Conflicto entre una escuela y los vecinos por la tala de un gran árbol timbó

Un timbó, de 80 centímetros de circunferencia en su tronco, fue talado ayer al mediodía frente a la Escuela N° 323 “Islas Malvinas”, de la ciudad de Corrientes. Por la tarde, la queja vecinal aumentó y pidieron explicaciones, así como solicitaron saber quién dio la orden.

Las autoridades de la institución educativa argumentaron que el inmenso árbol, ubicado a dos metros de la escuela, ocasionaba inconvenientes edilicios. Aseguraron que hicieron el pedido a la Municipalidad, y que los agentes lo derribaron finalmente ayer.

Sin embargo, desde la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Comuna aclararon a este diario que la tala no la efectuó el personal de arbolado urbano. Por esto, deducen que las autoridades educativas contrataron el servicio privado. 

“El árbol estaba absolutamente sano, salía savia cuando lo cortaron”, dijo a El Litoral el vecino Leonardo Budzovsky. Su queja fue compartida por decenas de otros vecinos en la red social Facebook, incluso los del barrio Molina Punta, que se indignaron por la tala del viejo timbó.

Según indicaron, el árbol estaba incluso antes de la urbanización de ese sector de la ciudad. “Tiene mínimamente 45 años. Yo tengo 35 años y cuando fuimos al barrio, a fines de los 80, no había nada en el lugar, apenas algunas casas. En el descampado donde ahora está la escuela, estaba solo ese árbol”, recordó Budzovsky.

Desde la escuela, explicaron a este medio que “el árbol estaba rajando el muro del edificio y hace un año se pidió su tala”. La Municipalidad detalló que la Dirección de Arbolado Urbano inició investigaciones para determinar lo sucedido. 

“Pasó todo muy rápido, no nos dio tiempo de organizarnos”, lamentó Budzovsky, como en otras ocasiones, cuando los vecinos realizaron sentadas para evitar la tala de árboles. 

En eso coincidió Natalia Álvarez: “Escuchamos los ruidos y cuando fuimos a mirar ya lo habían talado. Había un montón de gente, pero pensamos que solo lo iban a podar”.

“Nadie pensó que iban a hacer semejante cosa”, se quejó la mujer. “Todos estamos indignados”, añadió. 

“Mi hijo jugaba siempre abajo, así que estoy al tanto de que ese deterioro 'irreversible', que aseguran desde la escuela, no se ve. Si bien caen semillas, hojas secas y ramas podridas, son cuestiones que se solucionan con la poda”, insistió el vecino. 

(IB)