencias 911 por ruidos molestos, lo que alertó a la Policía para llegar hasta el lugar.

Sanciones excarcelables

El delito por violar la cuarentena obligatoria, o atentar a la seguridad pública, está estipulado en el artículo 205 del Código Penal argentino con prisión de seis meses a dos años. Pero se trata de una sanción excarcelable en la que los imputados pueden acceder a diferentes vías con el propósito de resarcir el daño que causaron al bien público, como una reparación de perjuicios, o las tareas comunitarias.

“Es decir, con estas acciones el damnificado no es una persona en particular, sino el Estado argentino, ya que actualmente con un evento masivo se violan las medidas impuestas para evitar la propagación de coronavirus, tanto a nivel nacional como provincial”, explicaron a este medio. 

(IB)